“La Argentina ya tiene oficialismo, ahora lo que necesita es una oposición”

Tras ganar la elección en Santa Fe, Agustín Rossi responde por qué las PASO fueron posibles en su provincia y no en Buenos Aires, y habla del Congreso que se viene.
Foto: Georgina García | Zoom

Buenos Aires y Santa Fe tuvieron primarias gemelas. La noche del domingo 13, los principales titulares daban como ganadores a los cambiemitas Esteban Bullrich y Albor Cantard, respectivamente, mientras el kirchnerismo pasaba por todas las etapas: expectativa, temor, negación, denuncia de manipulación de datos y certeza de victoria, algo que se confirmó poco después cuando los números finales dieron como ganadores a Cristina Fernández de Kirchner en Buenos Aires y a Agustín Rossi en Santa Fe. La foto de ambos vencedores, abrazados horas después en el Instituto Patria, encarnaba no solo una demostración de fuerza y un festejo dilatado por la carga de datos, sino también el peso particular del triunfo del ex ministro de Defensa kirchnerista, igual de reñido que el de la ex mandataria, pero más inesperado, y por eso con más sabor a victoria de la cual abrazarse para exhibir potencia política. En un diálogo con Zoom, minutos después del acto en La Plata donde Cristina Fernández celebró su triunfo bonaerense, Rossi habla de las particularidades de la elección en Santa Fe, da su opinión sobre por qué la herramienta de las PASO, que le permitió al peronismo de su provincia consolidarse como fuerza política, no fue posible en la provincia de Buenos Aires, anuncia que no piensa presentarse como candidato a gobernador en 2019, dice que hoy el kirchnerismo es distinto “porque es oposición” y afirma que, más que octubre, el objetivo a futuro es “construir una oposición fuerte”.

 

¿Qué peso tiene el resultado de las PASO en Santa Fe para un peronismo que es oposición, tanto en la provincia como a nivel nacional?

En primer lugar, parece que se derrumbaron algunos mitos, ¿no? Primer mito: el peronismo en Santa Fe es conservador. Al contrario, los peronistas en Santa Fe votaron mayoritariamente una propuesta como la nuestra, claramente vinculada con el modelo nacional y popular. Y el discurso de [Alejandra] Rodenas [cabeza de la lista opositora dentro de la interna peronista] tampoco era un discurso anti kirchnerista, sino que reconocía una cantidad de cosas, sobre todo lo que significaba la ampliación de derechos. No estaba parada en una postura antagónica al kirchnerismo, eramos dos espacios políticos claramente opositores al gobierno nacional. En segundo lugar, me parece que esta idea reduccionista que algunos quieren instalar de que Cristina es solo el conurbano bonaerense queda desmitificada. En el segundo distrito electoral, o tercero según dónde ingrese Córdoba, una propuesta política claramente identificada con la figura de Cristina, como fue la nuestra, termina haciendo una performance enorme. Ganando la primaria y en conjunto con el otro espacio político ganando la elección general. Eso muestra un fortalecimiento de esta idea. Porque estábamos nosotros, que éramos todas las organizaciones políticas del kirchnerismo, algunos sindicatos combativos y algunos pocos intendentes, pero la mayoría del poder institucional del PJ estaba en la otra lista. Y ganamos nosotros. Me parece que eso también es una reflexión para tener en cuenta.

 

¿Tuvo algún peso en el resultado la caída del socialismo?

No creo porque ya en la elección anterior de 2015 sacamos el 29%. Es decir, estuvimos a solo un punto por debajo de lo que sacó [Omar] Perotti como candidato a gobernador hace dos años. Me parece que lo que sucedió en la provincia de Santa Fe es lo que sucedió en la provincia de Buenos Aires, la sociedad prefirió aquellas propuestas políticas claramente identificables. Entonces aquellos que querían votar a favor del gobierno lo encontraron en Cambiemos y los que querían votar en contra del gobierno mayoritariamente encontraron el Frente Justicialista como opción. Y aquellos espacios políticos que de a ratos fueron opositores y de a ratos oficialistas no construyeron confianza ni en los oficialistas ni en los opositores.

