Patricia Mounier: «El 11 de noviembre queremos que se cumpla el cupo en la CGT»

La diputada nacional del Frente de Todos y secretaria de derechos humanos de SADOP habló con Zoom sobre la ley de cupo del 30% femenino que no se cumple en la CGT.
patricia m en el congreso


El jueves pasado se dio a conocer la noticia sobre que la CGT habilita la implementación y reglamentación del cupo femenino del 30%, lo cual ya estaba regido por la ley. ¿Qué novedades suma esto?

Hace varios años existe la ley, pero nunca se cumplió, ni en las centrales, ni en los gremios. Hay varios motivos del porqué; el fundamental es el patriarcado sindical, el cual impide el ingreso de las mujeres argumentando que no se encuentran compañeras que quieran participar.  

No, no es que no queremos, es que tenemos permanentes obstáculos. Las mujeres estamos entre el trabajo —formal o informal—, las tareas del cuidado que siguen recayendo solo en nosotras y la actividad gremial. Entonces tenemos que relegar algunas actividades, lo que nos imposibilita ingresar a los gremios.

Por otro lado, hay una impronta patriarcal en los sindicatos que plantea que los únicos que sirven para la materia son los varones. Bajo estos parámetros, las mujeres solo debemos ocuparnos de tareas feminizadas. Una pregunta que suelo hacerle a mis compañeras es: “¿Cuando ustedes ingresaron al sindicato, les tocó preparar un arreglo floral para la mesa de la conferencia de prensa, llena de varones?”. No hay ninguna que me responda no, es nuestro “rol”.

Nosotras queremos participar de la toma de decisiones, pero en una Secretaría Administrativa de Turismo no se puede. Las decisiones se toman en la Secretaría Gremial, en la Secretaría Adjunta y en la Secretaría General. Además de participar en los Consejos Directivos, queremos participar en las discusiones paritarias de los convenios colectivos; en estos lugares también tiene que haber cupo y paridad, porque si los reclamos de las mujeres trabajadoras no los llevamos nosotras, no los van a llevar los muchachos.

Reclamamos el cupo del 30%, pero en realidad, queremos seguir avanzando e ir por la paridad de género. La participación en los gremios tiene que ser 50% varones y 50% mujeres. 

La ley plantea que si la participación de las mujeres no es del 30%, debe ser proporcional a las afiliadas al sindicato. Si bien es cierto que hay gremios masculinizados, como el SMATA, la UOCRA o la UOM, donde la situación es más complicada, de todas formas estos se conforman por alrededor de un ciento ochenta y cinco mil afiliados, de los cuales dieciséis mil son mujeres. Es decir, no es que no haya nadie, son casi el 8%. Pero deciden mandarnos a la Secretaria de Género, con el gesto de decirnos: “ocúpate de esto y no nos jodas”. 

¿Qué va a pasar en la CGT? Se propone una reforma del estatuto para incorporar otras secretarías. Supongo que la idea de los patriarcas debe ser poner de titular al varón y de suplente a la mujer. En este caso, habría paridad, pero de suplentes no llegamos a ningún lado. El ejemplo del Senado en la Provincia de Santa Fe es un caso claro de esta situación: habían diecinueve senadores, de los que dieciocho eran varones y una mujer ¿Cómo sucedió esto? La fórmula fue planteada en titular varón, suplente mujer. Para que estas últimas tomen cargo, tiene que renunciar o morir el titular. 

Sin embargo, el debate está instalado de tal forma que me hace creer que ya no hay retorno, no van a poder mirar para otro lado.

Digamos que el poder judicial y el gremialismo son los dos sectores que todavía le faltan dar esta discusión y reglamentación de la ley.

Exactamente, nosotras también estamos reclamando en la reforma judicial la inclusión de género. Aunque haya algunas juezas, el sistema judicial en su mayoría está conformado por jueces como los de Chubut que sostienen que una violación en manada es un “desahogo sexual” o como el juez Mingarini de Santa Fe, que libero a un violador porque utilizó preservativo. Esto debe cambiar.

