Entre las definiciones al filo del plazo máximo hubo sorpresas para todos. El kirchnerismo apenas incluyó a dos representantes de la CGT en las listas a candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, pese al reclamo de la central obrera de un 33 por ciento de los lugares y su anticipado respaldo que la central sindical le otorgó a la candidatura a la gobernación de Daniel Scioli.
Pese al reclamo del titular de la CGT Hugo Moyano y de su par de las 62 Organizaciones Gerónimo Venegas por el histórico 33 por ciento en las listas de candidatos, dos hombres de origen cegetista, Octavio Arguello (camioneros) y Juan Carlos Sluga (municipales), fueron promovidos y ocupan sendos lugares en la grilla bonaerense de candidatos a diputados nacionales.
Con Arguello y Sluga en la lista, surge la posibilidad de que aumente a tres el número de representantes sindicales de Moyano, ya que hasta ahora Héctor Recalde y el propio Sluga, eran los únicos diputados con que cuenta de la CGT en el Parlamento.
Desde el kirchnerismo bonaerense espetaron a la prensa que «a los sindicalistas los acostaron» en el armado de listas de candidatos a legisladores. «El movimiento obrero aspiraba a incorporar por lo menos a tres nombres para la lista de diputados nacionales, uno por los camioneros, otro por Barrionuevo y uno de las 62, hasta apostaron a último momento del sábado, sobre el cierre de listas, a ubicar a Gerónimo «Momo» Venegas (UATRE)».
Por Moyano, a último momento, ofrecían a Juan Manuel Palacios, y Gerardo Martínez tenía esperanzas. Ante esta situación, el candidato del peronismo opositor, Alberto Rodríguez Saá, llegó a ofrecerle un tercio de la lista al titular de la CGT, una propuesta que finalmente rechazó.
Pero Kirchner fue quien terminó de armar y tachar nombres el sábado a la noche, sobre el filo del plazo para la inscripción de listas en la justicia electoral y todo de acuerdo a su conveniencia.
Si bien desde las esferas sindicales se reconoce que la CGT «tiene problemas para elaborar una estrategia, una síntesis política que le permita competir con peso específico», a la hora de tomar decisiones los popes sindicales observan que en la lista de candidatos que cerró el sábado pasado «hay un santo de cada iglesia».
En la grilla «se confunden socialistas con restos del duhaldismo y con los mas puros kirchneristas», observan los sindicalistas, y aseguran que mientras la clase política hace eso «el sindicalismo sigue separado en sectores», como el moyanismo, el barrionuevismo, los gordos y la CTA.
Una voz de la CGT, que prefirió el anonimato, reconoció que en vísperas de las elecciones de octubre próximo, desde la CGT «no se hizo un trabajo, no se desarrolló una estrategia para ganar espacios en las listas y eso en política tiene un precio muy alto.
El movimiento obrero tiene que generar un espacio de poder político propio y no esperar a que sea convocada por los sectores políticos».
Lo doloroso es que mientras la CGT repite esto desde hace más de una década, muchos de sus gremios están enceguecidos peleando contra la Central de los Trabajadores Argentinos, multiplicando la pelea de pobres contra pobres, atrasando el nivel de conciencia del movimiento obrero y cerrando las posibilidades de un debate que, pese a quien le pese, el sindicalismo clásico se niega de debatir mientras elige burocratizarse aun más.