Larreta y Morales, el mismo perro

El jujeño Morales y el porteño Larreta, ambos exponentes de un modelo político privatizador y represivo. Un recorrido por las políticas que hermanan sus gestiones.

El dicho popular “cortado por la misma tijera” nos habla de personas que, a pesar de provenir de lugares distantes, se parecen mucho y actúan de modo semejante, tal el caso de Gerardo Morales y Rodríguez Larreta. No por algo comparten la misma alianza política y a pesar de anotarse en la carrera para competir en la interna por un lugar que los lleve a ser los candidatos presidenciales del espacio que los reúne, no es impensada la fórmula que lleve al actual jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a la cabeza y al jujeño Morales como su vice.

En los festejos de la última elección a gobernador provincial, donde resultó electo el delfín de Morales, Carlos Sadir –actual ministro de Hacienda y Finanzas de la provincia—, se lo vio a Larreta ponderar la gestión de Morales y la “transformación” del estado jujeño llevada con mano firme. Esa transformación fue coronada con la aprobación entre gallos y medianoche, de una reforma constitucional que avasalla los derechos ciudadanos de las comunidades, pero también, permite la extranjerización de la tierra y el avance de las multinacionales en la explotación del litio, como denunciara el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla. Morales es un experto en negociados público-privados. Cuando en septiembre de 2017 se reglamentó la ley que regula el uso medicinal del cannabis, entre las diversas compañías extranjeras que posaron sus ojos sobre la Argentina, la que piso más fuerte, fue la estadounidense Player´s Network, la cual se asoció con Cannabis Avatara, controlada por el estado jujeño y crearon la empresa Cannava, la cual es presidida por el hijo de Morales. En febrero de 2021 consiguieron la autorización del Ministerio de Seguridad, para avanzar en la creación de un centro de elaboración de 14.000 hectáreas en la finca El Pongo. Para desalojar dicho predio ocupado por agricultores familiares, asentados desde hace más de cuarenta años, Morales recurre al aumento desproporcionado de las parcelas y a amedrentar a los campesinos con fuerzas policiales y patotas armadas que actúan durante la noche. También hay denuncias que la exportación del cannabis no es para fines medicinales, sino para la fabricación de cerveza de marihuana por parte de la firma Constellatión Brands, en el estado de California, que es la propietaria de la marca Corona, que elabora dicha bebida.

En los primeros días del gobierno de Mauricio Macri, amparado por esa protección nacional, Gerardo Morales encarceló a Milagro Sala, con un poder judicial manejado a su antojo, las causas se fueron sumando y muchas veces volvió a ser juzgada en una misma causa, donde resultaba absuelta o con penas menores a las esperadas, con esas artimañas políticas, la líder de la Tupac lleva ocho años detenida de manera arbitraria. Ese manejo de la justicia no es nuevo y se replica en todos los lugares donde gobierna la alianza derechista o donde tiene poder para hacerlo, el ejemplo más claro son los tribunales federales de Comodoro Py y los tribunales porteños, donde las causas se duermen o no son investigadas como se debiera investigar, tal el caso de Arshak Karhanyan, el policía desaparecido y de cuya desaparición está fuertemente sospechada la misma fuerza que integraba, es decir la Policía de la Ciudad. Esto no es una coincidencia azarosa ni una mera coincidencia ideológica, se corresponde con un diseño de dominación claramente establecido, en una red tejida por el poder político, el partido judicial, una fuerza policial y los medios de comunicación hegemónicos. Que el gobernador electo, Carlos Sadir, sea un férreo defensor de la reforma constitucional propiciada por su mentor, no llama la atención en absoluto, por algo está donde está y es el continuador de una sistematización de políticas de privilegios y cercenamientos de derechos públicos e individuales.

