Por Angélica Meneses.- lanacion.cl
Cuatro expertos nos entregan sus recetas para mejorar la performance de los candidatos el próximo debate presidencial, fijado para el 16 de noviembre, y desde ya piden cambios en el formato para que los abanderados tengan más tiempo para hablar y espacio para la réplica.
—————————-
En la Foto: Tomás Hirsch: Propuestas nuevas para que prevalezcan sus ideas le recomiendan ahora.
——————————————
La mano del candidato presidencial del Pacto Juntos Podemos Tomás Hirsch saludando a Arica fue el gesto comunicacional más poderoso del primer debate de esta campaña presidencial, y sirvió para instalar mediáticamente la opción de la izquierda extraparlamentaria.
No en vano fue el único que sacó risas la noche del 19 de octubre en el VIP de Espacio Riesco.
Y ahora que Anatel fijó para el próximo 16 de noviembre el segundo foro televisado, todos los comandos se preparan para pulir el lado “flaco” de sus abanderados, y ya tienen listo el recetario para esta segunda medición, el que en el caso de Hirsch incluye cómo acertar por segunda vez, sin el factor sorpresa de su lado.
El experto electoral de la Fundación Chile 21, Pepe Auth, al igual que el director del Instituto Libertad (RN), Roberto Ossandon, el secretario general de la UDI Patricio Melero y el dirigente comunista Juan Andrés Lagos coinciden, de partida, en la necesidad de cambiar el esquema y las reglas del juego, con el objetivo que los abanderados tengan más tiempo para hablar y replicar
Ello, pues el balance general apunta a que la alta tensión le borró la sonrisa del rostro a la postulante oficialista Michelle Bachelet, al igual que al aspirante UDI Joaquín Lavín y al empresario RN Sebastián Piñera. La excepción, Hirsch, aunque todos los demás se encargan de recordar que nada tiene que perder.
Michelle apagada
Recuperar la sonrisa le piden a Bachelet ahora.
Hay consenso en que la abanderada de la Concertación Michelle Bachelet “aprobó” el foro organizado por Canal 13-CNN. Pero a la hora de analizar su déficit también hay acuerdo en que desaprovechó su mejor recurso: la sonrisa.
Incluso Pepe Auth reconoce que para la próxima “le diría que se de un poco de tiempo para ella misma, que deje pasar más las emociones y la empatía”.
Plantea que la tensión se debió tanto al formato como al hecho que Bachelet vivió “meses de ninguneo en cuanto a sus capacidades, que generaron una tensión inevitable, pues muchos vieron esto como un test”. “Ella -acotó- se mostró asertiva, segura, con dominio de los temas, pero en ese ejercicio de seguridad y dominio, mató el sentimiento y la capacidad de empatía que ella tiene y que es tan poderoso”.
Desde la oposición, el director del Instituto Libertad, Roberto Ossandón, indicó que la abanderada de la Concertación estuvo “muy apagada”, apuntando que “es una persona que da tranquilidad, pero no se ve con liderazgo como para ser Presidente de la República”. Y aunque los sondeos post debate la arrojaron como ganadora, y la encuesta Cerc se efectuó antes del primer debate, Ossandon se aventuró a elucubrar que una medición post debate podría restarle unos cinco puntos a la candidata a favor de Hirsch, lo cual haría necesaria una segunda vuelta.
Y en una curiosa coincidencia de adjetivos, el dirigente comunista Juan Andrés Lagos, aseveró que a Bachelet “la noté apagada, muy hermética. Creo que tiene que ver con que para ella es muy fuerte que tenga que exponer una representación programática y política que es la continuidad”.
La ira de Lavín
El peinado de Lavín, un punto a mejorar el 16 de diciembre.
Criticado por su agresividad, Joaquín Lavín fue también aplaudido por la estrategia que utilizó en el primer debate, pues hay coincidencia en que le sirve para separar aguas de su competidor intrapacto, Sebastián Piñera.
El secretario general de la UDI, Patricio Melero, es el primero en asegurar que Lavín “fue el único que marcó la diferencia” en el primer debate, y no dudo ni un segundo en recomendándole que siga en la misma línea.
