MUJERES, POLICIAS Y FEMINISTAS

La revolución feminista avanza, conquista lugares y estamentos del poder antes impensados.

MUJERES

En el año 2003, el gobernador peronista de la provincia de Santa Fe, al ganar las elecciones realizadas en ese año y en el cual destronó al menemista y conservador Carlos Reutemann, por decirlo de algún modo, pateó el tablero y nombró como jefe de policía de la provincia a una mujer, una novedad que causó cierto revuelo en una fuerza que, como todas las fuerzas de seguridad, está estructurada de modo vertical, machista y patriarcal. En su edición del 6 de diciembre de ese año, el diario La Nación daba cuenta de tal determinación y en la nota cuyo título anunciaba que por primera vez en la historia una mujer accedía al escalafón mayor de una fuerza policial, se podía leer lo siguiente: 

Por primera vez en la historia policial argentina, una mujer ocupará el mayor cargo en el escalafón policial de esta provincia. La comisario mayor (r) Leyla Perrazo, oficial retirada de los cuadros activos de la institución, abogada y actual directora de la división Asuntos Internos de la repartición, fue designada ayer nueva jefa de la policía de la provincia de Santa Fe y asumirá sus funciones la semana próxima, cuando se produzca el recambio de autoridades democráticas provinciales. 

También, a manera de racconto, líneas más abajo, uno se enteraba que en la provincia de Buenos Aires el 1º de enero de ese año, la comisario mayor María Rosa Zamarripa se convertía en la primera mujer en llegar a la cúpula de la fuerza y que en Córdoba, el gobierno de José Manuel de la Sota ponía en funciones a otra mujer, la alcalde María Lucientes de Funes, al frente del Servicio Penitenciario Provincial. No era menor tampoco lo que sucedía en la Policía federal, donde también por primera vez en su historia, cinco mujeres llegaban al grado de comisario. Estas designaciones no eran casuales ni producto del azar, estaban en sintonía con medidas que apuntaban a la democratización de las fuerzas policiales, iniciadas durante el gobierno de Néstor Kirchner y concretadas por la ministra de Seguridad, Nilda Garré, que entre otras determinaciones políticas, expulsó de la Policía Federal a Jorge “El Fino”  Palacios y su ladero Osvaldo Chamorro, quienes integraron durante la dictadura la temida Superintendencia de Seguridad Federal, responsable de la administración de los centros de detención ilegales Atlético, Banco y Olimpo y que luego de la expulsión recalarían en la Metropolitana y en la Policía de la Ciudad de la mano de Macri y Larreta.

RED

Si los cambios fueron determinación política establecida desde arriba, en ciertos lugares como Santa Fe, los mismos se fueron y se van acompañando desde abajo, siendo el único modo de que los cambios reales se produzcan. Por esta razón es que en marzo del 2019 un grupo de mujeres crea la Red de Mujeres Policías en dicha provincia. Tal como señala Tania, una de sus referentes, una de las motivaciones principales es luchar por la aplicación de las políticas de género dentro de la institución y quien nos señala que: 

“No está mal que exista el verticalismo, porque es una fuerza de seguridad, lo que está mal es que el verticalismo sea patriarcal y machista. Hay muchas cosas que tienen mejorar para que las policías funcionen democráticamente, una de ellas es que no se vea a la policía como una salida laboral, porque entra cualquiera y eso alienta a cosas malas como la corrupción o casos de abusos y suicidios, porque muchos colegas ingresan propensos o con patologías psiquiátricas que el laburo profundiza. Es muy compleja la situación porque los ayudan a que nuestra profesión sea una salida laborar y no un servicio a la comunidad, esto es una problemática a la que hay que prestarle atención. La vocación puede o no aparecer en la vida de un trabajador de la seguridad pública”. 

