Según el lNDEC, el último Índice de salarios se incrementó un 5,5% mensual para el mes de julio y a nivel interanual los mismos se incrementaron un 68,7%. Con lo cual, los salarios volvieron a quedar debajo de la inflación para dicho mes que cerró en un 7,4% según el IPC – INDEC. Como publica la Secretaría de Seguridad Social, el informe mensual de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que sigue la evolución de los salarios del sector formal, muestra que los ingresos de los trabajadores registrados quedaron por debajo de la inflación también en agosto. Y esta vez, por más puntos que en julio.
El índice RIPTE es un “adelanto parcial” del índice de salarios que difunde el INDEC a fin de cada mes. En el mes de agosto, arrojó un aumento de los salarios del sector público y privado en apenas 4,6% (2,4 puntos porcentuales menos en comparación al 7% de la inflación del mes). Hay un empeoramiento respecto de julio, cuando los salarios perdieron 2,1 puntos porcentuales (5,3% salarios, 7,4% inflación).
Acorde se renegocian salarios y se cierran las últimas paritarias, la inflación no cede lo suficiente. Si bien las renegociaciones cada vez son más periódicas (algunos sectores están negociando en octubre con probable revisión en noviembre o diciembre), los salarios están “corriendo por detrás” de la inflación en los últimos dos meses en los que se publicaron los datos. El IPC – INDEC del mes de septiembre registró una variación mensual del 6,2% y una interanual del 83%. Como ya venían adelantando varias consultoras, el índice de precios para alimentos se ubicaría por encima del promedio general y así fue. Para el mes de septiembre según Indec, los alimentos y las bebidas se incrementaron un 6,7% en septiembre y ocuparon el cuarto lugar. Este rubro sufrió un aumento interanual del 86,6%. El primer lugar lo ocupan las prendas de vestir y el calzado (10,6%), el segundo bebidas alcohólicas y tabaco (9,4%) y el tercero bienes y servicios varios (6,8%).
Para lo que abarca “prendas de vestir”, el aumento no sorprende ya que es un rubro que viene encabezando niveles superiores al promedio en todo el año. En los últimos doce meses, la indumentaria se incrementó en un 118% a nivel nacional, frente a un crecimiento de la inflación general del 83%. Recientemente, el Ministro de Economía anunció que el sector deberá presentar antes del 26 de octubre un programa de incrementos de precio con una tasa de aumentos que se ubique dos puntos por debajo de la inflación mensual de los próximos meses. De no ocurrir, se tomarían medidas que irían desde la quita de beneficios fiscales otorgados al sector, hasta la apertura de importaciones en indumentaria.
Además, las últimas subas en octubre no dejan demasiado margen de maniobra para reducir el índice de este mes. A partir del 1° de octubre, se incrementó el precio de los combustibles en un 4% en el caso de las naftas y en un 2% en el caso de gasoil (producto de la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos). A esto hay que adicionar la quita parcial de subsidios para el segmento de altos ingresos que será en este mes. Por otro lado, la medicina prepaga presentó un incremento del 11,53%. Todo lo que involucra a telefonía celular, servicios de internet y televisión ya tuvieron un incremento del 19,8% en octubre (y otro aumento del 9,8% en diciembre). Las expensas también sufren un incremento producto de la tercera cuota del bono extraordinario autorizado para los encargados de edificios.
Con este panorama, la única medida anunciada, pero de la que todavía no se conocen los detalles definitivos es el nuevo programa: “Precios Justos”, que coexistiría con el actual vigente Precios Cuidados (cerca de 500 productos). Este nuevo programa congelaría entre 1200 y 1500 productos y abarcaría alimentos, bebidas, productos de higiene personal y limpieza. El plazo del congelamiento aún no fue definido pero en principio sería tres meses. Desde la Secretaría de Comercio, trascendió que los productos podrían tener impreso en el packaging el precio, pero desde las grandes empresas sería inviable. En el acuerdo estaría integrado por grandes compañías formadoras de precios como Arcor (concentra el 20% del mercado de enlatados y más del 70% del mercado de las mermeladas) Molinos, Unilever, Mondelez, Pepsico y Mastellone (posee un tercio de la facturación total del rubro de lácteos y comparte podio con Danone y Sancor que tienen un 20% cada una). Claro está que este tipo de acuerdo es en esencia un programa de referencia de precios y están muy lejos de tener un impacto antiiflacionario. Además, hay que tener en cuenta que cerca de un 30% del consumo se realiza en comercios de cercanía que no son incluídos en este tipo de programas, por lo menos en gran parte del interior del país.
Ante estos valores de inflación tan elevados, se comienzan a registrar compras de alimentos con tarjeta de crédito. El medio de pago comúnmente utilizado para comprar bienes durables se está utilizando para comprar bienes de primera necesidad. Los sectores más frágiles son los que más absorben el efecto nocivo. Ahí no hay paritarias que “recompongan” salarios. Para esos sectores: “sectores más vulnerables del país” y “personas que no hayan recibido hasta ahora ninguna ayuda del estado” el gobierno anunció un bono de refuerzos de $45.000 que se otorgará en dos cuotas, noviembre y diciembre para aquellas personas que no tengan ningún tipo de ingresos. Hay que recordar que el último dato de indigencia arrojó un 8,8% para el primer trimestre de este año.
Aldana Montano,Tesista de la Licenciatura en Economía por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP – FCEyS). Integrante del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
