San Cayetano (o San Precariado de la Justicia Social)

Con San Cayetano al frente, las organizaciones de la Economía Popular marcharán este sábado a Plaza de Mayo, para apoyar al gobierno de Alberto Fernández, pero también, para visibilizar su agenda de Tierra, Techo y Trabajo de cara a la postpandemia.

Por primera vez desde su conformación a fines de 2019, este sábado 7 de agosto se moviliza la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular. La marcha de la UTEP partirá desde Liniers, tendrá paradas en Flores, Once y Congreso y finalizará en Plaza de Mayo, donde unos 200 puestos de la producción que se realiza a diario en distintas cooperativas de trabajo, polos productivos y proyectos autogestivos se visibilizará a través de una feria armada en el histórico lugar de reunión del pueblo argentino. Las organizaciones convocantes dan este paso tras cinco años de haberse realizado la primera gran movilización de unidad del sector, en agosto de 2016, cuando bajo la gestión de Mauricio Macri plantearon la agenda de “Tierra, Techo y Trabajo”, en consonancia con lo planteos del Papa Francisco, quien los calificó como “poetas sociales” por su capacidad de “inventarse un trabajo” en un mundo donde las relaciones sociales capitalistas distan mucho de las de décadas anteriores, donde la mayoría de la población trabajaba bajo relación salarial.
El lanzamiento del IFE (Ingreso Federal de Emergencia) durante la pandemia desatada por el COVID 19, arrojó números que sorprendieron a las y los funcionarios del gobierno entrante, puesto que se anotaron 12 millones de personas, de las cuales casi 9 millones se encontraron en condiciones de percibirlo. Es decir, que el 2020 fue el año en que quedó en claramente registrado que hoy por hoy, en nuestro país, existe un amplísimo mundo de trabajo por fuera del empleo formal. Se estipula que las actividades de la economía popular conforman un 25% del Producto Bruto Interno (PBI).
Algo similar sucedió con el RENATEP, el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, en el cual se inscribieron virtualmente (entre julio de 2020 y febrero de 2021) 2.093.850 personas que trabajan en tareas de comercio popular y mantenimiento de espacios públicos; industria manufacturera; recuperación, reciclado y servicios ambientales; servicios socio-comunitarios; construcción e infraestructura social; mejoramiento ambiental; agricultura familiar y campesina; transporte y almacenamiento; servicios personales, entre otros oficios.

La cuarentena y la labor comunitaria

Las organizaciones sociales, como muchas veces se las denomina, se caracterizaron durante años por hacerse ver y oír en las movilizaciones: toda una gimnasia callejera que en gran medida es herencia de las luchas de los años noventa, cuando ante las políticas de ajuste implementadas por el “Estado de malestar”, la sociedad se puso en movimiento y a través de piquetes, marchas y ollas populares (e incluso puebladas) fue conquistando reivindicaciones que ayudaron a palear la situación de pobreza extrema y precarización generalizada de la vida. Durante los años kirchneristas muchas de las organizaciones pasaron a ser oficialistas y otras cuantas no, pero más allá de esas diferencias políticas, en 2011 se conformó la CTEP, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, en la cual se nuclearon sectores del cristianismo, el peronismo y la izquierda, entre quienes se encontraban el Movimiento Evita y agrupamientos como el liderado por Juan Grabois. En agosto de 2016 cien mil personas coparon las calles tras las banderas de la CTEP, el Movimiento Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), y marcharon desde la parroquia de San Cayetano, en Liniers, hasta la Plaza de Mayo, recuperando la jornada de lucha contra la dictadura que en 1981 protagonizó la CGT bajo la consigna “Paz, Pan y Trabajo”.
Este espacio, conocido como “Los cayetanos”, junto a otras corrientes de los movimientos sociales, se conformaron como sindicato a fines de 2019. Mayoritariamente acompañaron la fórmula Fernández/Fernández para derrotar electoralmente a Macri y con la nueva gestión se conformó dentro del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación la Secretaría de Economía Social, que hoy dirige Emilio Pérsico, secretario general del Movimiento Evita, fuerza política que coronó a una de sus dirigentes, Mariel Fernández, como intendenta del distrito bonaerense de Moreno, y a otros de sus referentes en lugares claves del estado y el movimiento social, como Alexandre Roig en la presidencia del INAES, y Esteban Gringo Castro como secretario general de la UTEP.
Para el sector de la Economía Popular el inicio de la pandemia fue tremendo, como para todo el mundo, pero con un plus: habitando generalmente sus integrantes barriadas en donde las viviendas agrupan muchas personas en poco espacio y manteniendo ingresos que se gestan del trabajo realizado sin relación salarial y, por lo tanto, sin derechos consagrados, la situación produjo una crisis aun mayor que en otros sectores de trabajadores. Así y todo, propuestas de “cuarentena comunitaria” fueron escuchadas y retomadas institucionalmente con programas como “El barrio cuida al barrio” y gran parte de las tareas por las que miles de personas perciben un Salario Social Complementario se sostuvieron, acompañadas por miles de voluntarias y voluntarios que también mantuvieron en pie comedores, merenderos y ollas populares que ni en los momentos más críticos dejaron de funcionar, al ritmo de otras tareas socio-comunitarias y de cuidados; tareas generalmente sostenidas por mujeres, las grandes protagonistas del sector. Por eso para las organizaciones, este 7 de agosto será también un día de conmemoración de todas aquellas personas (sobre todo mujeres), que perdieron su vida tras contraer el coronavirus, mientras sostenían actividades en función del bien común.
En este sentido es que Ivanna Rezano (militante de la Coordinadora 25 de Mayo y subsecretaria de Economía Social en la Municipalidad de Almirante Brown), el 7 de agosto es una fecha destacada incluso para los feminismos populares, porque “es un día en que se visibilizan las necesidades de las mujeres más humildes; los reclamos y los deseos de las mujeres de los barrios populares que le vienen poniendo el pecho a la pandemia con su amor y que ven en Cayetano un santo de los sectores humildes, que acompaña la lucha por ampliar derechos y promueve la comunión más allá de la institucionalidad católica, e incluso, más allá de cualquier religión”.