 

¿Hoy no hay en la política argentina un lugar por fuera de esas dos identidades marcadas?
Foto: Georgina García | Zoom

Las elecciones intermedias son siempre muy binarias, se vota a favor o en contra del gobierno. Obviamente que la opción opositora tiene variantes, pero siempre la sociedad termina eligiendo de alguna manera u otra. Y uno podría decir que si hay ciudadanos santafesinos o bonaerenses que quieren evitar que en sus provincias gane Cambiemos tendrían que votar al Frente Justicialista en Santa Fe o a Unidad Ciudadana en Buenos Aires porque son los que han demostrado que pueden ganarle a Cambiemos. Los otros espacios políticos lejos están de hacerlo.

 

El año pasado le dijo a Zoom en una entrevista que el kirchnerismo debía recuperar una idea de diversidad que con el tiempo había perdido. Teniendo en cuenta lo que fue la PASO en Santa Fe, entre ustedes y la lista de Rodenas, ¿fue esa primaria un intento por recuperar esa diversidad perdida?

Bueno, Unidad Ciudadana me parece que fue eso. Tiene mucha similitud la propuesta que hicimos en Santa Fe con la que hizo Cristina en Buenos Aires. Fue una lista que cumplió absolutamente con la paridad. A mí me terminan acompañando cuatro mujeres. Fue una lista que incluyó valores que a nosotros nos parecía que había que defender. El valor del trabajo… Patricia Mounier, secretaria general del Sindicato Argentino de Docentes Particulares en la zona norte de la provincia, es la número tres de la lista. La “Tana” [Josefina] González es la número dos y es fundadoras de H.I.J.O.S. en Rosario, hija de desaparecidos, el valor de los derechos humanos tenía que estar presente. Había científicos en nuestra lista, había representantes de la diversidad sexual. La verdad es que intentamos hacer lo más amplio posible, había representantes de otros partidos políticos.

 

Pero eso tiene que ver con el armado de la lista, nosotros nos referimos a una diversidad en el debate con otros espacios, que en este caso se expresó en ir a una interna con el espacio que encabeza Rodenas. En esa misma entrevista que le hicimos el año pasado dijo que el peronismo, en 2017, debía ir a una gran interna y discutir si quiere ser un peronismo más cercano a Macri o un peronismo más cercano a Cristina…

No, no, pero esa cuestión ya se resolvió. Está claro que en los lugares donde mayoritariamente el peronismo hizo buenas elecciones en cualquiera de sus formas fue donde el peronismo tuvo roles claramente opositores. En los lugares donde tuvo conductas más duales la performance electoral fue menor. Entonces eso ya está resuelto. Lo que yo creo ahora es que a nosotros nos queda otro desafío que es conformar la oposición. La Argentina ya tiene el oficialismo, ahora lo que necesita es una oposición fuerte.

“Mi impresión es que no van a cambiar demasiado las cosas. Va a haber un escenario, al menos en la provincia de Santa Fe, en donde las dos fuerzas que compitieron por el primer lugar aumenten quizás un poco, pero no va haber demasiados cambios”

¿Y el hecho de ir a una PASO en Santa Fe ayudó a consolidar esa oposición?

En Santa Fe ayudó para formar el Frente Justicialista, pero en la provincia tenemos un escenario de polarización atenuada. Entre Cambiemos y el Frente Justicialista tenés el 55% de los votos, el 45% está afuera. Entonces para trabajar y para construir la oposición creo que hay que ir hacia un escenario de unidad. No necesariamente tiene que tener una única expresión electoral, pero hay que poner el esfuerzo. Nosotros tenemos la obligación de aportar para ver de qué manera a todos aquellos argentinos que tengan pensamiento crítico con el gobierno se los puede invitar a trabajar juntos. Y a los que votaron en blanco, a los que no nos votaron, a los que votaron a algunas expresiones políticas que no superaron el piso de las PASO, hay que sentarse con ellos, escucharlos y ver por qué no nos votaron y hacer una invitación y ver si nosotros podemos canalizar esas demandas.

 

¿Esa es la nueva etapa de la campaña que viene?

