Fernanda Miño: “Que no sean cobardes”

En La caja de Pandora que se vota en el Congreso figura la sustitución de la ley que funcionó de base para aplicar 55 mil millones de pesos en cloacas, luz y aguas para las villas de todo el país. Revista Zoom entrevistó a Fernanda Miño, ex Secretaria de Estado Nacional encargada de llevar adelante esa política social. Por Lucas Schaerer

“Mucho quilombo en la Cava y me estoy yendo al Congreso”. Así arrancó Fernanda Miño la charla con Revista Zoom, mientras el país –que no vacaciona— tiene los ojos puestos en la Cámara de Diputados al iniciarse el debate por el proyecto de la llamada “Ley Ómnibus” enviada por el presidente Javier Milei.

La ex funcionaria fue la primera villera secretaria del Estado Nacional del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), concejala en San isidro y candidata a intendenta en el 2019 por el Frente de Todos. Fundadora de la Mesa Nacional de Barrios Populares.

Miño va cumplir 50 años, nació y fue criada por padres chaqueños con siete hermanos en una humilde casa de La Cava, la villa más grande del elitista partido bonaerense de San Isidro. En el pozo de la exclusión y la vida comunitaria se elevó con la fe católica, al punto de formarse como catequista y, con el Evangelio en el alma, luego llegó a la militancia.

Fernanda fue a su primer acto peronista invitada por un sacerdote, lo que más tarde la llevaría a transformarse en una referente villera en La Cava (de donde nunca se mudó), siempre peleando por obras de integración y urbanización. Luego se abrió camino y llegó, en 2017, a la banca de concejala por el peronismo en San Isidro. Es ahí donde conoce al abogado y dirigente Juan Grabois y se une al partido Patria Grande.

Ante el triunfo electoral del Frente de Todos en 2019, Fernanda, asume como secretaria de Estado y toma el comando del FISU, dependiente del ministerio de Desarrollo Social de la Nación. A su cargo estaba el control y la ejecución de obras en las villas mediante un fedeicomiso con 55 mil millones de pesos, que venían de la recaudación del 9 por ciento del impuesto PAIS (que grava las operaciones de compra de moneda extranjera para el pago de compras al exterior) y el 15 por ciento del impuesto a las grandes fortunas. Fernanda Miño trabajó en ese cargo hasta el final del gobierno de Alberto Fernández.

“Cuando dejamos el FISU, el fideicomiso era de 55 mil millones de pesos. No pueden decir ahora que no hay plata. Encima lo incrementaron. Porque el gobierno de Milei aumentó el impuesto PAIS, el 23 de diciembre, un 2,3 por ciento. Pero no pueden usarlo de moneda de cambio con las provincias, debe seguir yendo a las villas”, explicó desde La Cava quien durante todo enero estuvo trabajando con los diputados nacionales y los medios de comunicación sobre la importancia de preservar la ley votada por unanimidad durante el macrismo (2018), y reconfirmada en el 2022, año en que se creó la FISU.

Miño, explica que la alianza de los movimientos populares, la iglesia católica, y las ONG fue clave para impulsar la Ley de Registro Nacional de Barrios Populares, conocido como RENABAP, que fue la base para el programa FISU que llevó las obras a la vida concreta.

“Sustitúyese el artículo 42 de la Ley 27.541 por el siguiente”, comienza diciendo el artículo 211 de la Ley de Bases propuesta por el presidente Javier Milei. En el debate previo al recinto aseguraron que lo retiraron. Pero nadie cree que el gobierno no desviará los fondos en un futuro próximo.

Patria Grande, en el Congreso, cuenta con la diputada nacional, también villera, Natalia Zaracho y sumaron como aliado a Juan Maqueyra, a cargo de la ONG: “Techo para Mi País” y ex titular en el gobierno de Larreta en el Instituto de la Vivienda.

“Recién lo hablé con vecinos. Esta es una de las pocas leyes que beneficia directo a los pobres. Acá se generó trabajo, se trata de una de las áreas o políticas que pasó dos gestiones nacionales. Superamos la grieta. No pueden derribarlo. Encima tienen un desconocimiento enorme de la pobreza y de lo que pasa en la vida de la mitad de los argentinos. Porque con las obras, en más de mil barrios populares, generamos trabajo, dignidad y transformamos la vida de miles de pobres”, reconoció la ex secretaria de Estado Nacional.

Diez días atrás más de cincuenta curas villeros en todo el país destacaron la importancia de las obras que, sin burocracia, fueron destinadas a mejoras en escuelas, guarderías, jardines de infantes, centros de salud, luminarias y cloacas, con un alto impacto positivo.

(ver link: https://www.c5n.com/sociedad/alerta-social-y-seguridad-unos-50-curas-villeros-todo-el-pais-n143445)

La mitad de la población en Argentina vive en villas o barrios populares distribuidos en 10 mil barrios. Nosotros en cuatro años, pandemia de covid en el medio, articulamos con organizaciones, municipios o provincias y llegamos a 1300 barrios con integración, agua potable, electricidad, cloacas y el programa Mi Pieza, que afectaron positivamente la vida a más de 250 mil mujeres que, entre otras cosas, ampliaron o arreglaron el piso o el techo de su casa”, comenta Miño, quien además agrega que: “con el registro único de solicitantes de lotes (que se había iniciado al final del gobierno de Fernandez) queríamos llegar con los servicios para vivir y producir en el campo”.

“Uno se realiza en comunidad, como dice el Papa Francisco. No podemos mirar a un costado y no defender a los pobres. Yo no me realizo salvándome sola”, afirma Fernanda, la militante villera y creyente que cierra con su prédica de estas horas: “la solución a los problemas fiscales no pasa por cobrarle más impuestos a los laburantes, mucho menos por cortar las obras que el Estado brinda a los más humildes. Que no sean cobardes”.

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