El deseo para 2011

Si hubiera que pedir algún deseo para 2011, creo que uno de los mejores que podríamos pedir es encontrar un espacio donde confluyan muchas miradas para pensar y reflexionar entre compañeros de cara al desafío enorme, trascendental, decisivo e histórico que implicarán las elecciones presidenciales de octubre. Va a ser un año complicado. El enemigo ya mostró la puntita de lo que son capaces cuando los gerentes políticos no dan la talla en las encuestas y entran a empujar y a empiojar, y faltan la luz y la nafta, y sobran las piedras y los cortes mientras las paredes se llenan de afiches con la cara de Cleto proponiendo una Argentina en paz y dando pena. Y en el medio de todo, cómo se nota la ausencia del gran timonel. Por eso, aunque la vamos campeando, es imperioso generar los ámbitos chicos y grandes para discutir políticamente porque de lo contrario el año que viene podemos padecer momentos de zozobra.

En nuestra ciudad, muchos deseamos que 2011 sea el último año del macrismo en el gobierno porteño. El 29 de junio de 2009, luego del batacazo de Pino y del festejo cheto de los PRO, soñar en el kirchnerismo con pelear en el ballotage de 2011 era un delirio. Hoy, cosas de la política, es una posibilidad concreta. Tres candidatos se disputan la camiseta K, en pleno auge del “que florezcan mil flores”. Filmus, Boudou y Tomada. Pero tampoco hay que confundir. Profundizar el modelo y el proyecto nacional es también construir hacia más allá de 2011. El movimiento es amplio, pero Boudou se parece mucho más a Scioli que al Chivo Rossi. ¿Qué dirigentes queremos para acompañar en la primera línea un nuevo gobierno de Cristina? Esto mucho tiene que ver con el 2015. ¿Vamos a trabajar para que los herederos del kirchnerismo sean Scioli, Boudou, Sergio Massa? Vamos a trabajar en 2011 para no volver nunca jamás al conservadurismo de los ’90.

El PJ oficial de la Capital, cuándo no, juega a dos puntas. Y el Encuentro Popular para la Victoria es el conglomerado que apuntala a Filmus. Un amigo me recordaba el otro día una reunión en su despacho del Senado allá por abril de 2009. Un grupo de artistas le pidió una entrevista para apoyar a un candidato a legislador. El senador mencionó que no sería candidato a diputado para respetar la voluntad de los porteños que lo habían elegido senador en 2007. Los visitantes aprobaron su decisión de no ser otro “testimonial”. “La joda es que lo votaron senador hasta 2013. ¿Ahora que hay viento a favor sí va a ser candidato y se va a cagar en la voluntad de esos porteños?”, me preguntaba enojado este compañero.

Con el visto bueno de CFK, el ministro Tomada decidió ser precandidato a jefe de gobierno como referente del Cabildo Abierto peronista. Su lealtad al proyecto está ratificada de sobra: es el único ministro designado por el presidente Néstor Kirchner en mayo de 2003 que aun sigue al frente de su cartera. Su trayectoria es una garantía para la militancia peronista y, al mismo tiempo, no significa una traba para las alianzas con el progresismo.

El 2011 es un hecho. Será un año clave. Y entre todos los deseos, el principal, se llama Cristina 2011. Porque en ese nombre y ese número se sintetiza la posibilidad de seguir construyendo un proyecto nacional y popular cuyo objetivo es la felicidad del pueblo argentino.

Buen año para todos.

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