Va más allá. Mi impresión es que no van a cambiar demasiado las cosas. Va a haber un escenario, al menos en la provincia de Santa Fe, en donde las dos fuerzas que compitieron por el primer lugar aumenten quizás un poco, pero no va haber demasiados cambios. Creo que hay que tener una mirada hacia el futuro y que tiene que ver con generar la unidad de la oposición. Nosotros tenemos un oficialismo fuerte. Tiene presidente, tiene gobernadora en la provincia de Buenos Aires, jefe de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, tiene apoyo del poder económico, alianza con los Estados Unidos, apoyo de los grupos mediáticos más concentrados, tiene votos, tiene diputados, tiene senadores. Entonces lo que nosotros necesitamos es construir una oposición. La Argentina no necesita más oficialismo, necesita más oposición porque necesitamos tener un contrapeso para el 2019.

 

Ahora, así como las PASO sirvieron en Santa Fe y fue una buena experiencia de consolidación opositora, ¿por qué no pudo haber servido también en la provincia de Buenos Aires?
Foto: Georgina García | Zoom

Porque me parece que las situaciones no son análogas. En la provincia de Santa Fe había un escenario de liderazgo vacante. Era, en la previa, una primaria muy competitiva. La verdad es que nosotros ganamos muy bien, pero nadie pensaba que íbamos a ganar por tanta diferencia. La mayor parte del poder institucional del peronismo, como dije, estaba apoyando la candidatura de Rodenas, que hizo de todas maneras una muy buena elección. Se configuró una primaria competitiva. En Buenos Aires no había posibilidad de una primaria competitiva, había una dirigente, en este caso, que concentraba la mayor intención de votos. Tenía el 95% o el 98% del apoyo institucional del peronismo, termina saliendo 7 a 1. La verdad es que se tomó una decisión después de hacer ingentes esfuerzos para compartir una sola lista. Los ofrecimientos que se le hizo a la lista de Randazzo eran más importantes que lo que estas PASO reflejaron.

 

¿Le sorprendió el estrecho margen entre Cristina y Bullrich?

No. A mí me parecía que la elección iba a ser una elección muy pareja. Me parece que la elección que hace Cristina es excepcional. [Leopoldo] Moreau tiene una frase muy linda: “Terminó ganando con un celular”. Contra todo el aparato, hizo una elección excepcional. Lo que creo es que está sobrevalorado el voto del oficialismo. Creo que el oficialismo tiene que estar conforme con el resultado de la elección, pero no puede estar tranquilo. Porque la realidad es que dos tercios de los bonaerenses votaron en sentido contrario, el 73% de los santafesinos votaron opciones contrarias al oficialismo. Son números altos para el que tiene que gobernar y que se supone que tiene que tener niveles de consenso. Cuando uno analiza lo que fueron las primeras elecciones intermedias de nuevos oficialismos esta fue la peor elección. Alfonsín en el 85, Menen en el 91, Kirchner en 2005, Cristina en 2009 sacaron mayor porcentaje de votos que lo que sacó Cambiemos ahora. Y después también está el hecho de que los oficialismos siempre tienen margen para hacer buenas elecciones. Yo en estos días he dado el ejemplo del año 89 con Eduardo Angeloz, recientemente fallecido. Angeloz era el candidato de Unión Cívica Radical, un partido que en ese momento adelantó las elecciones como para oxigenarse un poco, con una inflación de 30% mensual, y sacó el casi el 40% de los votos. La elección que hace el oficialismo ahora es una elección dentro de lo razonable. Tiene que estar conforme pero no eufórico. La euforia es una euforia sobreactuada. Yo creo que la elección que ha hecho Cristina en la provincia de Buenos Aires es fenomenal.

 

¿Pero el peronismo sí puede estar eufórico con un margen de 0,21%?

No, no, no digo que haya que estar eufórico. Pero me parece que la elección que ha hecho Cristina es una elección fenomenal. No hay otra dirigente política en la provincia de Buenos Aires que hubiese hecho la elección que hizo Cristina en esta oportunidad.

“Me parece que van a crecer los dos bloques parlamentarios con oposiciones más claramente antagónicas y los espacios intermedios se van a achicar”

¿Qué expectativas tiene en relación a la pelea por la gobernación en 2019?

