México: un preludio de protestas, represión y 4 muertos para las elecciones más importantes del continente

Por Causa Popular.- Las próximas elecciones en México, serán las que definan buena parte de los destinos económicos y políticos de Latinoamerica. Pero mientras se acerca el 2 de julio, el día clave de la carrera electoral, el humor político y social de los mexicanos se ha ido crispando progresivamente. El escenario de esta muestra de conflictividad social tuvo lugar en la ciudad de Oaxaca, capital del estado homónimo ubicado en el sur mexicano, donde más de 10.000 profesores en paro fueron desalojados de una plaza céntrica. El violento desalojo en Oaxaca es el último de una serie de enfrentamientos con brutales excesos policiales que han provocado tensión en México con el resultado de cuatro muertos.

Mientras el favorito de las presidenciales, el candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, se manifestó a favor de un acuerdo comercial que fortalezca a México en lugar de debilitarlo, las movilizaciones aparecen como un verdadero cachetazo a las pretensiones del establishment mexicano que hasta ahora encabeza el actual presidente Vicente Fox y cuyo poderío se va resquebrajando mientras se incrementa el descontento social.

En el caso de las protestas, las marchas de los maestros en México se expandieron a otras regiones del país tras la violenta represión a docentes que dejó un saldo de al menos 92 heridos.

Mientras los docentes se movilizaron en todo México, más de 200 organizaciones obreras convocaron para el próximo día 28 una huelga nacional en reclamo de mejoras salariales y en solidaridad con un paro de los mineros del país. La protesta es organizada por el Frente Nacional por la Unidad y la Autonomía Sindical (FNUAS) y tendrá lugar apenas a cuatro días de las elecciones generales del día 2 del venidero mes julio.

Dirigentes del FNUAS anunciaron que durante la presente semana serán entregados a las autoridades los emplazamientos a la paralización y los pliegos petitorios, un requisito indispensable para que la huelga no sea declarada ilegal.

La agitación sindical comenzó a cobrar fuerza en México tras el trágico accidente en una mina de carbón del norte del país el 19 de febrero último, el cual costó la vida a 65 empleados, cuyos cadáveres aún no han sido rescatados. La represión policial a un paro minero en el occidental estado de Michoacán, el pasado 20 de abril, provocó la muerte de dos trabajadores, durante un enfrentamiento que caldeó aún más los ánimos.

El corto camino del hartazgo

El intento de desalojo de mineros en huelga de una siderúrgica en el occidental estado de Michoacán dejó dos muertos y unos 80 lesionados, en medio de un conflicto de sindicalistas mineros con el Gobierno del Presidente centroderechista Vicente Fox que ya lleva meses.

El otro caso tuvo lugar en mayo y fue un enfrentamiento entre la policía y pobladores de la localidad de San Salvador Atenco, cercana a la capital, Ciudad de México, por el desalojo de vendedores ambulantes, en el que murieron dos jóvenes y hubo excesos en el uso de la fuerza, entre ellos abusos y violaciones a mujeres detenidas, que fueron admitidos por las autoridades.

El gobierno mexicano ya se encarga de asegurar que el conflicto con los maestros del estado sureño de Oaxaca y otras recientes protestas sociales disueltas por la policía no ponen en peligro la realización de las elecciones. Sin embargo lo ocurrido en Oacaxa, San Salvador Atenco y Michiocán son claro signos de inestabilidad que podrían ser el preludio de una futura oleada de exteriorizaciones de descontento social.

Estos acontecimientos, que tienen en común demandas insatisfechas y una desproporcionada acción policial, son muestras de los problemas estructurales que tiene México. Por el momento se mantienen en el plano social, pero podrían trasladarse al plano político, lo cual sería nefasto para el país dado el polarizado clima electoral que vive, con acusaciones y contraacusaciones a granel entre los candidatos presidenciales.

Pero López Obrador parece que gana

Sin embargo, mientras la crisis comienza a manifestarse antes de las elecciones con una fuerza inusitada, el candidato favorito Andrés Manuel López Obrador acumula mayores acuerdos y despierta mejores voluntades en la medida que se diferencia de los errores de sus antecesores y articula una perspectiva que aparece ante el electorado como una solución a los problemas que padecen los mexicanos.

Aunque dice creer en el libre comercio, ahora ratificó que de ganar las elecciones buscará renegociar el TLC de México con Estados Unidos y Canadá para evitar que se abran las fronteras a la importación sin arancel de maíz blanco y frijol, porque dañaría, al menos, a tres millones de campesinos.

«Tenemos que convencer al gobierno norteamericano y al gobierno canadiense de que hay cosas del tratado que no funcionan», dijo López Obrador, quien el lunes apareció en una encuesta con una mínima ventaja respecto el candidato oficialista Felipe Calderón.

En una entrevista radiofónica en la que descartó nacionalizar algún sector de la economía mexicana, el postulante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) señaló que de llegar a la presidencia pondría en marcha una campaña política y diplomática para convencer a los socios de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994.

Las declaraciones del candidato de centro izquierda apuntan a la necesidad de «renegociar» el capítulo agropecuario del TLCAN desde hace un par de años, y en principio, el gobierno del presidente Vicente Fox había dicho que no era posible hacerlo.

López Obrador señaló que al «renegociar» la entrada libre de arancel del maíz blanco y el frijol se beneficiarían sus dos socios comerciales, porque ello implicaría generar mejores condiciones para el campo mexicano y en última instancia evitar la emigración hacia los países del norte, principalmente Estados Unidos.

«Estamos queriendo atemperar este flujo migratorio y si se sigue arruinando al campo, eso no le conviene al gobierno norteamericano ni al gobierno canadiense y voy a tratar de convencerlos de que entre una economía fuerte y una débil, lo mejor es la cooperación para el desarrollo, como sucede en países de la Unión Europea».

Andrés Manuel López Obrador se define como hombre «acostumbrado a luchar». A lo largo de 16 años, desde que se incorporó al Frente Democrático Nacional, participó en la creación y el fortalecimiento del PRD, lo dirigió, ganó la jefatura de Gobierno del Distrito Federal y, tras superar el desafuero, se ubica con fuertes posibilidades de ganar las elecciones presidenciales del próximo 2 de julio.

Además, en esta ocasión volverá a contender en una elección con Roberto Madrazo Pintado, quien en 1994 ganó los comicios para gobernador de Tabasco con fraude electoral y compra de votos, hechos ampliamente documentados por el propio López Obrador.

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