El peronismo bonaerense en sus orígenes: Juan Atilio Bramuglia
El abogado de la Unión Ferroviaria y afiliado del Partido Socialista, Juan Atilio Bramuglia, puede ser considerado el primer gobernador bonaerense justicialista de la historia. Su mandato duró meramente nueve meses y aplicó los lineamientos doctrinarios del peronismo en la provincia, que pueden resumirse en tres ejes políticos: la construcción de una democracia popular con protagonismo sindical, la universalización de la justicia social, y el impulso activo del Estado de bienestar.
Bramuglia se sumó desde su fundación a la Secretaria de Trabajo y Previsión Social promovida por Juan Perón y desde allí fue artífice de la incipiente legislación social sancionada por la Revolución de 1943. Intervino en la redacción de las normas jubilatorias de los trabajadores ferroviarios, periodistas y de comercio y participó del proyecto de establecimiento del Instituto Nacional de Previsión Social. Esta vocación social lo acompañó toda su vida y en el año 1947 inauguró la Cátedra de legislación del trabajo en la Facultad de Derecho de la UBA.
En el mes de diciembre del año 1944 fue nombrado por Edelmiro Farell como gobernador interventor de la provincia de Buenos Aires. En la ceremonia de asunción Bramuglia manifestó que “he militado toda mi vida al lado de la clase trabajadora argentina, en la lucha por las conquistas de mejores condiciones de vida y estoy con la revolución porque ella cumple con las modalidades de mi espíritu, al crear, como ha hecho, una nueva conciencia social argentina”. Juan Perón fue el artífice de su designación y sostuvo sin titubear que “un nuevo soldado de la revolución llega como delegado del Poder Ejecutivo a ejecutar el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Es uno de sus hijos humildes, trabajador y virtuoso, como he podido comprobar en un año de trabajo a mi lado, con resultados excelentes”.
Su nombramiento fue aplaudido por el sindicalismo y Bramuglia se tornó una figura emblemática del nuevo proceso político. En la gobernación conformó un gabinete con miembros de la UCR y con figuras del gremialismo que posteriormente integrarían el Partido Laborista.
“Su nombramiento fue aplaudido por el sindicalismo y Bramuglia se tornó una figura emblemática del nuevo proceso político”
Su gestión impulsó activamente la nueva legislación obrera en la provincia. Bramuglia medió en los conflictos sindicales buscando soluciones pacificas y concertadas a las demandas de los trabajadores. A diferencia del contexto represivo que heredó de los años treinta, su tarea se ejerció en base al respeto a los derechos políticos y civiles. Consciente de ello, el gobernador interventor sostuvo que “en la provincia de Buenos Aires a mi llegada había presos políticos y sociales. Dejo la provincia de Buenos Aires sin presos políticos, ni sociales (…) no he cerrado ningún diario, ni he impedido ninguna reunión. Tampoco he cerrado local de ninguna especie”.
Bramuglia apoyó la aplicación del Estatuto del Peón del Campo y propugnó la función social de la propiedad rural y sostuvo que “El Estado protege y reconoce a la propiedad privada mientras ésta cumple su natural función convergiendo al bienestar común. Lo contrario de este principio es la propiedad como factor anarquizante y creador de la lucha de clases. La propiedad rural no será más en la tierra argentina el medio para la explotación del hombre del campo, así como la propiedad industrial no será el escenario para la explotación de las clases proletarias”.
En el año 1945 inició una campaña para terminar con el analfabetismo en la provincia, que incluyó la construcción de escuelas rurales y la protección de los docentes ya que consideró que la “situación de los maestros ha sido en nuestro país casi siempre precaria (…) siempre es hora de honrarlos, alentarlos y darles elementos para su completa dignificación profesional”. El gobernador destacó que la escuela tenía una función fundamental en la igualación social y en la construcción de la solidaridad humana.
Luego de los sucesos del 17 de octubre Bramuglia se abocó activamente a la campaña electoral, desde la Junta Nacional de Coordinación de los Partidos Políticos Revolucionarios. El Partido Laborista lo impulsó –sin éxito– como su candidato a gobernador en las elecciones del mes de febrero de 1946.
Durante la presidencia de Juan Perón se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores y Culto siendo una figura central de la edificación de la doctrina de la Tercera Posición.