Cayetano, el Santo del Precariado

Como sostiene Juan Stanisci en una nota publicada ayer en el portal El Colectivo, “San Cayetano abandonó el ámbito eclesiástico para convertirse en un Santo Popular. Esa categoría llena de paños rojos en la ruta, botellas de agua desperdigadas por el país, santuarios improvisados, bailes, procesiones, ofrendas en vino o cigarrillos, todos estos elementos componen las formas de vincularse con los distintos Santos Populares. Gauchos, madres, niños, cantantes o futbolistas”.
Como Maradona en los santuarios construidos en las barriadas por los Movimientos Populares, o el Gauchito Gil al que tanto adoran mujeres y hombres de a pie, Cayetano –como hemos dicho ya en alguna anterior de Revista Zoom—es el santo del Precariado.
El Precariado en Acción es el término con el que nos hemos referido a ese 38, 5% del total de personas que trabajan en la Economía Popular de manera colectiva, sea en organizaciones sociales y comunitarias (23,4%), en cooperativas (8,4%) o en pequeños emprendimientos familiares (6,7%). Trabajadores y trabajadoras sin derechos que integran esas experiencias de lucha y organización gestadas al interior de esa franja de la población trabajadora que puja por devenir sujeto político, a través de la acción colectiva, en el reverso de la lógica “emprendedorista” que promueve el neoliberalismo, siempre tan afecto al individualismo y la meritocracia.
La diferencia de términos no es menor. Si bien tanto el Precariado en Acción como las y los “emprendedoristas” pertenecen a la Economía Popular, manifiestan entre sí una diferencia política, vinculada al modo en que cada persona resuelve su situación. La disputa está en marcha, y el desafío es enorme. Por eso las organizaciones sociales han decidido conformar un sindicato, porque no se trata sólo de agrupar a quienes buscan una salida colectiva –argumentan muchos dirigentes– sino de encontrar respuestas para el conjunto del sector, en mancomunión con el resto de trabajadores y trabajadoras (bajo relación salarial). De allí sus vínculos con la CGT, y su permanente interpelación a la conducción ceguetista para que los admita en la Confederación.
Este fenómeno, con epicentro en la Argentina, también se extiende entre las y los condenados de la tierra del mundo entero. Incluso en países como Italia, han aparecido manifestaciones de trabajadores que en jornadas como las del 1º de Mayo, le rezan a “San Precario”.
La precarización parece ser una de las características centrales del capitalismo contemporáneo. De allí que los nuevos problemas, y los nuevos desafíos, excedan lo coyuntural, para transformarse en elementos centrales de cualquier planteo que en el siglo XXI pretenda recuperar un horizonte de Justicia Social.

Política y perspectiva

Entre las dirigencias de los Movimientos Populares, durante los últimos días, un dicho circuló con fuerza: “la clase política liberal pretende encerrarnos en el nicho de la tarea social”. La crítica no apunta tanto a la derecha conservadora sino más bien a los sectores progresistas. Es decir, es un señalamiento “puertas adentro”, como se dice. Tal vez por eso para Milca Sosa, secretaria de Actas de UTEP, este 7 de agosto es una fecha importante porque, desde los sectores de la economía popular, “hemos logrado varias conquistas en términos de derechos laborales y el reconocimiento institucional. Y por eso el sábado nos movilizamos: para agradecer a nuestro gobierno, pero también, para visibilizar las nuevas demandas sociales, como el derecho a trabajar, así como las demandas políticas, vinculadas a los espacios que ocupamos en esta sociedad”. Gildo Onorato, secretario gremial del sindicato que al cierre de esta nota recibía por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación el otorgamiento de la Personería Social, subrayó que la convocatoria a “manifestarnos en la celebración de San Cayetano es parte de una muestra de unidad, de paz social, de ratificación programática, porque como dijo Francisco en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares de Roma, `los pobres ya no esperan, se organizan y luchan». Es parte de nuestra apuesta: construir la patria que nos merecemos todos y todas”.
La Economía Popular es parte de las discusiones actuales, y también, al parecer, de las que se vienen. O al menos, las que los Movimientos Populares intentan instalar: en la gestión del Estado de la que son parte; entre las militancias y en jornadas como las del 7 de agosto, también en las calles, recuperando para la política el protagonismo popular.

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