Cerramos el año y los balances son inevitables. Los personales están llenos de sentimientos de frustración para la mayoría de los argentinos, pero hay un pequeño grupo para el que todo fue ganancia. Lo triste de comenzar este balance así, es tener la certeza de que ese pequeño grupo que ganó está conformado por quienes gobiernan la Argentina y sus amigos empresarios. Los que perdieron son el resto de los argentinos.
Para iniciar con una buena, debemos decir que la pobreza bajó. Bueno… bajó según las estimaciones de Sandra Petobello y su equipo, o para quienes deciden qué lecturas hacer de los datos del INDEC.
En un informe de Cenital, Daniel Schteingart explica que la cifra de baja de pobreza que el gobierno festeja se debe a una lectura influenciada por un desfase metodológico entre ingresos y precios. El gobierno elige mostrar los números sin la corrección de ese desfase y, por eso, le dan tan positivos con respecto a los trimestres anteriores del mismo 2024 (primer trimestre 38,6; segundo trimestre 54,9). Pero, si se corrige ese desfase, la pobreza estaría 3,5 por arriba de los otros trimestres. Una vez más, nos muestran la realidad que quieren que creamos… y no la que vivimos.
Hablemos de la imagen del presidente, ya que estamos hablando de realidades construidas a pedido.
Este dato es tan importante para el gobierno nacional y para el mismo presidente, que entre sus frases icónicas del año nos dejó: “Soy el político más popular del mundo”.
Dardo Fernández, en @DSDiarios, hace un análisis sobre la evolución de estas mediciones tomando datos de las consultoras más importantes a nivel nacional. En el último informe nos dice que son seis las empresas que midieron en este mes y sostienen el aumento en los números de imagen positiva, luego de la caída que observó en el mes de septiembre.
Las consultoras tomadas para este análisis son: @solmoiragoc (57,8 puntos porcentuales: too much); @Opinargentina (53 pp); @CBconsultoraok (52,3); @EquipoMide (52); @Opinaia (51) y @AnalogiasOk (42,8 sólo positiva sin regular).
Estos datos no solo nos permiten ver cómo mide y qué elige mostrar el gobierno a los argentinos, sino también dónde tiene el foco, porque la batalla mediática a raíz de la publicación de estos números fue en relación con la imagen de la vicepresidenta, Victoria Villaruel, de quien dicen que tiene una imagen positiva que está por encima del 51%: sorprendente.
Obsesionado por las elecciones de medio término, el gobierno contrató un significativo número de consultoras (Aurelio, Analía Del Franco, Gustavo Córdoba, Opinaia, Demos, Tinargen o Barda comunicación), mientras dejó afuera otras: a pesar de que presentó precios competitivos en casi todos los ítems, la Universidad Nacional de Tres de Febrero resultó excluida de la compulsa y se rechazó la queja presentada ante el gobierno.[1] Nada nuevo bajo el sol.
La provincia de Tucumán tiene el segundo mejor gobernador de la Argentina, eso dice la encuesta dada a conocer por el mismo gobierno provincial: con el 62,2% de imagen positiva Osvaldo Jaldo se encuentra por debajo de Maximiliano Pullaro que lidera el ranking.
¿Qué dirán los tucumanos que son víctimas de la violencia policial sobre este segundo puesto? ¿O los tucumanos que hoy viven en las calles? ¿Los que hacen fila cuando cierran las panaderías y bares para recibir comida? ¿Las largas filas de jóvenes con CV en las manos que buscan trabajo?
Hay dos Tucumán, una es la que describe el gobernador y sus empleados, y otra es la que se sufre a diario.
¿Y los jubilados? Con un aumento del 250% en el precio de los medicamentos durante el último año y con la quita de la entrega del 100% que les brindaba el PAMI, ¿podrán decir que tenemos al mejor presidente del mundo y al segundo mejor gobernador de la Argentina?
Tenemos un gobierno que elige la crueldad como metodología y la destrucción del Estado como meta, mientras hay argentinos y argentinas que sufren, excluidos de los números, del sistema y de la posibilidad de pensar un mañana porque cada día hay un derecho avasallado y una puerta más que se cierra.
Hay un desafío que asumir para el próximo año: construir una voz más fuerte, para que los números en los medios y redes sociales no acallen el rostro del pueblo. Los argentinos y argentinas sabemos de reconstrucción y de organización. Necesitamos (re)encontrar un rumbo común. Un sendero de unidad para confluir en la misma esperanza.
Y entonces sí, será cuestión de poner manos a la obra.
[1] Ver: https://www.lapoliticaonline.com/politica/el-gobierno-contrata-a-casi-todas-las-encuestadoras-en-el-inicio-de-la-campana/
