Batthyány: “López Obrador es una señal esperanzadora para la región”

La flamante secretaria general de Clacso analiza las razones de la restauración conservadora en la región. La amenaza Bolsonaro y a esperanza mexicana. Tecnología, xenofobia y campaña del miedo: la agenda que desafía al pensamiento progresista.

Karina Batthyány es doctora en Sociología por la Univeriste de Versailles Saint Quentin en Yvelines, Francia. Coordina el Grupo de Sociología de Género del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales (UDELAR, Uruguay) y es profesora Titular del Departamento de Sociología (FCS- UDELAR).

 

Sus líneas de investigación se vinculan a las desigualdades de género en el trabajo remunerado y no remunerado y el papel de las políticas públicas en la redistribución del trabajo. A principios de noviembre, en Buenos Aires, fue nombrada Secretaria General de Clacso, la organización académica que reúne al pensamiento crítico de América Latina y el Caribe. El contexto de su asunción no podía ser más desafiante: la región atraviesa una restauración conservadora que hizo cumbre en Brasil, con el triunfo de Jair Bolsonaro.

 

¿Qué rol puede ocupar Clacso en medio de la oleada de derecha que atraviesa América Latina?

Bueno a mí lo que me importa, lo que presenté como propuesta de trabajo, es reforzar el papel de Clacso, que fundamentalmente es producir y poner en contacto los pensamientos críticos de América Latina con el objetivo de la transformación social, que obviamente es ir hacia una América Latina y un Caribe más igualitario, con mayor respeto de los derechos, más democráticos. Ese es nuestro objetivo principal: los diálogos, las reflexiones, la producción de pensamiento, pero siempre con el objetivo de transformación social. En el actual contexto, este objetivo se vuelve particularmente desafiante, porque es un contexto en el que tenemos señales muy contradictorias, por un lado el neofascismo en Brasil, los gobiernos conservadores tanto aquí en Argentina como en Chile, Colombia… Pero también señales esperanzadoras como la asunción de López Obrador en México. y a mí me gusta rescatar también el proceso uruguayo, donde hace quince años tenemos un gobierno de izquierda además con una sólida base democrática y popular. Son señales contradictorias

 

¿La asunción de López Obrador encumbra a México como la nueva meca del pensamiento progresista en América Latina?

Es muy esperanzador, tenemos que fortalecer mucho el trabajo con México. Pero también pensar mucho las estrategias hacia Brasil, ver cómo apoyar a los centros miembros de Brasil que están pasando por un momento muy complejo debido al resultado electoral y a la próxima asunción de Bolsonaro. Por eso creo que Clacso tiene que hacer lo que siempre ha sido: la casa del pensamiento crítico en América Latina y el Caribe. Es el papel que tenemos que reforzar.

 

Mencionaba que el fenómeno Bolsonaro es contemporáneo al de López Obrador, figuras antagónicas que marcan el proceso de reversa que se vive en los países de la región. En el cono sur, con restauraciones conservadoras como las de Macri o Bolsonaro. En el norte, con el fin de una sucesión de gobiernos neoliberales y de derecha a manos de un referente de la izquierda regional como López Obrador. ¿Cómo se explican estos procesos de reversiones antagónicas?

El gran desafío que tenemos hoy en América Latina justamente es entender qué es lo que ha sucedido y cuáles son las alternativas a esto que ha sucedido y a estas señales que vienen del lado del retorno de la derecha en algunos países. Creo que todavía no tenemos todas las respuestas, por eso creo que debemos apoyar el trabajo de quienes estamos en el campo de las ciencias sociales para encontrar las respuestas y las alternativas.

 

Rescató, además de México, el proceso uruguayo, que lleva quince años gobernado por el mismo frente progresista. ¿Qué permitió esa continuidad?

El caso de Uruguay tiene sus particularidades, y una de ellas es el proceso desde el punto de vista institucional, digamos, y no tanto desde el punto de vista personal. Es decir: el proceso no está guiado por liderazgos personales, que también existen por supuesto, sino más bien la construcción democrática basada en la institucionalidad que caracteriza el Uruguay. Además que tiene bases muy sólidas desde el punto de vista democrático. Creo que es una experiencia desde la que podemos aprender un mucho. Mirar la realidad de la región desde un país pequeño como Uruguay a veces nos hace encontrar otras vistas de análisis.

 

Como se verificó con Trump en EEUU, Bolsonaro en Brasil y el avance de la ultraderecha en Europa, la derechización del voto es un fenómeno global. ¿Cómo explica las ciencias sociales ese proceso?

Me parece que lo que hay son reacciones muchas veces instigadas por el miedo que se infunde a lo diferente. Eso explica que uno de los blancos sean las migraciones. El miedo provoca reacciones muy fuertes hacia quienes tienen un comportamiento social diferente. Y ese miedo está muy infundido desde los medios de comunicación y de todas estas tecnologías modernas. Tenemos que aprender cómo responder a esta situación de miedo que se está infundiendo a nivel social para encontrar las alternativas.

 

¿En la base de ese miedo está la crisis económica que afecta a los sectores medios o hay otros componentes?

Creo que si las razones fueran solamente económicas sería mucho más fácil de entender. Me parece que justamente tiene muchas dimensiones que involucran lo económico, lo social, lo cultural. Y sobre todo el miedo a lo diferente, por la no aceptación de lo diferente y la exacerbación de reacciones hacia los diferentes en distintos terrenos.

 

Boaventura de Sousa le adjudicó el proceso de derechización a una pausa en el modelo de acumulación capitalista, que está pasando del boom de la tecnología a la fase de la inteligencia artificial ¿Lo que ocurre en la región también se explica por ese proceso o tiene particularidades?

Las regiones siempre tienes sus particularidades, pero este es un fenómeno que está presente en todas las regiones. Y justamente también nos tenemos que preguntar desde el lugar de los pensamientos críticos cómo incorporamos la cuestión tecnológica a nuestra reflexión y a nuestras acciones. No dejar ese terreno exclusivamente a la derecha, como hemos visto en las campañas electorales, sino que también nosotros debemos ver cómo aprovechamos esta herramienta para dar a conocer nuestros pensamientos, nuestras reflexiones, nuestras acciones.

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