Por Causa Popular.- Uno de los enemigos principales al que apuntaron las movilizaciones populares que en su seno parieron la presidencia de Evo Morales, fue Repsol YPF, una de las petroleras transnacionales que más ganancias obtuvo en Bolivia. Que la noticia por estos días sea que sus reservas de gas hayan bajado en un 25 por ciento, y que el 52 por ciento de ese total sea producto de los anuncios del gobierno de registrar las reservas de gas como propiedad de Bolivia, abre pronósticos alentadores y promete reivindicar los largos años de heroicas luchas de los bolivianos.
Los primeros días de gobierno suelen ser arrolladores. Varios ejemplos en América latina lo demuestran. Las promesas electorales aún frescas en el recuerdo de los votantes condicionan los primeros movimientos de las flamantes administraciones.
Algunos, como es el caso de Hugo Chávez, van de menor a mayor, y con el pasar de los meses las medidas de gobierno suelen superar con creces las expectativas iniciales. Pero ejemplos como el venezolano no son precisamente los que abundan. Los primeros días del gobierno de Evo Morales están bajo los ojos del mundo, y de todo un pueblo que el 22 de enero demostró las esperanzas que despierta el nuevo proceso que se inicia.
El lunes 23, el mismo día que entró en funciones el flamante presidente de Bolivia, su ministro de Hidrocarburos Andrés Solíz Rada informó que el primer paso para alcanzar el objetivo de la nacionalización de los hidrocarburos, será registrar en bolsas y otras instancias las reservas de gas a nombre de Bolivia. “Ésta es una de las medidas clave de la nacionalización”, dijo el ministro Solíz a la prensa minutos después de jurar su cargo. La reducción de las reservas de gas declaradas por la multinacional Repsol, está directamente relacionada con esta medida del gobierno boliviano.
Aunque lo pudiera parecer, no hay improvisación detrás de una medida de estas características. Según informó el sitio boliviano de internet, Bolpress.com, “El nuevo gobierno cuenta con la cooperación del presidente de Venezuela Hugo Chávez en temas relacionados con la nacionalización del gas.”
En este sentido, la misma agencia cita declaraciones del propio presidente venezolano: “Evo (Morales) ha dicho que va a nacionalizar el gas; bueno, ojalá lo haga rápido; nosotros estamos apoyándolo con ideas, con técnicos, expertos en leyes (…) Yo creo que (la nacionalización) es una medida justa. Bolivia es uno de los países más pobres del mundo y tiene tanta riqueza; es justo que nacionalicen su gas y que recuperen la ganancia y la inviertan en lo social, como estoy seguro Evo lo va a hacer”, dijo Chávez días antes de la toma de posesión de Morales.
Pero el gobierno de Evo Morales no sólo tiene en la mira a Repsol Bolivia en relación a la nacionalización de los hidrocarburos. Según la misma fuente, antes de ser designado como presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Jorge Alvarado anunció que iniciará un juicio contra la empresa petrolera Andina S.A., en la que Repsol tiene participación accionaria, por contrabando y falsificación de documentos. La Aduana emitió un informe preliminar que concluye que existen indicios de responsabilidad de presunto contrabando en las exportaciones realizadas por Andina a través de ductos (entre julio y septiembre de 2004) y por cisternas (entre diciembre de 2004 y abril de 2005).
Respecto a la caída de las acciones de Repsol durante dos días consecutivos, la información dura indica que según la Comisión del Mercano Nacional de Valores (CNMV) de España, “Repsol YPF espera hacer revisiones hacia abajo de 1.254 millones de barriles equivalentes de petróleo (BOE, iniciales en inglés) en relación a sus estimaciones anteriores, lo que significará cerca al 25% de sus reservas.
Mientras que el 52 por ciento de esa declarada reducción de reservas de gas y petróleo (659 millones de bep) están referidas al gas boliviano, el resto de la reducción se concentra mayoritariamente en Argentina con 509 millones de bep, y en cantidad mucho menores a Venezuela (58 millones de bep). Repsol, antes de la nueva ley de hidrocarburos exigida en las calles por el pueblo Boliviano, poseía la propiedad de los hidrocarburos, con la nacionalización, sólo podría explotarlos.
Evo Morales se comprometió a no confiscar los activos de las empresas que explotan los hidrocarburos en su país, necesita de las inversiones extranjeras para financiar la reactivación de la derruida Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB). El presidente de esta empresa estatal, Jorge Alvarado, prometió que la rescataría de las cenizas conformando “empresas mixtas” para convertirla en una entidad similar a la brasilera Petrobras o la venezolana PDVSA en un lapso de dos años.
Entre los anuncios de Alvarado, además de confirmar que “PDVSA de Venezuela está interesada en formar una empresa mixta con nosotros”, sino que Petrobras estaría dispuesta a firmar nuevos convenios bajo las reglas que disponga el Estado.
La política energética de Bolivia marca el giro del gobierno del MAS hacia América Latina. Pocos se atreven a negar que, independientemente de las razones económicas que esgrimió la española Repsol, el ajuste es sus reservas es una medida claramente política. Repsol es una de las 10 petroleras más grandes del mundo, está ubicada en 28 países, y el último balance que se conoce correspondiente al 2004 indicó ganancias mayores de los 41.000 millones de euros. Al menos en Bolivia, sus ganancias parecen haber comenzado a reducirse.