La consolidación del peronismo bonaerense: Domingo Mercante
Domingo Mercante era hijo de un obrero maquinista afiliado a la Unión Ferroviaria. Realizó la carrera militar y desde el año 1943 contribuyó junto a Perón en la formación de la logia Grupo de Oficiales Unidos (GOU).
Fue interventor de la Fraternidad y de la Unión Ferroviaria y entabló un vínculo estrecho con Bramuglia apoyando activamente la tarea social y sindical de la Revolución.
En el año 1943 alcanzó el cargo de Director de Trabajo y Acción Social Directa y luego de los sucesos de octubre en 1945, ocupó el lugar de Secretario contribuyendo con la campaña presidencial.
Su vinculo con el mundo gremial y su confianza con Perón, le permitieron participar en la creación del Partido Laborista que lo impulsó primero como vicepresidente y luego de descartada la candidatura de Bramuglia, como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Mercante fue una figura importante en la centralización del frente político oficialista y propugnó la creación del Partido Único de la Revolución, luego bautizado Partido Peronista.
En el año 1947 normalizó el partido a nivel bonaerense aplicando el método del voto directo de los afiliados, en las 112 municipalidades de la provincia.
De manera análoga al gabinete de Bramuglia, organizó una estructura política frentista con participación de dirigentes de la UCR, laboristas de origen gremial y de otras extracciones políticas. Varios miembros de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) se sumaron a la gestión como fueron los casos de Arturo Jauretche (Banco Provincia), Miguel Cesar Avanza (Ministerio de Educación) o Miguel López Francés (Ministerio de Hacienda). El prestigioso pensador y constitucionalista Arturo Enrique Sampay ocupó el cargo de Fiscal de Estado.
Mercante desarrolló las bases del Estado interventor y su obra social fue la más importante de la historia bonaerense. Fundó el Instituto de Previsión Social y profundizó la política de Bramuglia tendiente a garantizar una cobertura masiva a la tercera edad. Instituyó el Ministerio de Salud y Asistencia Social (antes Dirección de Higiene) e inauguró los centros de Higiene Materno Infantil.
“De manera análoga al gabinete de Bramuglia, Mercante organizó una estructura política frentista con participación de dirigentes de la UCR, laboristas de origen gremial y de otras extracciones políticas”
Le otorgó rango de Ministerio a la Dirección de Educación y garantizó la gratuidad del nivel preescolar aprobando la “Ley Simini 5096” y construyendo jardines de infantes. Creó en la ciudad de Bahía Blanca el Instituto Tecnológico del Sur, que fue el antecedente de la actual Universidad Nacional del Sur. Renovó buena parte de la legislación educativa preescolar, de educación general (remplazando la norma de 1875) y aprobó el Estatuto Docente cumpliendo el anhelo de Bramuglia.
La infraestructura estatal ocupó un lugar central en la gestión con el Plan Trienal de Trabajos Públicos (1947-49) o con el Plan Integral de Edificación Escolar que en seis años construyó más de 1500 edificios en zonas urbanas y rurales. Levantó hoteles para los trabajadores en Mar del Plata y otras ciudades, en 1950 creó el parque “Derechos de la Ancianidad” (Pereyra Iraola) y un año más tarde inauguró la “República de los Niños” de la ciudad de La Plata. Erigió la planta de tratamiento de agua de La Plata, Ensenada y Beriso y construyó 151 barrios obreros en diversas localidades (9244 viviendas).
En el año 1949 modificó la Constitución Provincial de 1934. El Preámbulo de la nueva Carta Magna sostenía la finalidad de “realizar un verdadero orden social, y de cooperar a la formación de la cultura nacional y al afianzamiento de una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”. El texto reconoció los derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura introducidos en el artículo 37 de la Constitución Nacional.
Mercante renovó la administración impulsando la Dirección de Estadísticas e Investigaciones, los Tribunales de Trabajo, estatizando el Banco Provincia o creando el Ministerio de la Gobernación. Aprobó la Ley Orgánica de Municipalidades 5542/49 que instauró la elección directa de Intendentes, eliminó la asamblea de grandes contribuyentes y facultó al Concejo Deliberante a “autorizar la expropiación de fracciones de tierra, las que se declararan de utilidad pública, para subdividirlas y venderlas a particulares, para fomento de la vivienda propia”.
Su excelente gestión aumentó la popularidad de su figura y en las elecciones del mes de marzo de 1950 obtuvo el histórico 56% de los votos, enfrentando a la UCR que llevó en la formula a Ricardo Balbín.