Tan lejos y tan cerca

Pareciera que el 2009 está lejos en el tiempo y probablemente así sea, si es para sacar la cuenta de cuánto falta para ir a saludar a mi suegra en su día. Ahora, cuando se trata de cálculos políticos, nada es lejano, todo es ahora, a lo sumo mañana.

Octubre ya está encima y el solo sonido de ese nombre le inyecta mayor adrenalina a los aprontes que ya han tomado alta temperatura con vistas a los comicios del año venidero.

Por derecha hay tanto desconcierto y desconfianza como en el mundo K, si es que a este espacio decidimos llamarlo centroizquierda. El PRO empieza a sentir el rigor de la gestión. Ya no hay conflicto con el campo para distraer la atención del público y la pobre performance que lleva adelante el ingeniero empieza a quedar a la vista. Como a todos los líderes mediáticos (tal vez deberíamos decir que es la forma de construir política en los últimos tiempos), le faltan organización política y cuadros. Como todas las fichas están puestas en encontrar el candidato que seduzca a la gente desde la pantalla y los afiches, queda en evidencia que no hay figuras de recambio. Entonces empiezan las maniobras para colgar un candidato taquillero que arrastre votos o el pressing para que el rostro humano del macrismo (lobo con piel de cordero) mude del Ejecutivo a las bancas. Eso sin contar con los peronistas que quieren tener el apoyo de Duhalde pero sin jugar a las escondidas, como quiere el jefe del PRO.

No es menor lo que sucede con la Coalición Cívica. Prat Gay, el ex presidente del Banco Central y bebé de probeta de Elisa Carrió, no mueve el amperímetro. Sin embargo, su jefa es tan impune que ya dejó claro que si no el pibe no mide, ella encabezaría la lista. Pensar que hace dos años que renunció por cansancio moral y otras yerbas. Se ve que el spa le hizo bien.

Estas son las ofertas por derecha. Habría que ver qué van hacer los socialistas de Carrió. Por ahí se sienten cómodos en ese arco ideológico.

Lo que podemos llamar centro izquierda o progresismo no ofrece un panorama mucho más alentador visto desde la militancia, esa que todavía existe y que intenta, a la vez que retejer los lazos con los compañeros, linkear con y/o perforar a los estratos profesionales de la política. Después de la pelea con la patronal agroexportadora, las cosas quedaron mucho más tensas entre los espacios no peronistas y el mundo K. Como se pregunta el Escriba en esta edición, ¿tiene este espacio otro lugar desde donde dar la pelea electoral, sin caer en el papelón o en la inocua lista testimonial?

Según se comenta en los mentideros de la militancia K, el otrora gran jefe capitalino, Alberto Fernández, no será esta vez el gran armador y acomodador de la lista del Frente para la Victoria. Si logra volver a los pasillos de las alfombras rojas, y sobre todo si se le pasa el enojo a Kirchner, tendrá un lugar, pero nada será como antes. Se lo hizo notar hace poquito Néstor cuando en una solo foto juntó todo o casi todo lo que fue el FPV en el 2007, en un gesto inequívoco de el jefe político soy yo (o a quien yo le dé la lapicera) y no hay espacio para kirchnerismo critico”. Si Alberto tiene un lugar en la mesa, sabe que ni por asomo puede arrimarle unos cubiertos a Ibarra, un progre acomodaticio según K. ¿Resistirá la sociedad de Aníbal con Heller y Bonasso? A la par, no es casualidad que Víctor Santa María tome más de un café por semana con el afrancesado y eterno protegido de Julio de Vido, única figura que mide por conocimiento público y que, nombre contra nombre, podría hacer un papel decoroso si se desdoblaran las elecciones en octubre. El Pelado debería erigirle una ermita o al menos hacer un sincero homenaje a la gris administración de Macri, que agiganta en el recuerdo la hiperkinética (y onerosísima) gestión Telerman.

Proyecto Sur, superados los batifondos y desprendimientos que le provocó el lock out agrario, dependerá de la falta de muñeca política de Lozano y de lo que pase en la Constituyente Social de la CTA en Jujuy. Allí se juega alguna proyección, aunque con un Yasky con perfil cada vez más alto y la incógnita de la presencia de Buzzi. ¿Irá?

El prometido desembarco del sabatellismo en Capital por ahora se traduce más en rumores y reuniones de amigos. ¿Será parte del gran acuerdo en provincia de Buenos Aires, y tendrá un correlato acá en la ciudad?

La gran incógnita de todo este espacio nacional y popular es si podrá plasmar en el terreno de la puja electoral la riqueza y calidad del debate y la movilización generadas por el conflicto de la 125. En estas preliminares, da la sensación que el embudo que lleva del intercambio de ideas al cierre de listas es demasiado estrecho y que aun se mueve con parámetros que no recogen la sintonía fina que destilaron las discusiones alumbradas en los famosos cuatro meses. Ahí está uno de los mayores desafíos: competir con expectativas para ganar una elección expresando la complejidad de las novedades surgidas en 2008. Política pura.

Las legislativas de 2009 serán el primer tiempo de 2011. De cómo nos vayamos al vestuario al término de esos 45 minutos iniciales, dependerá cómo jugaremos la segunda etapa tras el entretiempo.

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