“Lavín -dijo- está marcando claramente una diferencia, que es lo que hace que el eje de votación se mueva y eso lo encuentro altamente positivo, hoy tildan de agresivo a Lavín, pero la mayor agresividad ha estado contra Lavín en los últimos seis años en que lo han atacado despiadadamente desde la Concertación. Lavín es agresivo hoy, porque marca la diferencia, pero no fue agresivo Lagos cuando paró el dedo contra Pinochet”.
Pepe Auth le concede el punto, y dice que el candidato UDI efectivamente “está haciendo su juego y lo está haciendo bien para el objetivo que busca, que es ganarle a Piñera”. Asegura que en ese escenario “yo haría lo mismo, y me concentraría en el discurso conservador y duro, porque él está en serio peligro que haya una fuga de adherentes desde su opción hacia Piñera, y por lo tanto todo su esfuerzo consiste en retener votos”.
Según el experto electoral de Chile 21, para ello “hay que tocar la trutruca de la tribu que en este caso se llama valores, dios, etc., hay que apelar al voto integrista, al voto ultraderechista, al voto pinochetista, de hecho si Pinochet no hubiera robado es probable que lo hubiera citado en algún momento”.
Incluso desde el PC, Juan Andrés Lagos indica que si bien Lavín estuvo “desesperado y desencajado”, se reconoce que actuó con “coherencia”. Planteó que el candidato UDI “expuso con agresividad su posición de creyente, expuso con agresividad esto de que va a terminar con la delincuencia a garrotazos y con represión, creo que expuso el rostro que antes ocultaba y que es el rostro real de esa derecha tan cavernaria que tenemos en nuestro país. Y en ese sentido, lo encontré coherente porque se jugó esa carta, que es el Lavín real y la derecha real”.
Y mientras Auth le recomendó a Lavín seguir en su línea pero con más moderación y bajando un poco los decibeles, el director del Instituto Libertad puso el toque fashion, señalando que “le mejoraría el loock, porque aparece todo despeinado, cosa que no es su tónica y no le ayuda a lo que necesita, que es trabajar la frescura de su cara”
La debilidad de Piñera
Piñera y el puño cerrado para enfrentar la delincuencia, en uno de los gestos que lo marcó en el primer debate.
Aunque los nervios se le notaron a Bachelet y a Lavín, quien se vio más afectado por este mal fue el aspirante de RN Sebastián Piñera.
Desde su propio partido, el director del Instituto Libertad le recomendó que para la próxima mire un poco más a la cámara y “en algunos casos dé alguna sonrisa”.
Pero para Ossandon aún más importante resulta mejorar en la discusión de fondo, “buscando en el poco tiempo que queda algo más novedoso, porque al final está bien repetir las cosas porque es importante, pero de repente hay que tener algún as debajo de la manga y eso es lo que se espera a veces de Sebastián. El resto está bien, demuestra altura presidencial, conocimiento en todos los temas”.
En ese punto ahondó Pepe Auth, quien planteó que “Piñera estuvo débil en relación a las expectativas que se pudieron haber cifrado, y en ese sentido decepcionó, pues de acuerdo a encuestas se esperaba que él fuera lejos el mejor, el más seguro, claro y propositito y la verdad que no hubo esa diferencia con Michelle ni con Lavín”.
El mismo experto electoral hizo hincapié en que el abanderado RN debe resolver “si pelea el electorado centro derechista con Lavín sacrificando la opción de pelear de verdad en una segunda vuelta o se arriesga a pelear por crecer, aún a costa de poder perder con Lavín en primera vuelta”.
Para Juan Andrés Lagos, Piñera se mantuvo en el centro para “tratar de robar cierto espacio de influencia al voto DC, pero fue muy poco creíble respecto de planteamientos como la concentración del modelo, la generación de empleos, temas de ciudadanía, de participación, creo que ahí hay incoherencia entre discurso e historia propia”.
Hirsch y el factor sorpresa
Propuestas nuevas para que prevalezcan sus ideas le recomiendan a Hirsch ahora.
