Texto y fotos: Alejandro Santa Cruz.
¿Y si la ciudad fuera invisible? ¿Dónde esperarías, dónde te detendrías, a qué…?
Yo espero, tú esperas, él espera, vosotros quién sabe lo que haceis. Ellos esperan, eso es seguro, dalo por hecho.
Como los cuervos, esperan, ellos también. Porque aprendieron que esperar es más productivo, porque saben utilizar ese tiempo. No prendieron la tele, no.
Ellos bajaron el libro de Sun Tzu otra vez, pusieron el CD de WallFlowers bajito, se sirvieron un poquito más de lo debido y ahora piensan. No, no piensan como cagarte a vos, piensan en estar mejor, en viajar, en alguna personita divertida (ellos inventaron esta palabra asociada a colores, a muebles y a personas con las que pasan un ratito), y se esfuerzan pensando en hacer más plata, en asociarse y hablar en voz baja con gente como ellos. Y como tienen el maldito hábito de pensar se pasan información, crean información, pensamiento, memoria. Arriesgan sabiendo que pocas veces pierden porque no se distraen. Esperan el momento indicado, la señal justa, están más atentos que un carterista en el semáforo. Ellos pensaron qué carta va a salir y si no sale, tienen más posibilidades, alternativas. Ellos siempre tienen una baraja entre las manos y no juegan juegos de azar.
Él espera dejando la responsabilidad en manos del sistema que siempre tiene una buena excusa para correr la línea un poco más.
Tú esperas soluciones como todos: para algo decidiste dedicarte a otra cosa y que alguien se encargue de pensar.
Yo espero empezar a asociar.
Vosotros, ¿seguís ahí?
