Cannabis, modelo propio o modelo hegemónico

La producción de cannabis, tiene modelos antagónicos, producción agroecológica o monocultivo. Grupos hegemónicos o agricultores familiares. Especial para REVISTAZOOM, escribe Eduardo Silveyra.

COLOMBIA. La legalización del uso de la Cannabis, tanto para uso medicinal, industrial y recreativo, avanza paso a paso en las políticas de estados de muchos países, entre ellos la Argentina, donde la organización de cooperativas y clubes cannabicos que, producen para sus asociados aceites medicinales y algunos excedentes para uso recreativo, llegan a unas 200 asociaciones productoras. Las mismas, tienen un denominador común y es su pertenencia a la llamada “cultura cannábica” en la cual las premisas fundantes, pasan por la colaboración, la solidaridad y el cultivo agroecológico de las producciones. Esto, nos habla ya de por sí, de un modo horizontal de relacionarse entre quienes cultivan, producen y consumen. Este sujeto cultural, preconiza actos de amor, pertenecías mayores y por qué no, alegría. La antítesis de todo esto, es la producción industrial de los grandes grupos hegemónicos, que a la manera de los carteles del tráfico ilegal, se apoderan de la producción y comercialización de manera vertical, con la complicidad del poder político y los aparatos del estado, tal como sucede en Colombia, donde cuatro multinacionales con origen en Canadá y Estados Unidos, manejan el mercado. Una de ellas, Cleaver Leave, tiene CEOs colombianos, las otras, Avicanna, su casa madre es el holding Johnson & Johnson, PharmaCielo, canadiense y Kiron, que se presenta como una empresa colombiana, tiene orígenes imprecisos, aunque cualquier remisión lleva a los EE.UU. y Canadá. Aras Azadian, director de Avicanna, explicó que cuando vieron las características de Colombia no dudaron en hacer una enorme inversión, esta declaración fue hecha durante una entrevista a BBC Mundo, en la cual también declaró: “Elegimos este país por varias razones, entre ellas las nuevas regulaciones, la economía en crecimiento y el apoyo del gobierno”. Azadian, añadió que la experiencia y tradición del país en agricultura, además de la protección a las inversiones, que son mejores que en otros países de Sudamérica, fueron otros motivos para que Avicanna escogiera Colombia. Y remató la entrevista, subrayando que la intención es copar toda la cadena productiva. Un dato llamativo y que apunta a como se hegemoniza la producción en manos de estos grupos, es que el gobierno entregó solo 140 licencias a comunidades campesinas que cultivan en su conjunto unas 700 hectáreas y que solo tienen un papel de proveedores fijado por ley, por lo que solo pueden proveer el 10% del total de la producción con que se alimentan estos grupos. Los más perjudicados son los campesinos del valle del Cauca, quienes remedan la situación, vendiendo las flores de la planta para uso recreativo a quien se arriesgue, pues la legislación colombiana en cuanto al consumo individual y recreativo, es de neto corte punitivo y llevar un gramo de marihuana en el bolsillo, es pasible de una pena de prisión. Evidentemente el modelo colombiano está diseñado en un solo sentido y debiera ser un modelo a evitar.
NEGOCIOS. Constellation Brand, es el grupo dueño de la cerveza Corona y también de la vodka Svedka y los vinos Robert Mondavi, con sede en Nueva York, la compañía se apresta a lanzar al mercado una nueva línea de cervezas con marihuana en aquellos lugares del mundo donde la legislación lo permita. Las iniciativas e inversiones del grupo no se detienen, 4000 millones de dólares son los que invirtió para quedarse con el 38% de las acciones de la empresa canadiense Canopy Growth dedicada a la marihuana, según voceros del grupo, se trata de una gran apuesta por el cannabis y el potencial mercado de bebidas que incluyan ese producto. Canopy Growth fue fundada en 2013 y es el principal jugador del sector de producción de cannabis a nivel mundial. Más del 50% de sus ingresos a nivel mundial se basan en el negocio del cannabis recreativo, pero en América Latina se concentra exclusivamente en su brazo medicinal a través de la marca Spectrum Therapeutics, que opera en 15 países y atiende a más de 100 mil pacientes en todo el mundo. En agosto de este año anunció su llegada a la Argentina, quinto país de la región donde esta compañía comenzará a operar, ya lo hace en Colombia, Chile, Perú y Brasil. Canopy Growth, mueve sus piezas y en estos días firmo un convenio con UBATEC S. A. una organización constituida por la Universidad de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Unión Industrial Argentina y la Confederación General de la Industria, cuya finalidad es la promoción y fomento de la transferencia de tecnología hacia empresas privadas y grupos hegemónicos. UBATEC, fue fundada en 1991 durante el gobierno neoliberal de Carlos Menem. Desde la reglamentación de la ley, que regula el uso medicinal del cannabis en septiembre de 2017, varias compañías extranjeras posaron sus ojos sobre la Argentina. La estadounidense Player’s Network fue la que pisó más fuerte, al rubricar un acuerdo de producción junto a Cannabis Avatara, la pseudo empresa estatal creada por Gerardo Morales en Jujuy, que en febrero de 2019, consiguió la autorización por parte del Ministerio de Seguridad –con Patricia Bullrich al frente- para avanzar en la creación de un centro de elaboración cannábica de 14.000 hectáreas, en la Finca El Pongo
SITUACIÓN. La finca El Pongo está ubicada en las cercanías de Perico en Jujuy, fue fundada en los albores del siglo pasado por los hermanos Arturo y Plinio Zabala, quienes tenían un método de producción bastante común en el norte, arrendaban la vasta extensión de 14.000 hectáreas a pequeños productores, quienes pagaban el arriendo, no con dinero sino con el 50% de lo producido, los que practicaban este tipo de contrato, recibían el nombre de medieros y se dedicaban como hasta hoy, a los cultivos de hortalizas, frutos y tabaco. También estaban los otros, que se dedicaban a la ganadería y pagaban también con la mitad de su producción el pastoreo de vacas y caprinos, estos, se llamaban aparceros. Los Zabala, fueron envejeciendo y el primero en partir de esas tierras jujeñas, fue Arturo, al tiempo partió Plinio, quien había dispuesto al no tener herederos, que las tierras pasaran al hospital de Perico. Pero el diablo metió la cola y el último administrador del campo, un tipo de apellido Yarade, trató de adueñarse de la finca, encerrando al viejo Plinio en una de las casas y fraguando el testamento. Pero la maniobra apropiadora, no prosperó y las tierras pasaron a manos del estado provincial, según nos cuenta José Luis Fuentes, integrante de la comunidad y referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) en Jujuy. En estas tierras, donde viven 500 familias productoras de hortalizas que abastecen al mercado interno y también a Salta, es que Gerardo Morales lleva adelante el emprendimiento fraudulento, con Cannabis Avatara/Player´s Network, que mucho se emparenta con la metodología colombiana y que pese a las irregularidades en su estructuración como empresa estatal, también fue bendecida por la actual ministra de seguridad, Sabina Frederic, en septiembre del año pasado, cuando Morales buscaba el aval para extender la producción a 800 hectáreas y prometía con esto, crear 2400 fuentes de trabajo, algo que los campesinos desaprueban y denuncian que solo se trata del despojo de su medio de vida. La metodología expulsiva tiene múltiples caras, que van desde el desalojo con fuerzas policiales o grupos de matones armados, al aumento exorbitante del arriendo por hectárea, que va desde los $7000 a los $24.000, sin dejar de lado el armado de causas penales, como bien aclara Fuentes. Con familias que llevan más de 50 años afincadas en el lugar, organizaciones como el MNCI y productores autoconvocados de Perico, solo ven en la unidad, la herramienta para enfrentar este despojo, que es también un despojo cultural en beneficio de una multinacional. El estado lejos de bendecir, estos emprendimiento hegemónicos, debería tomar nota de las preocupaciones de las comunidades cannábicas, orientar la producción hacia la agricultura familiar, con un ente regulador de la producción y desalentar toda forma monopolizadora de un mercado, que surgió en medio de políticas punitivistas y quiérase o no, es una cultura respetable, porque lo otro, tal como lo muestra el caso colombiano y jujeño, solo es un grupo dedicado a la producción y exportación de marihuana, para abastecer a consumidores de los países centrales.

