CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Una vez más en Corrientes, las fuerzas policiales torturan, desaparecen y asesinan a un joven. Seguimos los sucesos de los últimos días y los testimonios de sus familiares.
Lautaro Rose

POLICÍA DE CORRIENTES UNA VEZ MÁS INVOLUCRADA EN LA MUERTE DE UN JOVEN DE 18 AÑOS 

Corrientes nuevamente es convulsionada ante la muerte del jovencito Lautaro Alexander Rosé, de tan solo 18 años de edad. La última vez que se lo vio con vida fue en la madrugada del lunes 8 de noviembre cuando en inmediaciones a la costanera sur de la Capital Correntina, junto a un amigo, eran perseguidos por efectivos policiales a fuerza de disparos y golpes. 

En la madrugada del miércoles 10 de noviembre, malloneros vecinos de Lautaro y su familia, que voluntariamente estaban rastrillando el río en la zona, encontraron su cuerpo y confirmaron la peor noticia, otro joven que aparece muerto posterior a un episodio violento que involucra a efectivos de la fuerza policial local.

Sucedió en la provincia en la que su gobernador sostiene vehementemente que «no hay clima de violencia», aún a pesar que en las elecciones provinciales del último agosto, a tan solo cuatro días antes de la jornada de votación, le dispararon con un arma de fuego a un diputado del justicialismo estando arriba de un escenario en un acto de cierre de campaña de la fuerza opositora.

Es la misma provincia que, en las elecciones generales locales del año 2009 y a tan solo dos días de la jornada eleccionaria, apareció suicidado misteriosa y llamativamente Hernán Gonzalez Moreno, un empresario de medios. En ese momento este manejaba montos millonarios de la pauta oficial y se encontraba en el medio de la disputa por poder entre los primos Arturo Colombi y Ricardo Colombi, uno de los primos gobernador saliente y el otro entrante respectivamente. Gonzalez Moreno más afín a Arturo Colombi, había denunciado meses atrás por enriquecimiento ilícito a Ricardo Colombi.

En la misma provincia donde a seis días del día de votación, una vez más un pibe humilde desaparece y aparece muerto a las 48 horas, cuando la última vez que se lo vio estaba siendo torturado por efectivos policiales. Es un detalle más nada, nada más…

Gonzalez Moreno supuestamente, según el peritaje oficial, se suicidó dentro de su auto efectuándose un disparo con su mano menos hábil…por citar solo algunos de los casos de asesinatos y supuestos suicidios, muy habituales en la provincia.    

También, es la provincia gobernada hace veintiún años de corrido por el radicalismo de Juntos por el Cambio. El cual hace pocos meses atrás revalidó su poderío perpetuándose a priori hasta el cuarto de siglo, alcanzando la reelección de Gustavo Valdés.    

CRUDO RELATO DEL AMIGO DE LAUTARO QUE SOBREVIVIÓ A LOS HECHOS        

La información brindada por la familia de Lautaro, que a su vez es la reproducción de los hechos de esa noche según el testimonio crucial del amigo que se encontraba con él, indican que Lautaro, junto a otros amigos -dos adolescentes de 15 y 16 años de edad-, se encontraban el domingo por la noche en una fiesta que se realizó en el Club Boca Unidos con motivo del recibimiento del día del trabajador municipal. Ya cerca de las cuatro de la madrugada y sobre el final del acontecimiento festivo, se habría producido una pelea entre participantes al agasajo, a lo que la policía provincial dio respuesta haciéndose presente en el lugar y efectuando disparos contra las personas que se encontraban allí, lo que provocó corridas y desbande de los concurrentes.

El testimonio del amigo de Lautaro señala que ellos también huyeron por temor hacía un terreno que está prácticamente al lado del club, el cual dice ser privado, cuando en realidad es un espacio público apropiado por empresarios locales en connivencia con el poder político de turno. El joven sobreviviente relató a los familiares de Lautaro que ambos corrieron hasta el fondo, casi llegando a la costa del río Paraná, en lo que es la desembocadura del arroyo Limita, un terreno hostil teniendo en cuenta que en la apropiación están rellenado el lugar con tierra y piedras. En ese el lugar son alcanzados por los efectivos del grupo GRIM (Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada) que intervinieron en el operativo y quienes los perseguían mientras les disparaban.

También narró que los detuvieron y comenzaron a torturarlos a golpes en el lugar, que escuchó los gritos del joven desaparecido, al cual no podía ver porque intentaba taparse la cara a causa de los golpes que estaba recibiendo de los policías. En un determinado momento se desmayó y quedó inconsciente, no sabe bien por cuanto tiempo, pero cuando despertó ya no estaban los policías en el lugar, ni tampoco su amigo Lautaro.  

