La gestión es como tirar margaritas a los chanchos

Aunque intente ocultarlo, a Mauricio Macri no le faltan problemas de gobernance interna. El día a día ha limitado ese stock de espíritu emprendedor que lo catapultara al Palacio Municipal sin mayores merecimientos que la muñeca de un asesor ecuatoriano.

Desde el vamos, arrancó con un policy-making process sumamente complejo, juntando (porque es un rejunte) a justicialistas que se quedaron en los ‘90, liberales de prosapia, tecnócratas de la universidad Di Tella, empleados de Socma y gente de edad media que simplemente está allí para ganar plata.

Ese notable policy-making process sedujo al votante porteño acaso porque el amarillo es un color PRO, o porque el progresismo venía haciendo agua.

En carrera hacia la Rosada, Mauricio dijo:

—No vamos a poder cumplir la promesa de construir subtes porque el Poder Ejecutivo Nacional no nos da avales—, y todos entendimos que habrá que votarlo a presidente para que se den al fin esas garantías absolutamente pertinentes. Curiosa manera de hacer política, mediante endeudamiento del Estado. Así, cualquier cacatúa sueña.

Los ocho meses de “gestión”, esa entelequia que los neoliberales presentan como un conocimiento iniciático que solo la empresa y sus universidades anexas pueden brindar, muestran poco más que mediocridad, metidas de pata y negocios privados. Sobre el eventual éxito de la gestión neoliberal, está la Argentina desmantelada para dar fe.

Pero la memoria no abunda, falta.

Complicidades

Las feroces peleas internas entre la vicejefa Gabriela Michetti (que construye mediáticamente su imagen de Santa Cecilia con la bendición del Banco Mundial y el Vaticano), el Guasón Rodríguez Larreta y el Guapo Santilli no logran tapar que aquí hay un pacto de gobernabilidad al que no es ajeno Diego Kravetz, jefe del bloque de legisladores del Frente para la Victoria. Todos quieren quedarse con la herencia si el patrón acierta con un pleno, que está muy verde, pero cuentan a favor con un FpV en estado comatoso y un progresismo deslucido y afrancesado.

Mucha promesa electoral como revolución productiva y salariazo sin que el vecino porteño haya logrado ese amistoso empowderment que lo recicle en feliz consumidor de gestión.

Entre todos los macaneos macristas, es patético el caso del señor Mariano Narodowski, ministro de Educación, quien viene construyendo su discurso desde años atrás junto a su ex-mujer, la licenciada en comunicación Silvina Gvirtz, empleada de la Fundación Noble.

Es el viejo truco de un discurso para la gilada.

Mientras Mariano incrementa la financiación para la educación privada (considerada oficialmente como un proxy) y recorta becas y subsidios para cooperadoras del sector público (considerado oficialmente como un quasi market), avanza en la reingeniería necesaria para convertir el sistema en algo que se parezca a las acreditadas grant maintained schools.

Todo administrado por sospechosas fundaciones privadas.

Para que se entienda: proxy es, por ejemplo, una empresa ligada a Macri que consigue un contrato de largo plazo con el gobierno de la ciudad. Por caso, el alquiler de automóviles oficiales, o la administración contable de las escuelas públicas, o el negocio de los adoquines.

Tal enchastro de negocios privados y política pública llamada gestión alumbró en Educación un nuevo proxy amigable con los cortes de ruta de los campesinos enriquecidos.

Trisoja en el comedor

Ese proxy es la Compañía Latinoamericana de Alimentos SA, propietaria de la marca registrada “Trisoja”: maíz, soja y trigo. Con sede en Lobos, ha logrado hacer pasar por alimento humano un forraje para cerdos que ya ha sido adquirido por Serbia y Montenegro para consumo en hospitales, cuarteles y cárceles.

Varias páginas de Internet dedicadas a las dietas alternativas, a la literatura de Paulo Coelho y al buen vivir en el country, sponsoreadas por la Compañía Latinoamericana de Alimentos, alaban la marca “Trisoja”® como el nuevo comestible del futuro, superior incluso a las salchichas, el dogui y los big-mac.

La directora de Comedores Escolares del gobierno de la ciudad aventuró una opinión científica sobre la “Trisoja”®:

–¡Es riquísimaaaaa…!

El objetivo empresario de la Compañía Latinoamericana de Alimentos SA es el gran mercado chino, pero ellos no son tontos: le tiran la “Trisoja”® a los chanchos. Aquí no, aquí preferimos la soja para que Biolcatti y Miguens puedan exportar toda la carne.

Desde que el Lole ingresó a la política, lo porcino está presente en la clase dirigente argentina: recorriendo todos los medios, Omar Chabán, tras repetir que se siente como un vegetal (bastante activo para malvón), opinó que “cuando promovía el rock chabón estaba tirando margaritas a los chanchos”.

Con el eufemismo de “cazuela mixta”, la “Trisoja”® ha reemplazado a la carne en la dieta de todos los comedores escolares de la ciudad de Buenos Aires. Y aumentó de $5,60 a $7,20 el costo unitario de cada ración de catering para que ese proxy haga cash.

El que reparte, comparte.

La “cazuela mixta” tiene un alto grado de accountability para el molino que la fabrica, pero cierta responsiveness estatal hacia los padres de los alumnos perjudicados, quienes no fueron consultados en esa degradación de la school choice.

No es ese el único síntoma de revolución productiva y salariazo.

Amonestaciones en el aula

En uno de sus infrecuentes textos sin jerga school trade, y citando recurrentemente a Milton Fridman, Narodowski escribió en 1999 (“Hiperregulación en escuelas públicas”) respecto de las amonestaciones que se evidenciaba la ineficacia de esta herramienta pedagógica para controlar o al menos contener el conflicto en las escuelas. Nueve años mas tarde reimpone las amonestaciones para controlar o al menos contener el conflicto en las escuelas.

Es incomprensible.

La “Trisoja”® contiene suficientes isoflavonas y estrógenos como para situar a sus consumidores en las nuevas orientaciones de género del siglo XXI, pero también los deja mansitos mansitos, con lo que la amenaza de las amonestaciones se convierte en una cuestión abstracta. Solo falta que el ex-ingeniero Blumberg proponga agregar un ansiolítico a la ración para controlar o al menos contener la violencia escolar.

El alto tenor de fibras presentes en la “Trisoja”® también augura serios problemas para Aysa.

La saludable reacción estudiantil ante el tema de las becas muestra, sin embargo, que nuevamente están tirando margaritas a los chanchos.

Mariano, Mariano, la Argentina es una máquina de fabricar chantas con título.

(Texto en bastardilla, cortesía de Mariano Narodowski©)

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