Marino: “La fusión Cablevisión-Telecom afecta la libertad de expresión”

El especialista en telecomunicaciones advierte sobre las consecuencias de la fusión y afirma: "No me sorprendería que ahora Clarín le suelte la mano a Macri".

La noticia pasó casi desapercibida para el gran público, como suele ocurrir con los hechos trascendentes que involucran a los medios de comunicación. Y en especial cuando el involucrado es Clarín, el mayor y más poderoso conglomerado de medios del país.

 

El pasado jueves 28 de junio, mientras las audiencias seguían las alternativas del mundial de fútbol y otras atracciones, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) de Argentina aprobó por voto mayoritario la fusión entre Cablevisión y Telecom. Con ese trámite, el Estado argentino dio cierre al mayor acto de concentración en la industria de las tecnologías de la información y la comunicación del país.

 

La fusión por absorción había sido anunciada por ambas compañías en julio de 2017. En diciembre de ese mismo año obtuvo el visto bueno del regulador convergente, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), que estableció algunos requisitos sobre compartición de infraestructura, condiciones comerciales para ofertas paquetizadas y devolución de espectro.

 

Esos aspectos, sobre los que también puntualizó la CNDC, están incluidos en la “Ley Corta” de telecomunicaciones, que esta semana obtuvo media sanción del Senado.

 

A pesar de la crisis económica -o quizá precisamente por ella- distintos estamentos del Estado aceleraron la consolidación del Grupo Clarín. Revista Zoom dialogó con el especialista Santiago Marino (docente-investigador en políticas de comunicación) sobre las consecuencias que tendrán esas decisiones.

 

¿Considera que la fusión pone en riesgo la libertad de expresión?

Sí, efectivamente. A mi modo de ver la fusión Cablevisión-Telecom afecta la libertad de expresión, porque si bien la incorporación de empresas en materia de telecomunicaciones no incrementa el poder que ya tenía para el grupo Clarín en el sector de la producción de contenidos, se vincula y le otorga una capacidad de compra y de relación con proveedores que podría reducir capacidad de circulación para algunas señales o canales, sobre todo los más pequeños.

 

En términos de difusión y masificación de contenidos, ¿el efecto -o beneficio- puede ser equivalente al que el Grupo obtuvo cuando la dictadura le cedió el control de Papel Prensa?

Es muy difícil comparar las épocas, porque en el momento en que se dio lo de Papel Prensa el ecosistema infocomunicacional era mucho más chico. La televisión por cable todavía no operaba en Buenos Aires, había muy pocos canales de televisión abierta y la prensa gráfica era el sector más significativo de las Industrias culturales. O sea que los ser el propietario de la materia prima para esa industria gráfica era un poder de mercado muy significativo. Por esas razones la comparación es compleja, insisto, pero tal vez en términos de control de la circulación de los contenidos o de la capacidad sobre el control de la circulación de los contenidos fue más importante lo de papel prensa. El asunto ahora es cómo Clarín domina los cuatro mercados, que implica la convergencia de telefonía fija con telefonía móvil, servicio de datos y tv paga. Y la capacidad del Grupo de establecer políticas anticompetitivas como precios predatorios y abuso de posición dominante. Pero insisto, sería cuidadoso comparación, porque son momentos históricos muy diferentes.

 

Entiendo, pero es posible trazar algunas analogías. Con Papel Prensa, por ejemplo, Clarín no tiene el monopolio formal del papel, pero le permite fijar cuotas o precios que perjudicar a los diarios competidores y, al mismo tiempo, potenciar su influencia incrementando la tirada. Con la fusión, ahora, ocurre algo similar: es el único que posee el negocio de punta a punta, ofreciendo contenidos a través de su propia plataforma de datos. Un ejemplo de esa potencia se puede ver durante el mundial: los clientes de Personal (de Telecom) tienen acceso a los partidos gratis (sin usar datos). Los derechos de transmisión son de Clarín a través de TyC. O sea: Clarín termina cobrando igual por un contenido que una de sus divisiones dice ofrecer gratis. No hay ninguna telefónica en capacidad de competir con eso.

A ver, en término de posición dominante del mercado esta es mucho más grande que nunca, no hay comparación con este momento. Antes me refería a que la amenaza a la libertad de expresión era más directa, porque decidía sobre un insumo esencial como el papel. Ahora, en esta lógica que vos preguntas, sí, es cierto que es el único que tiene la posibilidad de hacer el negocio punta a punta, una opción que no tienen todavía quienes pueden ser sus potenciales competidores. Sobre todo cuando se apruebe la ley corta y Telefónica y DIRECTV queden impedidos hasta el 2021 para ser los jugadores que puedan brindar el servicio de punta a punta. Pasa que es difícil demostrar que eso impone la circulación de sus mensajes en detrimento de los otros. Por ejemplo: ese acuerdo que tiene Personal para no cobrar los datos durante el mundial es el mismo que hizo Telefónica con Netflix a nivel mundial, que permite ver contenido de esa plataforma en 4G de Movistar sin cobrar los datos.

