A la nueva Ley de Radiodifusión hay que militarla

“La opción es mercado o cultura y si queremos tirar para el segundo palo de esta opción tenemos que dejar de ser espectadores y no esperar que todo surja de la decisión política de un gobierno. Hay que saber acompañarlo con una actitud militante”, dijo nuestro amigo Tato Contissa en un debate interesantísimo y acalorado que sostuvimos el lunes pasado alrededor de la necesidad de una nueva ley que rija los servicios de comunicación en la Argentina.

En la charla, se resaltó la idea de que si este tema no lo empujamos entre todos, aun aprobándose una nueva ley, habremos fracasado, porque en definitiva se está discutiendo mucho más. Se está discutiendo cómo se democratizan los medios masivos de comunicación en la era de la digitalización.

En ese mismo encuentro que organizó el MPT, Gabriel Mariotto opinó que “la agenda política se rindió ante los grandes medios y les cedió la iniciativa” y puntualizó que debemos recuperar una legislación que logre que todos los ciudadanos tengan libertad de expresión para no volver al viejo concepto que definió Jauretche en la década del ’60, aquel de la libertad de prensa o de empresa.

Algo que debemos destacar es que, a diferencia de otras leyes, según los panelistas y datos propios, esta norma se viene discutiendo en todos los sectores y a largo y ancho del país. Tal vez en forma silenciosa y sin grandes anuncios. Mucho menos con tapas en los grandes diarios. Como apunta Loreti en esta edición, en una futura ley de radiodifusión que involucra a los medios masivos, “la transparencia en la discusión será mínima”. Pero lo cierto es que los plenarios para debatir sobre los 21 puntos para una ley más democrática están a la orden del día en cualquier espacio que tenga que ver con la temática, ya sean FM comunitarias, ONGs, universidades, radios abiertas, clubes barriales, etc.

La democratización es uno de los nudos de este entuerto. Como señalaba el titular de TELAM el otro día, los avances tecnológicos “también pueden significar concentración. Se van a democratizar los medios si lo empujamos nosotros. El punto es que el espacio para todos sea realmente para todos y no para los mismos, lo que sería una ficción.”

Con la nueva ley de radiodifusión como ejemplo, la verdad es que si queremos un país mas justo, con una mejor distribución de la riqueza, más solidario, con una clase política acorde a estas expectativas, la militancia tiene que ser una forma de vida. De lo contrario, seguiremos siendo espectadores de un mundo feliz del cual estamos afuera. Aunque los medios se empeñen en hacernos creer que somos parte.

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