Por Cinquemani Damián, Zapata Ana María, Rodríguez Gabriela, Arrendal Matías, Legrini Catriel, Beduino Claudia, Goncalvez Madrid Antonio, Gargiulo Giuliano Y Graciela Beatriz Valenzuela*
Los medios de comunicación influyen con sus titulares con ánimo de desvirtuar decisiones de políticas educativas, tal como sucedió con lo que afirmó el ministro de Educación, Nicolás Trotta al sostener que “ningún alumno repetirá el año”.
De esta forma, nos preguntamos, ¿era el momento oportuno para este titular?, la falta de control de los medios y del timing para expresar determinadas opiniones promueven la existencia de especulaciones. Todo lo contrario a lo que sucedió durante la gestión de Mauricio Macri, cuando se instaló el programa “Red de escuelas de Aprendizaje” promoviendo la no repitencia, y vimos que no fue motivo de deserción escolar ―tampoco salieron desde los medios a criticarlo― creyendo oportuno hacer transformaciones en nuestro sistema educativo.
Por ello, proponemos repensar nuestras prácticas docentes, trabajar con las familias y con la escuela misma, preguntarnos: ¿Qué queremos? ¿Qué enseñamos? ¿Cómo enseñamos? ¿Para qué enseñamos? ¿Y desde dónde nos paramos para enseñar lo que enseñamos?
Tenemos que ser capaces de reflexionar sobre el rol de la escuela como Institución en este nuevo paradigma, el de y la docente como sujeto político, trabajador/a de la educación y actor social como garante de un derecho.
Nuestra escuela ―como institución― queda arcaica en un paradigma vetusto que buscaba homogeneizar, siendo que hoy la escuela debe garantizar la creación de oportunidades heterogéneas. Es fundamental reconocer las diferentes realidades, como las que persisten en zonas rurales, con necesidades distintas, en las que existen diversas problemáticas que impiden garantizar una continuidad pedagógica, agrandando la brecha de desigualdades educativas de nuestro país.
Sin olvidar la difícil tarea del trabajo con adolescentes, con familias que tienen problemas económicos, habitacionales, laborales, sin poder acompañar muchas veces al estudiante, considerando ese titular en consecuencia como “catástrofe”, ya que los medios de comunicación tienen mucha incidencia en cómo las familias perciben las políticas educativas.
Nuestro punto de partida es que debemos garantizar que todos les estudiantes tengan la misma igualdad de condiciones, pero ¿Estamos capacitados y conscientes para estos momentos de cómo abordar lo que se requiere para una verdadera inclusión? A lo que debemos sumarle situaciones de maltrato y abuso que viven algunas familias, más el aislamiento de otras por falta de conectividad.
Muchos docentes aún no han comprendido el rol político que tienen como sujetos transformadores de la realidad social, a ellos les da pánico la palabra “política” en la escuela, en el aula o en sala de maestros, ellos alientan a “no hablar de política”, a ellos sepamos decirles que definitivamente ocupan un rol político, como también lo ocupan las corporaciones mediáticas.
La influencia de los medios ―ya desde la gestión anterior― en referencia al titular motivador de estas líneas, vino para quedarse. Por ello, debemos empoderarnos con medios de comunicación propios para esa franja de gente que se nutre solo de títulos, sin lectura necesaria para determinar este vínculo entre la educación y la política, sobre todo en políticas públicas de Estado porque los medios de comunicación solo desinforman.
Tal como sucedió durante el gobierno de Cristina Kirchner, por ejemplo, no se comunicó ni difundió lo suficiente la cantidad de recursos, capacitaciones y aportes que por derecho se brindaron a la comunidad educativa. Y como la sociedad consume medios, hay que aprovecharlos para mejorar estas cuestiones, porque después la sociedad se queda solamente con los dichos por los medios hegemónicos.
Nuestro rol docente tiene una carga negativa en el común de la sociedad, gran parte promovido por esta representación de la realidad de las que los medios forman parte. Por ello, debemos revertirlo, porque amamos lo que hacemos. La docencia aunque sea estresante, es la profesión que crea las demás profesiones y la devolución es gratificante.