 

Su colega Martín Becerra sostuvo que la fusión comenzó a gestarse desde el origen del mandato macrista con el desmonte de la Ley de Medios. ¿Coincide? ¿Cree que esa operación pudo haber influido en la línea editorial de los medios del Grupo, que vienen ejerciendo lo que la oposición denominó como un «blindaje mediático» en favor del gobierno?

Comparto con Martín la lectura de que la fusión comenzó a gestarse el día cero del gobierno de Macri. Todas las medidas que implementó el gobierno implicaron beneficios concretos para el proceso de concentración y conversión en una “telco” que lleva adelante Clarín. Eso puede leerse en la representación que el multimedio construyó del gobierno de Mauricio Macri, una especie de blindaje que implicó no tener una perspectiva crítica de aspectos que lo admitían o necesitaban, y en la ausencia de problematización de las medidas de políticas de comunicación que implican esos beneficios. O sea siempre encuadraron el tema con el discurso del gobierno: el fin de la guerra con el periodismo, la decisión de generar mecanismos de competencia convergentes. Eso sí se puede percibir y es más sencillo de mostrar en el discurso construido por el grupo Clarín en relación al gobierno de Macri.

 

¿Lo sorprendió que el funcionario a cargo de darle el visto bueno a la fusión -Esteban Greco, titular de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia- haya trabajado para el Grupo Clarín? ¿Es otro caso de “puerta giratoria” de los tantos que hay en el Gobierno? ¿O pudo haber sido colocado en ese cargo como una suerte de “garante” del proceso de fusión?

Más que sorprenderme me resulta llamativo. Por un lado porque en general este tipo de empresas grandes, de nivel e internacional, suelen ser cuidadosas en estos aspectos, porque es un elemento fácilmente judicializable. Porque los que están del otro lado también son empresas de tamaño significativo y de capitales internacionales, como Telefónica. Ahora, el hecho de que este funcionario haya sido a su vez también asesor de Telefónica también me llama la atención, es raro que no haya sido denunciado antes. No tengo elemento para sostener que haya sido puesto para garantizar la fusión, no digo que no, pero no tengo constancias. En el pasado el grupo Clarín no ha necesitado de este tipo de prácticas de “puerta giratoria”, típicas del modelo neoliberal, para obtener mecanismos regulatorios favorables.

 

¿Es posible que el Poder Judicial o un futuro gobierno reviertan esta operación?

Siempre hay posibilidad de revertir este y cualquier tipo de constitución de prestación de servicio monopólica, siempre y cuando haya decisión política para hacerlo. Lo que nos enseñó la ley de servicios audiovisuales es que la decisión política no tiene que estar acotada solamente al establecimiento del marco regulatorio, sino que tiene que acompañarse con decisión política de ejecutar acciones para desconcentrar. Hay evidencia empírica que demuestra que es posible, Incluso en mercados más instalados que el audiovisual o la convergencia, cómo sería el de las tarjetas de créditos y los bancos, donde la secretaría de la competencia y esta misma comisión tomaron decisiones de desconcentración. Pero insisto, sin decisión política no hay tal cosa. Por otro lado no tendría muchas expectativas en torno a los efectos posibles de la judicialización, porque ya está la resolución de la Secretaría Comercio y además el grupo Clarín trabaja con la política del hecho consumado. La incertidumbre que me queda es respecto de cuándo va a ser competitivo el sistema, porque eso está relacionado con que las empresas que podrían competir tienen que invertir. Y en este contexto de la economía Argentina, tengo más dudas que certezas respecto a eso.

 

En el mundillo político se sostiene que, una vez que Clarín obtiene lo que ambiciona, le suelta la mano a los gobiernos. ¿La fusión es todo lo que Clarín ambicionaba en esta etapa o el gobierno aún podría concederle algo más?

La verdad es que no estoy en la cabeza de Magnetto o del grupo para conocer cuál podría ser el siguiente paso, pero entiendo que que con esto Clarín tiene satisfacción de sus necesidades primordiales de la hora. A mí no me sorprendería… no tengo datos, pero empiezo a percibir algo y no me sorprendería que haya llegado el momento de que Clarín le suelte la mano finalmente al gobierno de Macri. Ha obtenido más de lo que yo pensaba. Quizá el siguiente paso podría ser el freno a algunos operadores Internacionales, pero eso es más complejo, sobre todo en un gobierno como el de Macri. Con lo cual es posible que haya llegado el momento de cambiar de pantalla. Y eso es bastante significativo pensando en un contexto preelectoral. Ahí asoman la cabeza algunos jugadores políticos nuevos.

 

 

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