Pero no fue hasta 2018 que inició su estrategia más agresiva en la región, tras una inyección de u$s 4000 millones por parte de la productora de cerveza ConstellationBrands, . En Colombia adquirió la firma Spectrum Cannabis por u$s 41,2 millones, mientras que en Chile planea instalar un centro de investigación y desarrollo. En su último reporte de resultados informó que sumó a Spectrum Cannabis Perú a su portfolio de compañías.
Desde la reglamentación de la ley que regula el uso medicinal del cannabis en septiembre de 2017, varias compañías extranjeras posaron sus ojos sobre la Argentina. La estadounidense Player’s Network fue la que pisó más fuerte al rubricar un acuerdo de producción junto a Cannabis Avatara, controlada por el Gobierno jujeño. En febrero pasado consiguió la autorización por parte del Ministerio de Seguridad para avanzar en la creación de un centro de elaboración de 14.000 hectáreas en la Finca El Pongo.
Luego llegó el turno de Aphria, que también firmó una carta de intención con Jujuy para invertir en cultivo y procesamiento de productos derivados del cannabis, entre otros, el aceite utilizado para tratar diversas enfermedades.
En caso de querer producir en territorio argentino, por el momento, solo podría hacerlo, justamente, en Jujuy, ya que la provincia cuenta con un convenio firmado con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). En diálogo con El Cronista, desde Cannava aseguraron que no hubo ningún tipo de contacto con la firma con sede en Ontario.
Canopy, fundada por Bruce Linton – coCEO y chairman – y Mark Zekulin – coCEO y presidente – es la primera compañía de la industria en cotizar en la Bolsa de Nueva York, además de haber realizado su desembarco bursátil también en el parqué de Toronto, bajo la sigla WEED – hierba, en inglés -. A su vez, fue la primera en alcanzar los u$s 1000 millones en valor, aunque, de acuerdo a Bloomberg, su actual capitalización es de u$s 15.700 millones – 21.000 millones de dólares canadienses -.
Para su desembarco en el país, la firma canadiense eligió al ex Accenture, Marcelo Duerto, que recientemente actualizó su perfil de LinkedIn con este cargo, como representante. El ejecutivo ejercerá como country manager Cono Sur y manejará los mercados de Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Duerto es ingeniero aeronáutico por la Universidad de La Plata y se desempeñó como managing director y líder de portfolio de productos de Accenture hasta marzo de este año.

CanopyGrowth firmó un convenio con UBATEC, organización integrada por la UBA, el Gobierno de la Ciudad, la Unión Industrial Argentina y la Confederación General de la Industria. Marcelo Duarte, country manager de la compañía, afirmó: “Hay mucha desinformación. Vamos a crear un curso para hablar sobre el cannabis medicinal, tanto para médicos como para funcionarios y población. A su vez, se financiarán investigaciones para avanzar en estudios preclínicos y clínicos que permitan obtener evidencia dura sobre los efectos de este producto en la salud”. Es decir que el acuerdo servirá para cumplir con dos pilares: educación y ciencia.
En Argentina hay unos 400.000 potenciales usuarios de medicina cannábica.

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