En el inicio de una semana decisiva en términos de candidaturas, nos juntamos con los compañeros a discutir sobre la necesidad de la participación popular en la Ciudad.
Hoy lunes 16 desde las 19, estaremos en el comando de campaña del compañero Tomada, en Belgrano 535, junto a Cecilia Calderón de la Corriente 17 de agosto, Claudio Canestrari de Los hijos de Juana y Enrique Martínez, presidente del INTI; para la charla «Participación, condición necesaria para una gestión transformadora.»
No será un encuentro más, porque el tema resulta clave. Aquellos que siguen esta columna desde siempre pueden dar fe que nuestra prédica ha sido constante empujando este debate.
El próximo 7 de agosto se cumplirán 15 años de la asunción de Fernando De la Rúa como primer jefe de gobierno porteño elegido por el voto popular. En estos 15 años de autonomía de la Ciudad, hemos tenido 5 dirigentes muy distintos en Bolívar 1: De la Rúa, Olivera, Ibarra, Telerman y Macri. Pese a las diferencias, tienen algo en común: todos gobernaron de la mano de Clarín.
Esta afirmación no alude solamente a la tapadependencia de los funcionarios de turno, siempre más preocupados por aparecer en la foto o instalar temas a través del gran diario argentino antes que en sentarse a dialogar con los ciudadanos. Tiene que ver con una idea más global, que nos habla de un Estado municipal demasiado pendiente de los intereses empresarios y sectoriales. Abiertamente imbrincado con los negocios privados en el caso de la actual gestión, demasiado cuidadoso de no afectar la sensibilidad de los sectores dominantes en las administraciones progresistas.
La participación popular es, por estas razones, la plataforma indispensable para construir un gobierno distinto en Buenos Aires. Un gobierno que asuma la descentralización como un desafío pero también como una oportunidad única de dar recursos y herramientas concretas a las comunas y a los vecinos. Que aliente las redes comunitarias que se tejen entre las organizaciones sociales, clubes y centros culturales, articulando una capilaridad potente que puede edificar un modelo distinto de pensar la Ciudad.
De eso se trata. Los espero.