Respecto a la CGT, tenemos que estar atentos sobre cómo se conforma la cuestión. Nosotros queremos participación real; no queremos una “foto” conformada por cincuenta varones con un mantel violeta y un temario en perspectiva de género. Ni tampoco que metan mujeres en las imágenes para disimular, como le sucedió a Cecilia Todesca en la última foto del presidente con las centrales obreras. 

Ellos piensan que con decir todos, todas y todes están incluyendo. Esto no basta.

Este debate para que se cumpla una ley que ya está instaurada hace 20 años va a suceder en noviembre. ¿Ustedes también quieren instalar el 50% de cupo para este mismo mes? 

Nosotros primero vamos por que cumplan el cupo, luego vamos por el más. 

Está convocado para el 11 de noviembre para así hacerlo antes de las elecciones del 14, pero ahora se está evaluando si lo posponen con la excusa de las elecciones. Es una probabilidad. Pero el tema está instalado, no van a poder obviarlo, no hay retorno.

¿Hay algún sector más permeable dentro de la cúpula de la CGT? 

Uno de nuestros problemas principales es que la Corriente Federal, la que planteó el tema, no integra la cúpula de la CGT. Pero creo que a Héctor Daer podríamos llegar a convencerlo ya que su hija entró a la lista del Frente de Todos por la paridad; si no entraríamos en contradicción, nos quedamos en el discurso: paridad para los otros, pero cuando me toca de cerca a mí, no la quiero.

También depende de cómo se conformen las autoridades, si serán un triunvirato u estarán organizadas en otro sistema. El jueves pasado me comentaban que podrían llegar a ser un quinteto. 

Nosotros ya tuvimos la experiencia de un triunvirato con dos varones y una mujer. Esta, casualmente, fue una compañera de sanidad de Santa Fe, Susana Stochero. Al contar su experiencia, se denotan cosas espantosas. Tan solo una de ellas fue que para ir al baño desde su oficina tenía que cruzar por las oficinas de los otros dos varones; es decir, tenía que pedir permiso para ir al sanitario. Este triunvirato duró poco, pero le hicieron las mil y unas a Susana. Mientras tanto, en la actualidad hay solo una mujer en la conducción de la CGT, Noé Ruiz del Sindicato de Modelos. 

Muchas mujeres tienen conductas patriarcales en los gremios porque es lo que se aprendió. Por eso, este debate también hay que darlo para adentro, no se puede seguir ignorando. No basta con solo escuchar una exposición de Dora Barrancos, persona a la que adoro, hay que dar la discusión y preguntarnos ¿qué está pasando que no puedo acceder a determinados puestos?

Otra cosa que me parece importante resaltar: las mujeres en los gremios tenemos que demostrar permanentemente nuestros diplomas, es decir, lo que sabemos hacer, lo que aprendimos, si podemos, si disponemos del tiempo, si esto o si aquello. Mientras que los hombres, con el simple hecho de tener antigüedad en el gremio, se convierten en un patriarca sindical, por lo que si o si deben estar en la lista.

Yo fui secretaria de organización, gremial, adjunta y general en Santa Fe. Pero previo a todo eso, siempre se dice que llegamos a esos lugares porque nos acostamos con algún varón o que este nos acomodo. ¿Habrá algún caso de estos? Es una posibilidad, pero no conformaría el total. Lo que no deja de suceder en el mientras tanto es que a las mujeres nos evalúan constantemente. Es más, nos plantean que no deberíamos ser tan femeninas, que no deberíamos ponernos tacos ni peinarnos, es decir, que deberíamos cambiar nuestra imagen para, en definitiva, parecernos a ellos.

Otro argumento del cual se aferran son los posibles reclamos que podríamos hacer las mujeres, como lo son la licencia por violencia de género o maternidad. A raíz de la ley de trabajo que discutimos el año pasado, leí unas estadísticas del Ministerio de Trabajo que sostenían que los varones no aceptan las licencias de paternidad ni licencias por cuidado porque dejan de computar antigüedad y se pierden los ascensos. Mientras, nosotras las tenemos que tomar si o si, ya que no hay nadie que tome nuestro rol dentro de la casa; es un asunto estructural. Es por esta razón que no vemos grandes reclamos por la extensión de la licencia por paternidad aunque sí de maternidad.