En la ciudad gobernada por Larreta, los negociados donde lo público se privatiza casi sin oposición, pues goza de mayoría legislativa, las cosas no son diferentes a lo que sucede en Jujuy, las denuncias se van acumulando. Hace poco más de dos meses, el larretismo aprobó en la Legislatura, la urbanización de los terrenos de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, la aprobación como es recurrente en estos casos desoyó las opiniones de colectivos ambientalistas, referentes académicos y de vecinos, que reclaman soluciones ambientales y de salubridad para la comunidad en la cual viven, entre ellas el mejoramiento cloacal y sanitario. En una nota publicada en este mismo medio a fines de marzo, con relación a este tema, escribía lo siguiente: “A las voces discordantes, se le suman la de los vecinos del Barrio Rodrigo Bueno, quienes se quejan entre otras cosas, de que de las 400 viviendas construidas, 90 les fueron entregadas a familias de otros asentamientos, que en las construcciones hay filtraciones de aguas en la paredes, además de obstrucciones en las cañerías y desagües, mientras que del otro lado del canal que separa a la villa de los terrenos de IRSA se planea construir torres de 145 pisos. En una visita de campaña electoral, Larreta debió huir custodiado del lugar por la Policía de la Ciudad, su fuerza de choque, ante el aluvión de insultos y repudios propalados por los vecinos debido a sus promesas incumplidas. La empresa IRSA es una adjudicataria continua de obras millonarias por parte del gobierno de la Ciudad, no es para menos, su presidente no es otro que Eduardo Elsztain, dueño de los grandes shopping de la Ciudad de Buenos Aires como el Abasto y Alto Palermo, aunque estos son negocios menores, ya que está ligado a emprendimientos inmobiliarios y millonarios en la Patagonia, en sociedad con el usurpador del Lago Escondido, Joe Lewis.

Si el gobernador electo en Jujuy, Carlos Sadir, se muestra exultante y férreo defensor de la reforma constitucional que impulsó Morales durante su segundo mandato, niega por supuesto que la misma implique un avance del Poder Ejecutivo sobre la Justicia o el Legislativo, palabras que las puebladas que suceden en estos días por todo el territorio jujeño, desmienten y que a la vez son reprimidas con saña y encarcelamiento de quienes le ponen el cuerpo a las balas y esto no es metafórico. Como toda réplica, la misma tiene su correlato, en estos días el candidato apadrinado por Larreta para sucederlo en la jefatura del gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, prometió limpiar la calle de indigentes que ocupan los espacios públicos y los cajeros automáticos para protegerse del frío. No habló de planes de viviendas o soluciones habitacionales, sino de medidas represivas. Y también de la quita de subsidios o planes sociales a aquellos que concurran a marchas o piquetes con sus hijos. Esa preocupación por la infancia, no corre en paralelo con lo que sucede en las escuelas porteñas, donde las clases se suspenden a menudo por falta de calefacción en las aulas o la invasión de ratas en las mismas, un alumnado que también padece el empobrecimiento en las viandas de los comedores escolares. Hechos relacionados con el recorte que año tras año se opera en el presupuesto dedicado a educación, desde que gobierna Cambiemos la ciudad. 

Cortados por la misma tijera, el mismo perro con diferente collar, son los refranes populares que le caben tanto a Morales y a Larreta o viceversa. En un punto son lo mismo, el avasallamiento de derechos es el lugar común que los reúne, esta verdad de Perogrullo, se comprueba de modo casi rutinario. Mientras Morales reprime y encarcela al pueblo jujeño, más allá de haber ganado la elección que le asegura continuidad a sus políticas, el triunfo parece verse cuestionado y poco legitimado, por las protestas que visualizan el hartazgo de la población ante tanto atropello institucional, atropellos que también comete Larreta, cuando sin orden judicial y fuera de las horas legalmente aprobadas para realizar un operativo que contemple un desalojo, echa a la calle a las mujeres con sus hijos de la Casa Pringles, un lugar de acogida a quienes sufrieron violencia de género y de un día para el otro se quedaron sin nada, incluida la protección que el Estado constitucionalmente debería otorgarles.

Las PASO determinaran en poco tiempo los binomios por la carrera presidencial, en ese marco no es descabellado pensar uno integrado por Morales y Larreta o viceversa, en cualquiera de los casos, ya sabemos de qué va la fórmula.

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