La Red está integrada en su mayoría por mujeres en actividad y algunas retiradas. La lucha llevada adelante por las referentes Miriam, Tania, Lorena, Laura L, Laura S, Maricel, Leila, Mariela, Graciela, Eva, Noelia y muchas más, también hace eje en hacer cumplir la aplicación de la Ley Micaela en los casos donde sea aplicable su ejecución y ante la pregunta de cuántas mujeres tienen cargo jerárquicos en la policía santafesina, es la misma Tania que nos aclara: 

“No se puede controlar mucho, porque solo hay listados para los ascensos y van por tandas. Antes teníamos un cupo de 70% para los varones y 30% para las mujeres. El año pasado logramos que se liberara el cupo y que se ampliara a tener también el cupo trans, por el cual entraron dos compañeras de esa comunidad a la fuerza y tenemos compas que transicionaron ya trabajando. Hasta agosto del año pasado logramos tener la mayoría de mujeres en puestos de importancia, como la primera jefa de policía que culminó su carrera con el cargo, el cual mantuvo casi dos años”. 

En ese sentido, la lucha emprendida por la red, pareciera lograr ciertos objetivos, aunque también cada conquista, de algún modo, es cobrada por el patriarcado que se aferra a perdurar, nos aclara la misma Tania.

FEMICIDIOS

De cinco femicidios que se cometen en la provincia, uno es concretado por un miembro de la policía provincial u otra fuerza de seguridad, un dato estadístico que se replica a lo largo y ancho del país. Por lo general el crimen es cometido con el arma reglamentaria y en muchos casos le continua el posterior suicidio del femicida. El mes de enero no escapó a esas cifras y durante los calurosos días estivales, se volvieron a repetir los números atroces y se registraron cinco muertes violentas de mujeres y un travesticidio. El último ocurrió en la localidad de Murphy el martes 17, en ese pueblo de apariencias tranquilas del interior santafesino, un efectivo policial mató a su ex pareja y para cumplimentar lo que mandan las estadísticas, luego se suicidó. El hecho motivó que desde distintos colectivos feministas se convocara a una marcha para el viernes 20 de ese mes, la cual partió del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad, hacia la Casa de Gobierno de la provincia, con el reclamo de medidas que atiendan la emergencia. La Red de Mujeres Policías participó de la misma y emitió un comunicado de solidaridad y repudio al hecho en cuyo escrito se señala que: 

“La violencia machista no se toma vacaciones, y hoy seguimos llorando a nuestras muertas (…) No nos podemos distraer; no podemos ni queremos conformarnos porque con cada muerta sentimos que a todas nos matan, y nos duele (…) Exigimos transparencia, exigimos perspectiva y exigimos que se rompan los silencios. Necesitamos y queremos que sea distinto. Por cada mujer que nos falta, seguimos luchando”. 

El texto fue publicado en la cuenta oficial de la organización que nuclea a 700 mujeres policías de toda la provincia.

HISTORIA 

La idea de creación de la red surgió a comienzos del 2019 a partir de una nota en la cual se daba cuenta de una chica sureña que se negó a reprimir en una marcha donde había muchas mujeres, eso lo contó Tania en una entrevista realizada por Radio Universidad. Ese fue el puntapié inicial que llevó a otras acciones emprendidas por la organización, entre las cuales se destaca la realización de una encuesta por primera vez en la historia de la institución santafesina, sobre funcionarias mujeres. A la misma respondieron unas trescientas sobre un total de siete mil que integran otras fuerzas de seguridad, los datos aportados revelaron que el 52,8% había sufrido violencia de género en su trabajo; en el 56% de esos casos, fue de índole psicológica, pero también simbólica (25,8%), sexual (8,1%), económica (4,4%) y física (5,6%) y que en su mayoría (69%) el agresor fue un superior. Pero, también reveló algo más grave, y es que en el 86% de los casos el ejercicio de la violencia por parte de policías varones a sus compañeras no fue sancionado ni resuelto por parte de la institución. 

Desde el comienzo de la lucha encarada por la organización, el Ministerio de Seguridad accedió a implementar un protocolo de procedimiento para que las agentes policiales y penitenciarias puedan denunciar hechos de discriminación o violencia machista. Pero la existencia del mismo no se difunde y –según las miembro de la Red– en ciertas unidades regionales existe de manera velada, cierta resistencia a cumplirlo. «Hay compañeras que no saben siquiera que dentro del Ministerio existe la Subsecretaría de Bienestar y Género», puso Tania como ejemplo. Más allá o por encima de los escollos que se suceden en todo camino emprendido, el feminismo avanza en lugares otrora impensados.

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