No, no voy a ser candidato. Fui dos veces candidato a gobernador. En 2007 perdí una primaria y en 2011 le gané la primaria a Rafael Bielsa y a Omar Perotti y después perdí la elección general. La verdad en ese momento sentí que era mi momento, me sentía claramente capacitado, había formado un equipo excelente para gobernar la provincia de Santa Fe. Claramente era el candidato que mejor diagnóstico tenía de lo que estaba pasando en la provincia, sobre todo en materia de seguridad. Fui el primero que denuncié el azote de las bandas narcos sobre la ciudad de Rosario, el aumento de la cantidad de homicidios. Pero, bueno, no se dio en ese momento. Y la verdad es que hoy no estoy pensando en eso ni mucho menos. Estoy con la cabeza y la energía puesta en tratar de mejorar lo que hicimos en las PASO y en ver si podemos ganar las elecciones de octubre en el medio de una política económica que afecta muchísimo a los santafesinos.

 

¿Si no tiene expectativas en la gobernación, tiene expectativas nacionales entonces?

[Risas] ¿Por qué tengo que tener una cosa o la otra? No, tengo expectativas en volver a ser diputado nacional, casi con seguridad voy a serlo, y desde ahí tratar de ponerle freno al modelo económico neoliberal.

 

¿Su regreso a Diputados implica regresar también a la presidencia del bloque?

No estoy pensando en eso porque será una decisión del conjunto de bloque. Entiendo la especulación porque fui siete años y medio presidente de bloque y porque el actual presidente, Héctor Recalde, no tiene reelección, pero recién pasamos esa entrada que eran las PASO, después viene el plato principal que son las elecciones del 22 de octubre y después entra el postre que es la elección de las autoridades.

 

¿Qué tiene de distinto este kirchnerismo, hoy enrolado en Unidad Ciudadana, de aquel que estuvo en el poder doce años y del que usted fue presidente de bloque durante siete años y medio?
Foto: Georgina García | Zoom

La diferencia es obvia, somos la oposición. El rol del opositor es distinto al del oficialismo. En el oficialismo cuando tenés que estar en la Cámara ,en los bloques legislativos, tenés que defender las iniciativas del gobierno, y siempre tenés que tratar de conseguir un voto más que el resto para sostener las iniciativas del gobierno. En cambio el rol del opositor es tratar de buscar consenso entre los opositores para tratar de frenar aquellas iniciativas del gobierno que atenten contra el pueblo argentino o contra algunos sectores de la población Indudablemente eso es distinto. Son roles, pero no solamente como diputado, también como militante político. El rol del militante político en el oficialismo es casi funcionar como una correa de transmisión de arriba hacia abajo, trata de fidelizar la política en el territorio. Ahora me parece que es al revés, el militante tiene que interpelar a los poderes establecidos, públicos y privados, a partir de interpretar lo que demanda la sociedad y tratar de buscar consenso. Buscar consenso para ampliar y para intentar frenar estos intentos hegemónicos del macrismo.

 

¿Con qué espacios vería posible ese consenso?

Con todos aquellos que decidan mantener diferencias con la política económica del neoliberalismo. Me parece que ese es el punto de coincidencia.

 

¿Cree que esa atomización que se dio en el peronismo dentro de la Cámara de Diputados tras la derrota de 2015, luego de estas elecciones se revierta y se consoliden bloques más homogéneos? Y en ese sentido, ¿es posible hacer acuerdos con el massismo?

Habrá que verlo, uno no puede decirlo a priori. Sí coincido con la caracterización. Me parece que van a crecer los dos bloques parlamentarios con oposiciones más claramente antagónicas y los espacios intermedios se van a achicar.

 

¿Sería un Grupa A a la inversa?

No sé. No es una denominación que le pondría, digamos, Me parece que lo que hay que tratar de hacer, si tenemos mayoría en el Congreso, es frenar aquellas iniciativas que sean lesivas para la sociedad, como reforma laboral o reforma previsional, y tratar de tener capacidad de generar alguna iniciativa. Hay que meter una ley para congelar las tarifas en todo el año 2018. Porque ya no se sostiene más el aumento de tarifas en la Argentina.

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