¿Cómo no va a ser sorpresa?, se pregunta Juan Andrés Lagos, subrayando que nunca se había puesto en un mismo nivel a todos los candidatos y el año 99 Hirsch estuvo con Gladys Marín protestando en las afueras del hotel donde se realizó el debate al que no fueron invitados “los candidatos chicos”.
El dirigente del PC, junto con aplaudir la ironía de su candidato y recomendarle que sea aún más afectivo y cercano en un próximo debate, sentencia que puede crecer en dos direcciones: “Por una parte está el descontento concertacionista, que puede de alguna manera volcarse a Hirsch, y está también el descontento de gente que creyó en el populismo extremo de Lavín en la elección anterior, gente que votó por él y que ahora se da cuenta que no es más que el representante de una derecha dura”.
Pepe Auth apunta que si bien el candidato del Juntos Podemos Más se dio a conocer muy bien, “el problema es que no sólo necesita demostrar que es inteligente, que tiene propuestas de interés, sino que tiene que convencer a los electores que votar por él no es inútil, mostrar cuál es el sentido de votar por él si la Presidenta será Michelle Bachelet, o sea combatir contra el voto útil”.
En ese sentido, le aconseja que “diseñe y ofrezca no sólo ideología, sino que algunas propuestas concretas sobre las cuales él convoque a los electores a votar, para que éstas tengan fuerza independientemente de quién gobierne luego. Su mensaje debe ser que votar por sus propuestas ayudará a que ellas se realicen, o sea votar por ideas para que después pesen e influyan en la gestión gubernamental”.
Para Ossandón en cambio “Hisch no tiene una propuesta, sino que es parte de un show publicitario. Cuando se le pregunta donde funciona su modelo, él dice ‘lea mi programa’, porque no ha funcionado en ninguna parte del mundo. Sigue con el discurso del año 60”.
El formato ideal
Sin un formato convenido aún con la Asociación Nacional de Televisión (Anatel) piden desde ya un poco más de tiempo para que los candidatos fundamenten las respuestas y repliquen. Noventa minutos es para ellos el tiempo ideal y así lo han propuesto.
El experto electoral Pepe Auth señala que “lo único que podría generar un atractivo adicional al debate es más intercambio de opinión entre los candidatos. Yo daría 90 segundos en lugar de 60 para cada respuesta. Además entregaría entre tres y cinco minutos para réplica y comentarios a las intervenciones de los otros. Eso introduciría una mayor dinámica y los sacaría del formato conferencia de prensa simultánea que es lo que predominó en el primer debate”.
El secretario general de la UDI, Patricio Melero, sostiene que “debiera haber mayor tiempo para que los candidatos pudieran desenvolverse de mejor forma y abordar otros tópicos que estuvieron ausentes la primera vez”.
Desde la izquierda
Juan Andrés Lagos sentencia que hasta aquí “hay una configuración muy yanqui, con una semántica de imagen que le da mucho privilegia a las preguntas de los periodistas, lo que impide un debate más horizontal. Espero que una próxima vez se generen más condiciones de debate, con una estructura más participativa, donde pudieran tener voz los mapuches, las minorías étnicas y sexuales, la gente de CUT, de la junta de vecinos, los empresarios, hacer un poco más de foro cívico”.
– Propuesta de Anatel
Los canales agrupados en la Asociación Nacional de Televisión (Anatel) fijaron para el 16 de noviembre la fecha del segundo y último debate entre los cuatros candidatos presidenciales para las elecciones del 11 de diciembre próximo.
Así lo determinaron tras una reunión a la que asistieron representantes de Mega, Chilevisión, Canal 13 y Televisión Nacional. A la transmisión del foro televisivo debería sumarse UCV Televisión, mientras La Red ya ha comunicado que no exhibirá el encuentro entre los abanderados, bajo el argumento de una búsqueda de una programación distinta al resto de las estaciones.
La fecha será informada a los comandos, en tanto falta por definir el formato del debate, el lugar donde será realizado este foro y los periodistas que representarán a cada televisora.
