Este domingo 31 de julio a las 8 de la mañana empezará la cuenta regresiva con respecto a la segunda vuelta en la ciudad. En estos veinte días que mediaron entre la primera y el balotaje, ha pasado mucha agua bajo el puente. Incluyendo los comicios del domingo pasado en Santa Fe, donde inesperadamente la antipolítica volvió a pegar un susto, en este caso a todo el sistema político santafesino. Y digo la antipolítica porque así se manifestaron tanto el candidato, Miguel Del Sel, como su aparato de comunicación y su padrino Mauricio Macri, envalentonado con su contundente triunfo en la capital.
Se supone que la política es para transformar la realidad, para dar vuelta la tortilla, para favorecer a los que menos tienen. La antipolítica es su contracara. Y hasta ahora, figuras como los Palito Ortega, los Reutemann y los Macri le han traído más padecimientos que alegrías a los sectores populares. ¿Por qué siguen captando votos? A boca de jarro, creo que la dirigencia política muchas veces no encarna ese cambio que mencionamos, ese que hace visible y tangible a la política y a la participación como la única posibilidad que tienen los sectores más vulnerables para ser tenidos en cuenta.
Este domingo 31 el Frente para la Victoria y los diversos sectores que acompañan la fórmula Filmus-Tomada vamos por la proeza. Tal vez se logre. Tal vez no. Igualmente, en la primera vuelta se sembró la semilla para que dentro de cuatro años derrotemos a la antipolítica. Porque la puesta en marcha de las comunas son ese piso inicial desde donde construir legitimidad territorial para proyectar y tener vocación de poder. Para ser una clara alternativa de poder que le brinde a la ciudadanía la chance de dejar de autoflagelarse con la antipolítica.
Este domingo 31, sea o no una jornada victoriosa electoralmente, será el primer día de los próximos cuatro años. El primer paso para no cometer los mismos errores. Para tratar de entender a los porteños. Para intentar hacerles llegar nuestra visión de la ciudad y del país. Para que el kirchnerismo se construya jornada tras jornada en cada barrio, en cada comuna, haya o no haya elecciones. Para consolidar una dirigencia nueva que represente a una sociedad compleja y le plantee desafíos para crecer comunitariamente.
Y desde el lunes mismo estaremos a pleno trabajando para que el 14 de agosto, en las elecciones primarias nacionales, la compañera Cristina sea nítidamente la candidata del proyecto nacional y popular. Para demostrarle a los adalides de la antipolítica y a los medios hegemónicos que tenemos en ella un liderazgo único, que se trata del dirigente político más importante que ha dado la Argentina en los últimos treinta años, y que continuará construyendo una patria más justa y más igualitaria.