Pullaro dejó al PJ santafesino al borde del knockout

El ex ministro de seguridad, Maximiliano Pullaro, arrasó en las PASO de Santa Fe y dejó al peronismo contra las cuerdas. Cómo se arma el nuevo mapa político de la provincia de cara a las elecciones definitivas.

Paliza total del Frente “Unidos para Cambiar Santa Fe” en el territorio santafesino. Si bien las encuestas le otorgaban una buena ventaja, la realidad golpeó duramente al oficialismo provincial. Tanto fue el cimbronazo que, rápido de reflejos, el gobernador Perotti salió a declarar que “no hubo un plebiscito de la gestión” y deslizó que la intensidad de la campaña electoral de la oposición fue el motivo principal del gran resultado. El “Gran Frente Opositor”, que reunió a la Unión Cívica Radical, al PRO, y a la parte mayoritaria del Partido Socialista (hubo una fuga de sectores internos hacia un frente de centroizquierda), obtuvo casi un millón de votos entre sus tres candidatos que representaron el 58.5% de los votos. En la vereda de enfrente, el Peronismo hizo una magra elección apenas llegando a los 26% entre sus tres candidatos.

A la interna de “Unidos” el ex-ministro de seguridad Pullaro la ganó al trote, recibiendo 491 mil votos (26 mil votos más que los recibidos por Perotti en las PASO 2019) estirando la ventaja sobre Losada quien recibió 325 mil sufragios. En el último lugar, se colocó la socialista Mónica Fein que alcanzó los 125 mil votos. Lo cierto que la elección fue arrolladora y se colocó como uno de los mayores récords a nivel provincial, no menos verídico es que era un resultado esperable debido a que si se realiza una sumatoria de lo que obtuvo el Frente Progresista y Cambiemos en las provinciales de 2019, ese número llega exactamente al mismo 58%.

En cuanto la disputa peronista, el resultado era previsible en favor del senador nacional Marcelo Lewandowski que obtuvo 270 mil votos (ubicándose como el tercer candidato más votado detrás de Pullaro y Losada), luego el camporista Marcos Cleri con 62 mil votos, el referente del Evita Eduardo Toniolli con 47 mil votos y el rossista Leandro Busatto con 42 mil voluntades. Frente a una oposición que reunió casi un millón de votos, el PJ sólo llegó a superar los 420 mil sufragios, lo que lo pone en una incómoda posición y al borde del knockout provincial. De hecho, la prácticamente nula campaña encabezada por Lewandowski (con acusaciones cruzadas acerca del comando de campaña y el financiamiento) lo dejaron sin conocimiento por fuera de su fortaleza Rosario. Todavía resuenan las palabras de un militante que ofuscado decía haber cruzado toda la ciudad de Santa Fe y no haber encontrado un sólo cartel o folleto de su precandidato a gobernador. En ese departamento, Lewandowski apenas obtuvo el 11.4% de los votos y todo el PJ llegó al 24.6%. La catástrofe fue peor en los departamentos intermedios, como General López en donde el PJ provincial alcanzó el 15% de los votos y el Frente Opositor se llevó el 79% de las voluntades.

El claro vencedor fue Maximiliano Pullaro, quien parece encaminarse a una tranquila coronación como gobernador y recibió las visitas y salutaciones de gran parte de la dirigencia nacional de Juntos por el Cambio. Por otro lado, Marcelo Lewandowski queda con la inmensa tarea de hacerse conocido en el centro-norte y sur-sur de la provincia con el afán de conseguir achicar los márgenes. De hecho, el propio candidato habló de una nueva elección en donde los votos de Losada y Fein no se trasladarán automáticamente a Pullaro, y la participación aumentaría en torno al 10% (en este punto, el hincapié –o la esperanza— están puestos en que con todo el dinero que pusieron en campaña y la atención de la prensa, el que no fue a votar difícilmente lo haga en favor de Pullaro porque debían haberlo hecho con anterioridad cuando la interna era lo más importante).

En cuanto a la categoría de diputados provinciales, la primera fase del “Plan Perotti” se cumplió en gran medida. El actual gobernador (sin posibilidad de reelección) se colocó a la cabeza de una lista para diputados y se sometió a una interna de numerosos contendientes, su plan era vencerlos por gran diferencia para poder colocar la mayor cantidad de leales en la lista final, para luego apuntar a ganar la categoría general y poder erigirse como el presidente de la Cámara de Diputados. Omar Perotti fue el candidato más votado con 240 mil sufragios y venció por bastante a su competidora más próxima (y actual vicegobernadora) en la interna, tanto es así que meterá 16 leales de 27 que componen la lista y con ello buscará ganar la general para convencer a los restantes de acompañarlo. Del otro lado, la socialista Clara García venció por muy poquito a José Corral y se quedó con el primer puesto desde el que buscará construir una posición de poder no sólo para vencer a Perotti sino para fortalecer su figura y salvar al Partido Socialista de las pésimas elecciones que viene transitando. Asimismo, otra gran sorpresa fue Amalia Granata quien fue la segunda más votada individualmente con 178 mil votos y sumará varios diputados leales a su bloque de repetir o mejorar su performance.

