Este viernes 17 de junio a las 18 se constituye la mesa barrial de participación comunitaria en Seguridad en la Comuna 5. El gobierno nacional a través del Ministerio de Seguridad que conduce la ministra Nilda Garré llega al barrio de Boedo con la presencia de la directora nacional de Participación Comunitaria, la Lic. Marta Arriola.
Arriola fue hasta hace unos años Subsecretaria de Niñez de la provincia de Buenos Aires. Fue, hasta que el progresista Daniel Arroyo, ministro bonaerense del área por entonces, le pidió la renuncia. ¿Por qué? Arriola sentó posición oponiéndose a la baja de la edad de imputabilidad impulsada desde la gobernación, proponiendo que esta transfiriera los recursos necesarios para una política de niñez que resolviera los problemas de fondo y que permitiera al Estado ir hacia los pibes, y no esperarlos en el mostrador, como fue la práctica preponderante desde hace muchos años.
Esta psicóloga social consecuente con sus ideas retornó hace poco a la función pública de la mano de la gestión de Garré en la flamante cartera de Seguridad para poner en práctica una política impulsada por la misma Cristina: el control civil de las fuerzas de seguridad.
Ese concepto tan simple y tantas veces meneado ya no está solo en palabras. Las Mesas Barriales y Mesas Zonales de Participación Comunitaria en Seguridad, cuyo ámbito de actuación se corresponderá, respectivamente, con los barrios y las jurisdicciones de comisarías de la Policía Federal en la Ciudad de Buenos Aires, ponen en acto esa premisa y cumplirán sus tareas «ad honorem» promoviendo un modelo de seguridad democrática.
En nuestra Comuna 5 (Boedo-Almagro), esta mesa se vino trabajando mucho con organizaciones, clubes, centro culturales, murgas, comerciantes, sala de teatros, etcétera. Porque la única forma de combatir la inseguridad o cualquier problema de la comunidad es participando, peticionando, saliendo a la calle. Es la única forma de que no te la cuenten y te implanten sensaciones de inseguridad que superan la conflictividad real.
La seguridad empezará a ser entonces un tema de todos, no solo de la derecha, y dejará de ser un slogan simplista y propagandístico para atemorizar y aterrar a una ciudadanía que queda de rehén de la caja boba.
Esta herramienta concreta de hacer política nos ayudará a salir de ese discurso discriminador que postula que «todos los negritos y pibes son chorros». Como dice la consigna, «ningún pibe nace chorro».
Somos parte de la planificación de las soluciones, para que estas no queden en manos de las fuerzas de seguridad.