Cada pueblo narra su pasado, vive su presente, proyecta su futuro. Elegir a quién honrar, no aparece en un decreto, no es una tarea que implique sólo a los historiadores y se transforma permanentemente sin miedo a las discusiones. El afecto/rechazo por algún prócer es sólo la punta de lanza de cambios en las formas de interpretar determinados pedazos de nuestro pasado. Según la historia escrita por Bartolomé Mitre, Don Bernabé Aráoz, nuestro propulsor de la primera Constitución provincial y de la República de Tucumán, no merecía un lugar en el podio. A 200 años de su muerte, nos permitamos discrepar, así la discusión se abre como un enorme y animal signo lingüístico.