Represión a docentes en Neuquén: sólo un anticipo de los planes de la alianza de Macri, López Murphy y Sobisch

Por Causa Popular.- En Neuquén los maestros ya llevan 60 días de huelga y nueve meses de conflicto con el Estado Provincial. Su gobernador, Jorge Sobisch, uno de los pocos dirigentes que no se molesta por mostrarse cercano a Carlos Menem, volvió a ser noticia luego de que decidiera reprimir una protesta docente que intentaba instalar una carpa frente a la Casa de Gobierno. Para los trabajadores neuquinos es una represión más, por parte de un gobernador que pelea por ganar cada vez más protagonismo en la alianza que ha tejido con Ricardo López Murphy y Mauricio Macri.

Al día siguiente de la represión, los trabajadores de la educación de Neuquén, acompañados por empleados de la salud de esa provincia, realizaron un escrache a Jorge Sobisch frente al comité de campaña que el gobernador mantiene en Buenos Aires, desde donde busca perfilarse como presidenciable para el 2007.

Los trabajadores de la educación efectuaron el escrache por “la brutal represión policial ejercida por orden del mandatario provincial” contra los docentes, mientras que el sector de salud protestó “en defensa del sistema sanitario”.

El acto fue convocado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y se realizó en la esquina de Moreno y Salta, donde también participó un numeroso grupo de empleados estatales de Neuquén.

Un comunicado de ATE, firmado por los gremialistas Eduardo de Gennaro y Ruben Mosquera, destacó que “Sobisch, quien pretende lanzar su candidatura nacional a presidente, ha reprimido de la peor manera a los docentes que instalaron una pacífica carpa, convirtiendo la protesta gremial en un campo de batalla”.

”Esto sólo es comparable a los tiempos de (Carlos) Menem, con quien el gobernador mantuvo excelentes relaciones carnales”, explicaron los gremialistas.

Luego agregaron que el mandatario neuquino procura “pintar” una imagen “progresista” de su persona, mientras no duda en reprimir a trabajadores que simplemente reclaman por “sus derechos”.

Pero en las tierras de Sobisch, no sólo los docentes son los que reciben palos en lugar de soluciones para sus reclamos. Los 470 trabajadores de la Fábrica recuperada Cerámicas Zanón y sus familias están siendo amenazados de muerte y agredidos en forma permanente por personas desconocidas que se mueven como parapoliciales con una sospechosa impunidad.

Pero las denuncias contra Sobisch, que no encuentran lugar en los tribunales locales, ya alcanzaron carácter internacional. Un sindicalista argentino presentó ante la embajada argentina en Italia una nota que pide investigar atentados y amenazas de muerte recibidas en los últimos meses por los trabajadores y familiares de Zanón, fundada por empresarios de origen italiano que han hecho lo imposible para recuperar la planta que vaciaron de una manera tan brutal que hasta la justicia ha puesto en duda sus derechos de propiedad sobre la firma.

Según un despacho de una conocida agencia internacional de noticias, el delegado Christian Moya, acompañado por miembros de sindicatos italianos, se reunió la semana pasada en la embajada argentina con el encargado de la sección económica y comercial, ministro Daniel Deodato.

Durante la reunión, Moya le presentó una nota en la que se reclama una investigación sobre estos atentados y las amenazas.

Los obreros de Zanón mantienen ocupada y en producción la fábrica desde hace tres años cuando los propietarios decidieron el cierre del establecimiento y el despido de todo su personal. En la misma nota presentada en la embajada, se pide que sea cursado el proyecto de ley de expropiación y estatización de Cerámicas Zanón que fue ocupada por un poco más de 100 trabajadores y cuenta ya con 470.

Moya realiza una misión en Europa -además de Italia, ya visitó Francia y Suecia, y ahora viajará a España- para conseguir solidaridad y apoyo internacional a su causa.

El mismo día de la presentación en Roma, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, denunció tras la represión sufrida por los docentes que en Neuquén existe una “persecución política y gremial y un avance de un modelo represivo”, tras la violencia ejercida por la policía contra un grupo de docentes que manifestaban en una carpa.

Eduardo Duhalde destacó que en Neuquén «hay una situación de pérdida de las libertades públicas, avance de un modelo autoritario y falta de respeto a los derechos humanos». El secretario de los Derechos Humanos de la Nación remarcó que en esa provincia ocurrieron hechos graves como haber baleado la casa de un dirigente gremial, amenazas a los trabajadores de la fábrica recuperada Zanon, a diputados y a defensores de los derechos de los niños, entre otros episodios.

“Advertimos un avance de un modelo represivo en Neuquén, negador de los derechos constitucionales, por lo que hacemos una denuncia pública para proteger a los sectores más amenazados por la Policía y por otros que se esconden en el anonimato», dijo Duhalde.

Las declaraciones del secretario de Derechos Humanos son muy parecidas a las que difundió el Gobierno Nacional cuando Santiago del Estero se encontraba en una situación mucho peor a la que atraviesa en la actualidad.

Pero lo cierto es que Neuquén, de la mano de Jorge Sobisch, cada día se parece más a un feudo medieval, salvo por un elemento que puede definir su suerte: los “plebeyos” locales no dan tregua en su pelea contra las ambiciones hegemónicas de una derecha provincial encarnada en la figura de su gobernador, que está dispuesto a recurrir a cualquier recurso para consolidar su poder.

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