Algunos empresarios han tenido el tupé de decirnos que nos convenía el teletrabajo, porque al quedarnos en casa podríamos trabajar y ocuparnos de las tareas domésticas. ¡Las mujeres estuvimos décadas para salir de nuestro hogar a laburar! Y ahora para ellos “pretendemos” condiciones igualitarias. Obviamente que para estos señores sería más sencillo si nos volviéramos a nuestras casas. Pero desde un zoom no se puede hacer política gremial.

¿Cuál es tu reflexión sobre el resultado electoral del Frente de Todos? ¿Cómo se hace para transformarlo de cara a noviembre?

Creo que el gobierno nacional tomó nota de lo sucedido. En Santa Fe también tuvimos un resultado adverso. Yo estuve en la lista de candidatos de Agustín Rossi y nos fue mal en la provincia, es algo que estamos analizando. Ahora lo que hay que hacer es revertir los números. Me parece que la gente efectivamente se vio afectada por la situación económica, laboral y de seguridad. Estas son cuestiones que siempre pegan fuerte. 

En mi provincia hay una historia de candidatos famosos: por once puntos ganó Carolina Losada, mientras que en el 2015, por dos mil y pico de votos, Miguel del Cel perdió la gobernación. En la ciudad de Rosario, uno de los candidatos más votados fue un cantante de cumbia. Acá se vota la no política, es algo gravísimo que debemos cambiar.

El jueves estuvimos reunidos los diputados sindicalistas con Máximo Kirchner, el presidente del bloque. Nos pidió que sigamos recorriendo el territorio para tratar de revertir algún número e intentar que ingresen una cantidad mayor de compañeros a la Cámara de Senadores y de Diputados. 

Hay que hablar con la gente y explicarles que ya estamos saliendo de la pandemia, la cosa está mejorando; bajó el índice de desocupación y la economía empieza a reactivarse, al igual que estamos comenzando a salir del encierro y empieza a haber presencialidad en las escuelas. 

Me parece que todas estas idas y venidas del partido que se expusieron luego de la semana de elecciones hay que resolverlas. El cambio de gabinete para muchos trae un halo de esperanza. Pero para las mujeres el contexto es otro ya que solo se han designado varones en esos cargos. El argumento sólo desvela más falacias machistas: “En estos momentos difíciles se necesitan puje y coraje”, cómo si nosotras no los tuviéramos… 

Ojalá podamos revertir algunos números y que la gente entienda que votar a la derecha es volver a los cuatro años de Macri, con lo cual sí estaríamos retrocediendo. Algunos sostienen que la pandemia no es excusa, pero la Argentina atravesó dos pandemias: el gobierno de Juntos por el Cambio y la del Covid, lo que hace difícil avanzar y progresar en todas las políticas.

Yo tengo cincuenta y ocho años y nunca he visto algo como esto, la derecha en plena campaña ha presentado proyectos para eliminar la indemnización y los han votado. No sucedió lo que decía Menem respecto a su gobierno, es decir que si contaba lo que iba hacer la gente no lo hubiera votado. Es un panorama complicado.

¿Cómo fue la reunión con Máximo?

Hablamos en líneas generales, nos comentó que estaban haciendo un trabajo de análisis. Pero como los sindicalistas somos de varias provincias, hay un tucumano, un cordobés y yo de Santa Fe, nos pidió un relato acerca de lo que había pasado en nuestros distritos.

Por el momento están armando un excel y haciendo una evaluación de la Provincia de Buenos Aires. De las otras provincias van recolectando información. Maximo insistió mucho en el porcentaje de votantes de cada distrito, el cual en medio de una pandemia, no fue malo. 

Hay que ir a buscar a esos que no votaron.

Me sorprendió la cantidad de gente grande que fue a votar, mientras que hubo muy poca gente joven. Hay que convocarlos a los pibes de dieciséis y diecisiete años que no se sienten llamados, es un defecto en el cual tenemos que trabajar.

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