Ganadores y perdedores

Desde 1901 se entregaron 787 premios Nóbel. ¿Quiénes lo ganaron? La respuesta es fácil. Básicamente son hombres, estadounidenses y trabajan en Harvard. Apenas 33 mujeres fueron merecedoras del millón trescientos mil dólares. De cada 10 premiados, 4 nacieron o se naturalizaron estadounidenses; y por lejos la institución académica que más potencia las probabilidades de obtener un Nóbel es Harvard. Por ejemplo, por cada Nóbel del Instituto Pasteur de Paris hay seis que trabajan en Harvard. La equivalencia no mejora mucho al cambiar de universidad: la de Heildeberge tiene un premiado por cada cino de Harvard y la de Moscú, con toda la investigación soviética a cuestas llega a uno por cada 16.

En los de Economía esta situación es más escandalosa. De los 58 galardones entregados desde 1969, 28 fueron entregados a estadounidenses. Por lejos, la universidad de donde salieron más premiados es Chicago, reconocida por ser la cuna de la ortodoxia postkeynesiana. De allí salieron 9 Nóbel de Economía. ¿Mujeres?, no, ni una.

Sobran los dedos de una mano para identificar economistas más o menos heterodoxos que hayan ganado este premio. Entre los más recientes y conocidos se encuentran el ex vicepresidente del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, y el investigador de temas de pobreza Amartya Sen.

En el amplísimo universo de los que no lo ganaron y hay cierta demanda de que lo hagan se encuentra Paul Krugman. Este economista de Princeton fue uno de los fundadores de la nueva teoría del comercio internacional, pero desde su columna en el New York Times ha sido un fuerte comentarista de temas de actualidad, y un serio crítico de las políticas económicas de los gobiernos de Estados Unidos en los últimos años, lo que para muchos es la razón por la que nunca lo obtendrá.

En Argentina hay dos candidatos con chances: uno es Julio Hipólito Olivera. Este economista santiagueño, que fue rector de la UBA a los 33 años, es considerado uno de los mentores del estructuralismo latinoamericano, escuela que presentó un modelo no monetario de inflación. Y es conocido internacionalmente por haber publicado en 1967 un trabajo titulado “Money prices and fiscal flags” donde analizó la relación entre la recaudación tributaria y la inflación. Los resultados de esta línea de investigación, que fue continuada diez años más tarde por el italiano Vito Tanzi, es conocida en la literatura económica como el “efecto Olivera-Tanzi”.

El otro economista argentino al que algunos creen con chances de ganar el Nóbel es Guillermo Calvo. Ex economista jefe del BID y actual profesor de la Universidad de Maryland, Calvo saltó a la fama por haber predicho el efecto Tequila en 1994. Quizás muchos no lo recuerden tanto por sus modelos macroeconómicos como por su postura militante en favor de la dolarización.

– Volver a: Hay premios para todos

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