De la Redacción de ZOOM. En la tercera jornada electoral del año, los ecuatorianos eligieron reformar su constitución y transformarla en una carta magna de corte socialista, por una mayoría del 64 % de los votos, contra el 28% del no. Se trata de la quinta elección en los últimos 26 meses en las que el presidente Rafael Correa, que registra una popularidad del 60 por ciento, ha sido el gran vencedor con resultados inéditos sobre sus opositores. Sin embargo, Guayaquil, la ciudad más próspera de Ecuador, rechazó por estrecho margen en el referendo del domingo el proyecto socialista de Constitución, que fue aprobado por el resto del país, afianzando la resistencia de esa ciudad a las reformas del primer mandatario.
La victoria recorrió todo el Ecuador y Correa, apenas confirmó su victoria, justificó la presencia de una flota rusa en aguas del Caribe, con el argumento de que la IV Flota de Estados Unidos también realiza maniobras militares en el Atlántico Sur. También advirtió que su gobierno no permitirá que las empresas petroleras que operan en el país dejen de producir, en protesta por la renegociación de sus contratos. «La IV Flota de Estados Unidos sí puede llegar a América Latina y ¿una flota rusa no puede llegar a América Latina, porque es guerra fría?», preguntó.
Por ahora, el único vocero de las reformas será el presidente ecuatoriano, que advirtió que se harán bajo un manejo económico responsable, incluso con la deuda externa, y una diplomacia inclinada a la región antes que a Estados Unidos. Pero la hoja de ruta para lograrlo será un largo camino. En los próximos días, los 130 miembros de la Asamblea que redactaron la Constitución (de los cuales casi 80 eran afines al Gobierno), se volverán a reunir para reemplazar al Congreso (“Congresillo”) hasta que, en febrero del 2009, se realicen las próximas elecciones generales. Se trata de un proceso cuestionado por la oposición, desde antes de ser validado en la consulta, porque a su juicio le permite al Presidente reacomodar a su antojo los aparatos del Estado.
Entre las primeras acciones de la Asamblea está dar por terminados los períodos de 31 jueces de la Corte Suprema de Justicia, y elegir por sorteo a 21, para un período de transición, mientras son seleccionados los titulares. Los magistrados, por su parte, anunciaron la renuncia masiva en protesta «por la metida de mano en la justicia».
El llamado “Congresillo” también designará a los miembros del Consejo Nacional Electoral, el organismo que se encargará de las próximas elecciones. Además, los asambleístas nombrarán a los integrantes del Consejo Nacional de Participación Ciudadana, eje principal de la creada cuarta Función del Estado (participación ciudadana), y las comisiones seleccionadoras que a futuro elegirán procurador, superintendentes de Bancos, Telecomunicaciones y Bancos, Fiscal General y Contralor.
Para los especialistas, comienza la etapa de un régimen de transición, algo que ya adelantó el alcalde de Guayaquil y hoy más fuerte líder de la oposición en el país, Jaime Nebot, que aunque dijo estar presto al diálogo con el Ejecutivo, advirtió al régimen que respete a su ciudad, pues de lo contrario, «habrá problemas».
Reelección y control sobre la economía
Con el resultado del referendo del domingo, Correa además quedó habilitado por la nueva Constitución para presentarse a la reelección en los comicios de 2009 (con lo que su período podría extenderse hasta el 2017). Esto significa que los dos años de gobierno que lleva el mandatario no serían tenidos en cuenta como primer período a los efectos de la posibilidad de una reelección.
La nueva Carta Política también amplía las atribuciones del Ejecutivo, fortalece el control estatal sobre la economía, garantiza la salud y la educación gratuitas, y prohíbe la instalación de bases extranjeras en Ecuador.
Las perspectivas también son saludables para América del Sur. Correa juzgó como «terrible» y despreciativa la política del presidente George W. Bush hacia la región latinoamericana, pero aclaró que frente a su gobierno «Estados Unidos lo ha tratado con mucho respeto», y «entiende que Ecuador es un país soberano». Sus palabras fueron posibles luego de que notificara recientemente a Washington la terminación, en noviembre de 2009, del convenio por el cual tropas norteamericanas pueden operar en la base ecuatoriana de Manta, desde donde ejercen el control antidrogas.
Por ahora, la principal preocupación es el riesgo de que rebroten las posturas autonomistas, como ocurre en la oriental provincia de Santa Cruz en Bolivia y «fomentar incluso una violencia» similar a la de los sectores separatistas de ese país. «Nebot ya lo dijo: ‘Si gana el SI me voy a la casa, pero si gana el NO podemos seguir luchando por nuestro modelo autonomista’.”
Democrática y participativa
Para los ecuatorianos se trata de la constitución más democrática de su historia. A la Asamblea que definió los 444 artículos le llegaron más de 150.000 personas portando más de 3.000 propuestas; además de las cientos de miles de personas que participaron en los foros y talleres de las mesas constituyentes que recorrieron el país. Un punto controversial fue puesto en el debate por la cúpula por la católica Conferencia Episcopal Ecuatoriana, que atacó el texto por considerarlo abortista, aunque en ningún artículo se libera o despenaliza la interrupción de la gestación. En uno de sus artículos se indica que se «garantiza a las personas el derecho a tomar decisiones libres, responsables e informadas sobre su salud y vida reproductiva y a decidir cuándo y cuántos hijos tener».
La cúpula de la Iglesia Católica también protestó porque se eliminaría el apoyo económico del Estado a los colegios y universidades bajo su órbita para fortalecer el apoyo a la educación estatal. El presidente aclaró que el derecho a la planificación familiar estuvo vigente en el país desde la Constitución de 1978.
