Señor gobernador Daniel Scioli:
deje de utilizar a los adolescentes como chivos expiatorios.
Usted debe saber que sus discursos y las medidas que está tomando, en especial a partir del asesinato del ingeniero de San Isidro, tendrán consecuencias graves sobre el resto de los adolescentes del conurbano, en el corto y en el largo plazo.
Permítame recordarle que a usted lo votaron para que gobierne y garantice los derechos de todos los bonaerenses, no solo los de un sector de la sociedad. De este modo, condena a los adolescentes a ser estigmatizados y perseguidos, en lugar de buscar las causas e ir por una solución de fondo.
El falso atajo es la baja de la edad de imputabilidad, que es a todas luces lo más reaccionario que se haya intentado hacer con la problemática de los adolescentes (ni Ruckauf se atrevió a tanto).
Usted, según entiendo, forma parte del proyecto político del gobierno nacional, que en materia de derechos humanos podríamos decir que es casi incuestionable. ¿Cómo se conjuga esta política nacional con la suya, que corre al tambor batiente de C5N?
La doctora Argibay Molina, señor gobernador, le ofreció algunas pistas, sabe. ¿Qué pasará si usted sigue alimentando a las fieras, a la otrora alabada Bonaerense? Correrá sangre y, como siempre, de víctimas inocentes. Solo para saciar a un sector de la sociedad interesado en su bienestar propio, ajeno absolutamente al prójimo. Ajeno a millones de excluídos, como Brian, que hoy son rehenes de una policia desquiciada y una sociedad egoísta que pide a gritos la sangre de estos adolescentes que no eligieron estar ahí.
Finalmente, señor gobernador, tal vez usted no mamó el peronismo en el seno familiar. Tampoco lo abrazó al compás de la pasión de la juventud. No. ¿Usted fichó en los ’90, verdad? Ahí está una buena parte de la dificultad para comprender que los jóvenes que usted quiere mandar a la hoguera, son consecuencia de aquellos años nefastos de capitalismo salvaje.