Otra versión sostiene que Lautaro en su desesperación por no ser alcanzado por los efectivos policiales o por sus disparos, se habría lanzado al río para poder escapar y allí habría desaparecido. O bien que los mismos agentes lo habrían obligado a tirarse en el remanso que hay en el lugar, intimidándolo con disparos, y así se habría perdido en las aguas del río. Otra hipótesis sostiene que Lautaro pudo haber sido alcanzado por los disparos de la policía, motivo por el cual termina cayendo o siendo lanzado a las aguas. Y una más indica que a Lautaro lo habrían llevado de ese lugar, lo habrían torturado a golpes y habrían esperado el momento para plantar el cuerpo en la zona. Ninguna de las dichas hipótesis exculpa a los uniformados intervinientes en el hecho.   

EL TÍO DE LAUTARO CUENTA TODO 

Darío Rosé, tío de Lautaro nos brindó su testimonio y señaló que: «Mi sobrino junto a dos amigos estaban en una celebración que se estaba realizando en el complejo Boca Unidos con motivo del día del trabajador municipal. Ya de madrugada y al terminar la fiesta, afueras de las instalaciones se producen correderos de personas aparentemente por peleas. En el lugar se hacen presentes, o bien ya estaban allí, efectivos de la policía del denominado Grupo GRIM (Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada), junto a efectivos de otras divisiones especiales de la fuerza de seguridad. Los policías comienzan a perseguir a varias personas entre ellas mi sobrino Lautaro y sus dos amiguitos».   

Continua: «Ellos en su desesperación por correr y ver la actitud que tenía la policía, ingresaron a un predio privado que da hacía el río, en el susto se metieron ahí. Allí entran solo Lautaro y uno de sus amigos porque el otro, el tercero, quedó aparentemente en la costanera. Cuando llegan a la zona cercana de lo que es la costa del río, en la parte de arriba de esa especie de terraplén que hay allí, ellos reciben una feroz golpiza por parte de los efectivos, tanto Lautaro como su amigo. Al otro chico terminan prácticamente desmayándolo, lo dejan inconsciente», esto según el familiar, se lo relata el joven sobreviviente que se encontraba en ese momento con Lautaro.    

«A raíz de todo eso el chico cuenta que queda tendido ahí, no se da más cuenta, ni sabe que es lo que siguió pasando con Lautaro. Cuando reacciona, cuando se levanta nuevamente, recuerda que él estaba con mi sobrino, mira a su alrededor para ver por su amigo, pero ya no está más, ni tampoco los efectivos de la policía. Ahí este joven vuelve a su casa en el Bº Galván, popularmente conocido como Bº Trujillo, y le comenta a su madre lo sucedido: que estaban en una fiesta en el Boca Unidos, que hubo corridas, mucha gente corriendo y la policía disparando a mansalva, que los corrieron y del miedo se metieron en el predio «privado» y que quedaron acorralados, donde allí los molieron a palos», palabras textuales afirma el tío de Lautaro.  

«Al enterarnos de eso ya en el día lunes, nosotros comenzamos a buscarlo por todas las comisarías, personalmente recorrí todas las dependencias policiales buscando alguna novedad, a ver si estaba demorado; si estaba detenido; averiguar qué había pasado con mi sobrino, a lo cual no nos dieron ninguna información certera» reclama Darío.

Sobre la versión que cada vez cobra mayor fuerza e indica que los policías que intervinieron en el hecho habrían perseguido a los jóvenes a los balazos, Darío nos cuenta que el día lunes, en el lugar donde despareció Lautaro, que en ese momento era custodiado por familiares, amigos y vecinos, se hicieron presente peritos del área científica, junto al fiscal Gustavo Robineau. Este último interviene en la investigación y se llevan todas las evidencias recogidas en el lugar y alrededores, conformadas entre otras cosas por una importante cantidad de casquillos de perdigones y aparentemente también casquillos de balas de plomo. «Los familiares encontramos en el lugar alrededor de veinte casquillos, lo que indica que algo turbio, algo feo sucedió en este lugar con los chicos» agrega con angustia. 

Ante la consulta de si se comunicaron con la familia, el ministro de seguridad de la provincia, Juan José López Desimoni, o el jefe de la fuerza policial, comisario general Felix Ricardo Barboza, Duré, nos aclara: «jamás, no se presentaron, no se acercó nadie, deja mucho que desear la policía que tenemos en Corrientes porque se entiende que son efectivos a los que se les paga para custodiar la vida de los ciudadanos, pero no para que repriman ni maltraten a adolescentes». 

«Hay un detalle que se les está escapando, Lautaro si tenía ya 18 años, era un joven mayor por así decirlo, pero además agredieron a un chico menor de edad. Parece que se están olvidando que hay leyes que expresan claramente que un menor no puede ser golpeado ni torturado por funcionarios públicos. Esto sí o sí va a salir a la luz porque nosotros no vamos a descansar hasta que se haga justicia por Lautaro» enfatizó y agregó: «El único que se acercó a hablar con nosotros del ámbito de la justicia y de la policía, fue el fiscal Robineau. Él nos dijo que iba a solicitar las filmaciones ya que en este predio hay cámaras, ahí podría acaso verse que fue lo que sucedió esa madrugada». 

