– Uno de los ejes que se trabajó con fuerza en la última década es el tema de la distribución del ingreso. ¿Desde Nuevo Encuentro, más que la distribución, cual es la perspectiva productiva a la que apuntan?
Nosotros creemos que hay un modelo productivo que hoy tiene serias dificultades para generar, vía empleo y salarios, una distribución más equitativa. Pensamos que habría que desarrollar un modelo en función de la ventaja comparativa que tenemos como país. Las políticas agropecuarias deben ser más consistentes y de largo plazo. Esta bien que los grandes grupos económicos paguen retenciones, está bien distribuir la renta pero hay que tener un política agropecuaria que pueda agregar valor a la producción primaria, y ese grado de valor sirva para mejorar los niveles de empleo y la calidad productiva del país en otras ramas. Un segundo punto es que hay que desmonopolizar la producción, hoy concentrada en pocas manos y, por lo general, son extrajeras. Hay desestructurar esa tendencia. Hay que promover fuertemente el conocimiento, una universidad al servicio de la construcción de un país autónomo y productivo.
Hay que avanzar hacia un modelo de integración regional donde el MERCOSUR ampliado pueda servir como unidad productiva a partir de la cual relacionarnos con el mundo, que puede servir para potenciar un mercado interno amplio en el cual los países internos tengan prioridad para colocar sus productos. Hay que avanzar en acuerdos políticos, económicos y culturales estratégicos para permitir que una cosa así pueda funcionar. Esta es una región prácticamente autosuficiente, hay combustibles, alimentos, minerales, etc. por lo que hay posibilidades de romper la dependencia. Vamos rumbo a un mundo multipolar donde el MERCOSUR y el continente debe ser uno de los polos, complementarse y desde ahí hablar en términos estratégicos con otros bloques.
Lograr esto requiere, además de un debate económico, un debate político. Hay trazar ejes estratégicos para avanzar con políticas de impacto mediato e inmediato, a partir del consenso social. Cuando hablamos de consenso, no hablamos de acuerdos vacíos que promueven que nos juntemos todos como una gran familia, hablamos de consensos que cristalizan el conflicto de la democracia y la política. En una sociedad como la nuestra hay intereses contrapuestos y confrontativos. Lo que hay que generar es un consenso de los sectores mayoritarios y pensar un modelo de país productivo que, junto con el bloque continental, sea autosuficiente.
– ¿Y en el plano distributivo?
Creemos que el empleo y al puja salarial son dos planos determinantes para una mejor distribución de la renta indiscutiblemente. Hoy el 60% de la masa laboral está desocupada o en negro, por lo que no son alcanzados por convenios y paritarias. Eso combinado con una inflación sostenida produjo que ciertos sectores informales y formales, a pesar de tener trabajo, permanezcan por debajo de la línea de pobreza. Con respecto al 40% de la masa laboral en blanco, el 20% que más gana se lleva el 52% de la masa salarial de los trabajadores formales, por lo tanto estamos asistiendo a fenómeno en el cual hay trabajadores en blanco que aún así son pobres. Ahí hay que desarrollar un modelo productivo enfocado al mercado interno, propio y regional, que recupere vía empleo y vía puja salarial, a partir de sindicatos fuertes y organizados, la capacidad adquisitiva. Por es que creemos que la CTA ya debería tener la personería gremial. En términos menos estratégicos, más coyunturales hay que implementar de manera urgente la universalidad de la asignación por hijo que hoy solo la cobra una parte de los trabajadores.
