Un marzo más que agitado. Aun no terminó la primera quincena y ya tuvimos el discurso memorable en la apertura de la asamblea legislativa de la Presidenta, con una movilización contundente, y el enorme acto de Huracán. Además, de tantos otros actos donde se siente que está decidida a ponerse al frente y consolidar este proyecto nacional.
El acto de la militancia del viernes en Huracán marcó el inicio de un estado de movilización que solo tendrá un pequeño respiro después del triunfo de Cristina el próximo 23 de octubre. Después, habrá que seguir organizándose para garantizar la profundización de este modelo, algo que solo conseguiremos si estamos unidos y organizados. El discurso del 11 de marzo fue redondo. Primero, por lo emotivo. Luego, por lo netamente político, porque especialmente le habló a la juventud. Y señaló un aspecto central: habló de que esta generación del bicentenario no se organiza y participa en contra de algo o de alguien, sino a favor de un proyecto. Y esto es un diferencial que tal vez ninguna de nuestras generaciones tuvo la oportunidad de vivir. Por lo tanto, aun rescatando lo bueno de contemplar la referencias de las otras generaciones, los animó a hacer sus propia experiencia. Como mensaje potente paralelo, estuvo la presencia de sus hijos Máximo y Florencia, no en el cómodo vip de los funcionarios y compañía, sino en la popular, con esa juventud maravillosa que no es el futuro si no el mismísimo presente.
Para completar la quincena, el domingo en Catamarca fue un día glorioso para los compañeros que pudieron vivir una elección que apenas hace 20 días no daba más que para un buen susto, o para armar un buen bloque en la legislatura. Y sin embargo, el empeño de la militancia y el compromiso de la compañera Presidenta dio vuelta la historia. Los que esperaban una derrota para luego, desde los medios hegemónicos, fungir de opositores explicando que con esta derrota se aproximaba el fin de la era K, se quedaron atragantados. Se notó mucho en los medios del Grupo que todo estaba preparado para otro escenario, bastaba verle la expresión a María Laura Santillán, cónyuge del director de noticias de Artear.
Este domingo en Chubut continuará este marzo agitado que le va poniendo el sello a un año tremendo. Como viene la mano, el portugués Das Neves se va a quedar con poco crédito (en el mejor de los casos) y deberá abandonar esa candidatura presidencial que da vergüenza ajena y solo sirve para que algunos vivillos lo luqueen en Buenos Aires. La gente de su provincia dice que ha sido un buen gobernador para Chubut. ¿No es más digno retirarse con la frente bien alta en lugar de ser parte de la comparsa del impresentable de Duhalde?
Aquí en la Capital, seguimos esperando que el niño rico se decida cuándo se votará. Le queda poco tiempo. Sea cuando sea, en la ciudad se van a poner en juego dos modelos y concepciones: el que está en marcha desde aquel 25 de mayo de 2003 en el país, o seguir anclados en esta reversión berreta de los ’90, donde (como Menem con Bolocco en la previa de los comicios de 2003) el mayor argumento de campaña del candidato del establishment es el embarazo de su nueva y mucho más joven esposa.