“La mesa es demasiado chica para una unidad tan grande”

La CGT unida y agazapada: hoja de ruta, tensiones internas y la discusión por el paro nacional
Foto: Télam
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Con la presión de una política económica que ya no sólo impacta en el bolsillo de los trabajadores sino que en muchos casos pone en riesgo la continuidad laboral, las tres ramas de la CGT consiguieron sellar la unidad, gracias a la herramienta de una conducción colegiada. En el estadio de Obras Sanitarias, casi 1600 congresales de 124 organizaciones sindicales celebraron un congreso extraordinario que ratificó lo que hace meses se venía amasando: que será un triunvirato el que ahora lleve las riendas de la central reagrupada, con los nombres que ya se conocían y que no estaban abiertos a la negociación ni a las incorporaciones de último momento. Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento; Héctor Daer, de Sanidad; y Carlos Acuña, de los empleados de estaciones de servicio, son la nueva jefatura de una CGT que enfrente tiene a un gobierno nacional tan receptivo y solícito con las necesidades del sector privado como poco sensible a los reclamos del movimiento obrero.

 

Cada uno de los flamantes secretarios generales –cuyo mandato será de cuatro años– fue impulsado por alguno de los grandes espacios en que, hasta ayer, estaba divida la “columna vertebral” de la que hablaba Perón: Schmidt viene de la CGT Azopardo de Hugo Moyano; Daer tuvo el apoyo del espacio de Antonio Caló y los llamados gremios “gordos”, mientras que la central Azul y Blanca, del gastronómico Luis Barrionuevo, ubicó al estacionero Acuña.

 

A pesar de las muchas advertencias lanzadas en la previa, en su presentación esta nueva conducción no hizo un llamado al paro, aunque sí volvió a criticar con dureza el rumbo que la gestión Macri le imprime al país, con una inflación que cerrará el año rondando el 45%, con miles de puestos de trabajo perdidos y un mercado interno diezmado y bajo amenaza por la apertura importadora. También le van a pedir una audiencia al presidente y, en los próximos días, emitirán un documento con las exigencias de la CGT para el Poder Ejecutivo.

«A pesar de las muchas advertencias lanzadas en la previa, en su presentación esta nueva conducción no hizo un llamado al paro, aunque sí volvió a criticar con dureza el rumbo que la gestión Macri le imprime al país»

Claro que el precio de la unidad fue alto. De eso dieron cuenta muchos de los datos surgidos en el congreso normalizador. Antes que nada, la propia fórmula escogida para contener a las tres vertientes cegetistas, que no fue la síntesis sino la suma. Es decir, en lugar de un secretario general se votó por ampliar las sillas en la cúpula. Por otra parte, los sectores que, por distintos motivos y objetivos, desde un origen rechazaron la conveniencia del triunvirato, nunca pudieron ser convencidos de cambiar y hoy forman una nueva disidencia.

 

En ese grupo hay tres posiciones y líneas de acción. Por un lado, están los 68 pequeños gremios que logró encolumnar el líder de la UATRE, Gerónimo “Momo” Venegas, quien tiene línea directa con la Casa Rosada y que cuestionó la validez legal de las decisiones tomadas en el acto de Obras Sanitarias. El Momo se declaró afuera de la CGT y apuesta a que su buena relación con el macrismo, que antes no lo ayudó a escalar lugares en la conducción, ahora se traduzca en el respaldo a su impugnación, que debe ser evaluada por el Ministerio de Trabajo. En una postura intermedia está el Movimiento de Acción Sindical (MASA), conducido por el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, que también se oponen a la colegiatura y faltaron a la cumbre de ayer, pero que no impugnaron y, a pesar de todo, siguen dentro de la central. Por último, está la Corriente Federal Sindical, con la referencia del bancario Sergio Palazzo, el “gringo” Héctor Amichetti, de la Federación Grafica Bonaerense, y los sindicatos del Núcleo del MTA. La Corriente se hizo presente en el cónclave, pero sus miembros se retiraron cuando no consiguieron un lugar en la mesa de decisiones, y pidieron votar un plan de lucha que incluya la convocatoria inmediata a un paro general.

 

Foto: Télam
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Plan de acción

Tras 12 años en el corazón de la escena sindical, el congreso que firmó la unidad fue también el de la despedida para Hugo Moyano. “Al movimiento obrero no lo doblega nadie. Estos compañeros que asumen la conducción van a poner todo lo necesario para que los reclamos de los trabajadores sean de una vez por todas escuchados”, aseguró el camionero, que ahora va a poder dedicarle más tiempo a su nueva pasión: la intrincada lucha por el poder en la AFA.

 

Emocionado, Moyano habló del peso de lo conseguido: “Es muy importante la decisión de una conducción nueva, pero es más la forma democrática de lograrlo”, sostuvo, y por eso también reprochó a quienes faltaron o se fueron. “Si hubiesen practicado la democracia hubieran estado presentes. A veces se anteponen los intereses personales sobre los intereses del conjunto”, fustigó.