El día lunes mientras sus familiares rastrillaban la zona, encontraron sus zapatillas. Esto es lo que generó mayor desconfianza y confusión, ya que cuesta creer que alguien que esté huyendo de una persecución a disparos, se detenga para sacarse sus zapatillas antes de tirarse al río. Sobre esto en particular, Darío señala: «Ese es un detalle que remarcamos constantemente…si a mí me vienen persiguiendo la policía y yo estoy en un evento, no creo que vaya estar descalzo, y si a mí me corre la policía yo voy a ir corriendo. ¿Justamente en el borde me voy a detener a sacarme las zapatillas si me están corriendo a balazos? Claro, seguro lo que haría sería sacarme las zapatillas, las voy a acomodar juntas y luego me voy a tirar al río» plantea Duré en clave de interrogante, y añade: «Hay algo acá que no cierra, hay algo que desde el vamos está muy mal». 

“El día lunes se presentó un funcionario policial y nos dijo «Chicos hay buenas noticias, apareció Lautaro y está solamente herido, está en la comisaria XII», todas las personas que nos estaban acompañando en ese momento salieron corriendo hacía dicha comisaría, y yo le dije a mis familiares «quédense ustedes acá yo voy a verificar si es cierto esto o no». Era todo mentira, era un circo. Saben lo que realmente pensé, lo que sentí, que querían que toda la familia, los vecinos y los amigos salgamos de ese lugar, seguramente para poder plantar el cuerpo de mi sobrino, por la forma en que se manejaron. Yo presentí desde que encontramos las zapatillas que algo estaba muy mal, ¿que pretendían con decirnos eso?, ¿se estaban riendo de nosotros en nuestra cara?, perdieron la vergüenza” sentencia con bronca.  

“¿Quién se va a acercar si no somos hijos de? No tenemos plata, no somos de familias conocidas, somos gente humilde, somos gente trabajadora, nos rompemos el lomo trabajando y somos pobres pero somos honrados. ¿Es por qué somos de esta clase social que no somos importantes?” pregunta el familiar. 

“Recién conocido el hecho intentaron ensuciar a Lautaro, mintiendo sobre que tenía antecedentes. Pueden averiguar si quieren, pero el chico no los tenía, ni una entrada en la comisaría, así que no pueden decir nada. Van a rendir cuenta por esa difamación también porque lo que hicieron con mi sobrino no tiene nombre.”

“La pregunta es por qué ocultaron tantas cosas. Si yo cometo un error y no quiero reconocerlo me voy a lavar las manos y afirmaré que el tipo era un delincuente y estaba robando, pero necesitamos pruebas; traigannos a la persona que atestigue “sí a mí me robo o a mí me asaltó”. Acá hay cámaras, parece que se están olvidando de eso. Lo van a querer tapar, que no salga a los medios, lo van a ocultar para que no se levante el avispero, porque el domingo tenemos elecciones, y el gobierno provincial necesita los votos. El señor gobernador (Gustavo Valdés UCR JxC) se mostró en tantos lugares y no puede acercarse acá mínimamente, aunque sea cinco minutos y decir «che qué necesitan, qué pasó”. Claro que no, acá no le va a servir hacer campaña», sentenció el familiar de Lautaro.

ANTECEDENTES EN EL MISMO LUGAR Y CON VARIAS SIMILITUDES  

El 4 de febrero del año 2014, hace escasos siete años atrás, Mariano Jesús Barrientos de 19 años fue encontrado muerto en la zona de la desembocadura del arroyo. Limita en la costanera Sur cerca del predio de Boca Unidos, prácticamente en el mismo lugar donde desapareció Lautaro. 

Según la autopsia, Barrientos se ahogó. Sin embargo, su hermano, Miguel Barrientos, dijo que la noche que su hermano desapareció era perseguido por policías. “Sabemos que andaba con otro chico y que los corrieron hasta donde lo encontramos. El cuerpo estaba en la costa, muy lastimado. Tenía golpes en la espalda y la cabeza”, contó Miguel.  

“No nos cierra que se haya ahogado. Él vivía en el río, sabía nadar bien y encima en ese lugar no hay profundidad. El otro muchacho nos dijo que lo corrieron hasta ahí y que no se quiso tirar al agua». Miguel en aquella oportunidad dio más detalles: “Dicen que se ahogó. Pero él tenía muchos golpes en la cara. No se pudo haber ahogado porque el lugar es playo y él sabía nadar bien. En el barrio no tenía enemigos. Conoce bien ese lugar. No se pudo haber ahogado. Desde la madrugada estaba desaparecido y por lo que sabemos lo corría la Policía. No revisamos si tenía heridas de bala o de arma blanca, pero tenía muchos golpes en la cara que no se los pudo haber dado solo”, insistió.     

Jacinto Álvarez desde Corrientes.

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