Un año de ZOOM

El sábado (de gloria) pasado, ZOOM cumplió un año. Lo celebramos laburando, y con la alegría de saber que marzo, el mes doce, resultó el de mayor cantidad de visitas desde que arrancó el proyecto.

Un año puede parecer mucho o poco, según se mire. Para un medio alternativo y sinceramente independiente, se convierte en un logro sostener el desafío semanal de poner en foco los temas políticos y sociales de nuestro país. Para algunos periodistas estrella, un año puede transformarse en una eternidad, a juzgar por el reciente abandono de Jorge Lanata de la Dirección de Crítica, el matutino anunciado con bombos y platillos desde las escalinatas de la Facultad de Derecho en marzo de 2008. Envuelto en el glamour de una noche repleta de figurettis, el ahora conductor de un ciclo en Canal 26, recibía a sus invitados con un mordaz “Bienvenidos al velorio de Página 12”. En la redacción de Solís y Garay, hay unos cuantos que, sentados en el umbral, han visto recompensada su paciencia y hoy sonríen.

La perseverancia y convicción en un puñado de ideas pueden suplir carencias en determinadas ocasiones. El snobismo de los caprichosos que se aburren pronto, que precisan un chiche nuevo a cada paso, no hace historia, nace y muere en su propia insustancialidad. Esta semana nos da ejemplos de fuste en ambas direcciones.

Evo Morales es símbolo cabal de la primera afirmación. Después de muchos años y kilómetros de marcha y luchas a piedra limpia, el dirigente sindical llegó a presidente para cambiar la historia de su vapuleado país. Hostigado de manera salvaje y antidemocrática por la derecha elitista boliviana, los mantuvo a raya a puro voto, y pasó de la defensiva al ataque revalidándose en las urnas y sancionando una Constitución revolucionaria para su sociedad y para Sudamérica. Como los golpistas no tienen límites, Evo apela ahora al extremo de una huelga de hambre para impedir el boicot legislativo al proceso iniciado en el Congreso. Si hay que poner el cuerpo, primero yo, parece ser el mensaje.

Como contracara, la dirigencia supuestamente progresista y nac&pop porteña continúa dando muestras de una pobreza de ideas casi tan grande como su egoísmo. Abrazados al negocio de la PYME electoral, sin vocación de mayorías ni estrategias de alianzas, todo se reduce a un poroteo cada vez más escuálido mientras la derecha neoconservadora (con 16 meses en el Gobierno) se encamina a obtener mayoría propia en la Legislatura a partir de diciembre próximo. De cara a los comicios, sin registro de las barrabasadas pasadas ni de los peligros presentes y futuros, el ombliguismo sigue siendo el denominador común. Lo señalamos en ZOOM en mayo de 2008. Y lamentablemente el diagnóstico hoy sigue siendo el mismo. Si hay que salir en la foto, primero yo, parece ser la consigna.

Puestos a escoger (como cantaba Serrat), nos quedamos con la actitud de Evo. Ojalá nos sirva de guía y referencia para los difíciles y disputados meses que se avecinan.

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