El año pasado estaba en Cuba, ahí, en la casa de los escritores, yo era jurado de un concurso. Estaban (Roberto Fernández) Retamar y otros y de pronto, cuan largo es, entró (Fidel) Castro con Santa Evita y se acercó hasta mí. Me preguntó qué pensaba del libro. Le dije que era una cagada, ¿qué le iba a decir? Y eso que lo tengo dedicado. ¿Sabés lo que me dijo Castro? Y encima le puso la fajita, y encima le puso la fajita (la faja que recubría al libro, con una frase de un íntimo amigo de Castro, Gabriel García Márquez, que dice, más o menos, Este es el libro que yo siempre quise escribir).