Por el lado de Perotti, habrá algunos escollos no menores, y no solamente en su lucha cabeza a cabeza con Clara García. En primer lugar, la tropa de militantes quedó muy desilusionada y golpeada con los resultados y no son pocos los que responsabilizan directamente al gobernador. En segundo lugar, los senadores peronistas no están muy cómodos con la posibilidad de perder sus departamentos y creen que la mezquindad del gobernador en la campaña les jugó en contra, mientras que desde el perottismo suelen deslizar que fueron ellos quienes quisieron prescindir de la figura del gobernador. Por último, y no menos importante, el gobernador deberá obtener una buena cantidad de votos extras que le permitan superar –al menos por un voto— a su rival más cercano para poder obtener la mayoría legislativa y apuntan a que muchos apoyos de la interna opositora migren hacia Granata en vez de a la representante socialista. Sin embargo, y pese a que Perotti dice que la gente no plebiscitó su gestión, el gobernador que recibió 465 mil votos en la PASO 2019, perdió 225 mil sufragios en cuatro años.

La carrera por el Senado también dejó muchas sorpresas, es que los históricos senadores peronistas se vieron superados o empatados en esta elección cuando antes se acostumbraban a desfilar bajo la potencia electoral que poseían. Por ejemplo, el famoso “Pipi” Traferri (Dpto. San Lorenzo) fue el candidato más votado en su categoría, pero la suma de la oposición lo deja cerca de 2500 votos por debajo, su desafío será retener el voto de sus competidores de la interna y poder absorber a los perdedores de la interna rival. En Castellanos, Alcides Calvo también fue el más votado pero la suma de su interna lo deja apenas por arriba de la suma de la interna rival. En San Martín, tierra de la única senadora mujer, Cristina Berra fue la candidata más votada pero la suma de la interna rival la deja ante un panorama sombrío. Ni hablar de Baucero en San Javier, quien no sólo fue superado como candidato individual, sino que además la suma de las internas lo deja lejos y con un gran desafío por delante. Los senadores deberán tomarse estos días para encauzar su campaña y apuntar a fortalecer el voto propio, desgastar la suma de las internas rivales y movilizar el voto de los que no concurrieron. Sin embargo, la dicotomía se hace presente: por un lado, los senadores buscarán privilegiar su continuidad, y por el otro, el candidato Lewandowski necesitará de ellos para el posicionamiento de su figura como potencial gobernador, el problema es que, observando los resultados a gobernador en varios departamentos, las necesidades de ambos parecen ser excluyentes una de la otra.

En las dos intendencias más importantes de la provincia el escenario no es igual. En la ciudad de Santa Fe, la primera sorpresa fue que el actual intendente Jatón cayó derrotado ante Poletti por cerca de 15 mil votos. El dato saliente es que la elección está “terminada” ya que la suma de los tres candidatos de “Unidos para Cambiar Santa Fe” supera los 130 mil votos y la elección del peronismo fue paupérrima, entre los dos candidatos llegaron apenas a los 16 mil votos. En Rosario, Pablo Javkin se erigió como el candidato más votado individualmente y aseguró su nominación al vencer a sus contendientes en una elección reñida, el total de la interna alcanzó los 220 mil votos y buscará consolidar desde allí su ventaja para la elección general. Por el lado del peronismo, la sorpresa (o no tanto según varios militantes consultados) fue la victoria de Juan Monteverde (referente de la centroizquierda) sobre Roberto Sukerman. La interna peronista quedó a 80 mil votos de la sumatoria de Javkin y deberá correr desde atrás la carrera hacia septiembre. Mientras Javkin endureció su discurso antiperonista y buscará pegarse a Pullaro, Monteverde lo asocia a la vieja política y apunta a que la mayoría de los votos de la interna fueron en contra de Javkin. En este sentido, el actual intendente tendrá a su favor el empuje de Pullaro y referentes nacionales de JxC, como así también los “fierros del Estado” que le permitirán poner al Estado municipal en función de su campaña. Por su parte, Monteverde aparece como un candidato joven, no peronista, y que puede explotar las falencias de la gestión municipal. Además, como dato no menor, Monteverde es capaz de penetrar y disputar votos en el corazón del centro rosarino, generalmente proclive al voto “PRO-Radical”, que puede ser un catalizador para absorber votos de la interna oficialista, sobre todo tras la gran elección de Tessandori (quien parece haber sido el recipiendario de mucho voto anti Javkin), de hecho este se negó a reconocer la victoria del intendente en la noche del domingo y recién al otro día sugirió que iban a colaborar si se ponían de acuerdo programáticamente. Dato aparte, Tessandori fue el candidato más votado en Empalme Graneros, otrora fortaleza casi inexpugnable del peronismo local.

En este sentido, muchas de las carreras electorales parecen haberse definido de antemano, aunque algunos todavía tienen esperanzas. Salvo Lewandowski, quien debe ser optimista hasta por obligación, el duro mazazo todavía tiene grogui a gran parte de la dirigencia y militancia peronista. De hecho, la única voz firme que trató de propagar la esperanza fue el ministro nacional Aníbal Fernández quien sostuvo que la interna fue sólo una interna y que la elección comienza ahora. Por el lado del campamento opositor, todo es algarabía y seguramente retomen la campaña para tratar de fortalecer a los candidatos locales y legislativos, ya sin el ruido de interferencia que Losada ponía en los medios de alcance nacional. Pullaro está a las puertas de un gobierno «total», conducir un ejecutivo con mayorías legislativas en ambas cámaras, algo impensado en el último tiempo.

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