Claudia Piñeiro: “Nuestro aporte fue sacudir al que no estaba escuchando”

La escritora y referente feminista confía en que Diputados aprobará la legalización del aborto, pero que en senadores "va a haber que pelearla". Impresiones y primer balance de un debate histórico.

«Estoy acá porque soy mujer, porque soy madre y porque soy escritora», comenzó la exposición de Claudia Piñeiro, una de las voces más potentes que se han podido escuchar a lo largo del plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, por el que pasaron cientos de oradores argumentando a favor y en contra de la legalización del aborto. En su exposición, la escritora denunció una «operación del lenguaje» por parte de quienes dicen estar “a favor de la vida”. “Nos están queriendo robar una palabra”, denunció el 12 de abril ante la ovación de los presentes. En vísperas de la votación del 13 de junio en Diputados, la escritora analiza lo que dejó el debate de una ley que atraviesa a la sociedad.

 

Una de las particularidades que tuvo el debate fue la participación de figuras públicas. ¿Creés que sus exposiciones fueron las que más influyeron para persuadir a los diputados indecisos?

Todas las exposiciones tuvieron distintos efectos. Creo que nuestro paso por el Congreso tuvo más que ver con sacudir al que no estaba escuchando. Hay muchos que expusieron desde el punto de vista de cuestiones técnicas, que tienen un valor incalculable. A veces, lo que sucede es que cuando a los que están para escuchar le van con un discurso demasiado específico se distraen. Cuando estaba esperando para hablar, de la poca gente que había, muchos ni estaban escuchando las exposiciones y eran buenísimas. Lo que sucede cuando va alguien con otras características, como las actrices, periodistas como Luis Novaresio, filósofos como Darío Sztajnszrajber, los discursos llegan mejor porque apelan al interlocutor de otra manera, no porque lo que tengan para decir sea muy diferente.

 

Resaltás las exposiciones de las actrices, ¿qué valor le das al rol que tuvieron en la discusión?

Me parece que su papel fue fundamental por el nivel de conocimiento que hay de ellas. Muchos de los votos indecisos se movieron a partir de alguien que conocen, que ven que no es un monstruo, que es alguien a quien escuchan hablar de otras cosas y que entra a su casa a través del televisor y les dice “Esto es algo que está pasando y mata a mujeres”. Además, fue uno de los roles más jugados en la campaña porque son las que más tienen para perder. Hay actrices a las que les han dicho que si se manifestaban a favor del aborto perdían un contrato publicitario. Además de ser importantísimo, fue un rol sumamente jugado.

 

¿Qué te parecieron de las exposiciones de quienes se manifiestan en contra del proyecto?

El debate, por argumentos y consistencia está claramente ganado por quienes debatieron a favor de la despenalización. Me parece que eso generó ciertas rispideces y manotazos de ahogado por parte del otro sector. Se escuchó decir que si se aprueba la ley luego vendría la zoofilia o la pedofilia, que nadie se embaraza por una relación sexual, que para embarazarse hay que tener muchas relaciones sexuales, y que con una violación no quedás embarazada. Es una vergüenza que por el Congreso hayan pasado médicos que mostraron ecografías que no son reales. A mí me parece increíble ¿Entonces cuándo ejercen la medicina, hacen esas cosas también? Hay que sacarles la matrícula. Todos esos dichos surgen de la desesperación. No los va a ayudar decir esas cosas porque son frases que se descalifican a sí mismas.

 

¿En algún momento te sentiste agraviada por su forma de argumentar?

Lo que tienen para decirnos a los que estamos a favor de la ley es bastante grave. Tiene que ver con ser asesino, con muertes de bebés y con madres que quieren matar a sus hijos. Esas acusaciones no son nada más que manejo del discurso. Nadie es asesino, ni quiere matar a ningún bebe, ni quiere hacerse un aborto. Son agravios muy fuertes. Lo que tenemos para decirles nosotros es que son anti derechos. No sé cómo medir un agravio contra el otro, pero que te digan asesino me parece que es de un tenor bastante más impactante.

 

Uno de los ejes en los que pusiste el acento en tu exposición fue el remarcar la intención que hay por parte de un sector de la discusión de apropiarse de la palabra vida, excluyendo al resto de la sociedad. ¿Por qué hiciste hincapié en esa palabra?

Cuando empezó el debate, los argumentos a favor de la legalización del aborto pasaban por una cuestión de salud pública y por proteger a las mujeres que tienen menos recursos. Si bien todo eso es cierto, no nos metíamos con el tema de la vida porque era el más difícil de discutir. ¿Cómo le discuto a alguien que cree que lo que tengo adentro mío hay un bebé que me tengo que hacer un aborto? Nadie se quería meter al principio con cuando empieza la vida porque es el tema más controvertido. Es difícil hacer cambiar al otro de opinión porque tiene que ver con creencias.

 

¿Fue la única palabra con la que se hizo una operación del lenguaje?

No es solo con la palabra “vida”, se hace también con la palabra “bebito”, e incluso con la palabra “mamá”. Había que elegir una y esta me pareció la más importante porque además fue muy utilizada por funcionarios, legisladores y jueces, que dicen: “yo acepto el debate pero estoy a favor de la vida”. Después lo cambiaron por lo de las dos vidas. Yo también estoy a favor de la vida, y quería marcar desde mi lugar de escritora un saber que a lo mejor no todo el mundo comparte.

 

¿Celebrás que se hayan popularizado palabras como patriarcado o sororidad como consecuencia de este cambio de época?

El lenguaje tiene que mutar. Si un lenguaje no muta es porque no está vivo. Los lenguajes se construyen con las personas que hablan. Hay palabras que me interesan. Con sororidad, por ejemplo, tengo un gran problema cacofónico pero la acepto porque me gusta lo que significa. Entiendo que además viene a cambiar la palabra fraternidad, que es muy propia de los hombres. A lo mejor con el tiempo aparezcan otras palabras.

 

Como feminista y escritora, ¿Qué opinás sobre el lenguaje inclusivo?

Yo no uso ni la “x” ni la “e” cuando escribo. No me hace falta. Entiendo que políticamente a veces es necesario hacer este tipo de cosas disruptivas para llamar la atención. Por el momento, creo que en la literatura no se va a usar. Sí, me parece bien que está bien que se use en un discurso para marcar y dar cuenta de una diferenciación. Entiendo que lo usen pero a mí no es la causa que más me importa. A mí me resulta hasta incómodo ver una “x” en medio de una palabra. En mi caso, la militancia pasa por otro lado.

 

¿Que pensás que va ocurrir el 13 de junio en el Congreso?

Yo creo que la ley va a salir en diputados. Confío en que los que están indecisos no dan a conocer su posición para no sentirse presionados y en que, más allá de sus convicciones personales, sean democráticos y nos otorguen un derecho. No estamos pidiendo que se obligue a abortar a nadie, sino que el derecho exista. Después, en senadores va a haber que pelearla.

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