 

A su turno, Caló consideró que “el país no está floreciente, está preocupado, hay problemas con tarifazos, con la inflación, con la importación”, y aseguró:No vamos a dejar que el Gobierno nos invada ni con China ni con India”, en referencia a la llegada indiscriminada de productos extranjeros. El líder metalúrgico fue otro que cargó contra los ausentes: “Los compañeros que no han querido participar creo que se han equivocado”, concluyó. Mucho más duro fue el incombustible Barrionuevo: “Aquellos que vienen a querernos imponer medidas de fuerza, es una falta de respeto. Quédense tranquilos que somos prudentes y sabemos cuándo, qué día y a qué hora”, retrucó.

«Los sectores que, por distintos motivos y objetivos, desde un origen rechazaron la conveniencia del triunvirato, nunca pudieron ser convencidos de cambiar y hoy forman una nueva disidencia»

Ante la falta de acciones de lucha concretas, la hoja de ruta más detallada la dio el estacionero Acuña, que comenzó por descartar el llamado a un paro como primer paso. Sostuvo que antes “tiene que haber una propuesta del movimiento obrero hacia el gobierno advirtiéndole lo que está mal, para que empiecen a revertir esta situación urgentemente”. Luego, agregó, “si no escuchan la voz de los trabajadores, se iniciará un plan de lucha”. Acuña consideró que el gobierno “tiene que tener la oportunidad” pero aclaró que van a hacer “los reclamos que corresponde”, porque “el hambre y el temor a perder el trabajo no esperan”.

 

Ya finalizado el acto y ante la prensa, Daer agregó que “el paro es parte de una estrategia” más amplia, cuestionó a los gremios que se retiraron y planteó que “los empresarios tienen que defender el trabajo”. En cuanto a Schmid, advirtió que “la derecha viene en busca de las conquistas obreras”, por lo que “hay que prepararse”, y sostuvo que en ese sentido “lo primero es reactivar la economía”.

 

Fracturas y disidencias

“La mesa es demasiado chica para una unidad tan grande”. Con esa frase, el bancario Palazzo resumió las razones por las que la Corriente Sindical Federal decidió abandonar el estadio de Obras Sanitarias, luego de que el espacio que encabeza no lograra acceder a un lugar en un eventual triunvirato ampliado. “Como la unidad no se da en esos términos dejamos en libertad de acción a esa conducción. Vamos a seguir siendo parte de la CGT pero no aceptamos los cargos que nos propusieron”, agregó el “Gringo” Amichetti. “Era necesario abrir esa conducción que está limitada a tres compañeros, a tres sectores del movimiento obrero, e incorporar otros que no están contemplados”, abundó el dirigente de los gráficos bonaerenses.

 

Antes de abandonar el acto, Palazzo había solicitado votar “un plan que contemple a todos los trabajadores, que se establezca un paro nacional de 24 horas y que la CGT tenga un programa para discutirle la agenda y no regalársela a los Aranguren, a los Macri o a los Prat Gay”.

 

De todos modos, la Corriente aclaró que no se va de la central unificada y adelantó que en los próximos días participará de distintas actividades. En principio, se va a sumar a las dos CTA en la Marcha Federal que arranca el 31 de agosto, y también será parte de la audiencia pública del 12 de septiembre para discutir el tarifazo.

«Caló consideró que ‘el país no está floreciente, está preocupado, hay problemas con tarifazos, con la inflación, con la importación’, y aseguró: ‘No vamos a dejar que el Gobierno nos invada ni con China ni con India'»

Los otros dos sectores que marcaron sus diferencias fueron los gremios que responden al “Momo” Venegas y los del MASA. Para el líder de la UATRE, de aceitada relación con el macrismo, “no funcionaron nunca los triunviratos” y “no expresan la unidad de nada, sino la voluntad de cada sector que propuso a uno de esos tres dirigentes”. Por eso, con citas al Martín Fierro -“lo que pretendemos ‘no es para mal de ninguno, sino para bien de todos’”, juró-, Venegas defendió la presentación que hizo ante la cartera de Trabajo, donde impugnó el Congreso Nacional Extraordinario y Ordinario celebrado por la CGT.

 

El Momo también se quejó de que la conducción ungida responde al paladar de Sergio Massa, porque Daer es diputado nacional del Frente Renovador y Acuña es legislador bonaerense por ese mismo partido. En respuesta, ayer Daer se definió como “un dirigente sindical en la política y no un político en el movimiento obrero”. Semanas atrás, Acuña había sido más explícito en su cruce con Venegas: “Si él no quiere darle la CGT a Massa, nosotros menos se la queremos dar a Macri”, lanzó.

 

Al margen de la polémica, ayer el tigrense se tomó un tiempo para saludar al triunvirato. “Felicitaciones y muchos éxitos a las nuevas autoridades de la CGT unificada”, escribió en Twitter.

 

En cuanto al MASA, también criticó la validez del triunvirato, pero sobre todo desde el punto de vista operativo. “Elegir un triunvirato no solo no respeta el estatuto de la CGT sino que sigue plasmando divisiones”, aseguró el ferroviario Sasia, que recordó el peso específico de espacio que encabeza, donde figuran Smata y Luz y Fuerza, entre otros sectores influyentes. “Somos más de 50 sindicatos que no vamos a participar de este esquema. No vamos a bajar nuestras banderas pero no vamos a ocupar ningún cargo en esta central”, precisó el líder de la Unión Ferroviaria. Y, en coincidencia con la Corriente Federal, reclamó un plan de lucha. “Si la CGT decide convocar a un paro, nosotros iremos y acompañaremos”, aseguró.

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