La convocatoria al congreso en 1816, en Tucumán, fue una necesaria (y hasta desesperada) renegociación que inició Buenos Aires para intentar salvar la unión de lo que quedaba del antiguo virreinato. Ese Congreso trataría tres grandes temas que reclamaban las provincias: la reactivación de la guerra, la declaración de independencia y la elaboración de una Constitución.