En una reunión realizada en San Pablo, movimientos sociales y dirigentes políticos se posicionaron formalmente a favor de la reelección del Presidente. Además, una nueva encuesta reveló que el líder del PT le gana a Alckmin por once puntos. Los últimos dos días de Luiz Inácio Lula Da Silva resultarían la envidia de cualquier gobernante, más si se encuentra a menos de tres semanas de ponerse a prueba en una segunda vuelta donde estará ausente la revancha, ya que el que pierde tendrá que dar un paso al costado durante los cuatro años siguientes.
Primero, como en sus mejores tiempos de sindicalista, el Presidente participó en San Pablo de una mesa redonda donde recibió el apoyo formal de importantes figuras políticas y de los más influyentes líderes de movimientos sociales. Luego, una nueva encuesta lo posicionó como amplio ganador el próximo 29 de octubre.
Durante la reunión, João Paulo Rodrigues, en representación del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), dijo que lo importante ahora no es debatir sobre la diferencias con el programa de Lula Da Silva, sino que lo fundamental es derrotar la candidatura de Geraldo Alckmin, por el Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), y acumular fuerzas para después de los comicios discutir el proyecto del PT. También anunció la decisión de los movimientos sociales de salir a las calles con las “bandeiras vermelhas (banderas rojas)” hasta el último día.
Por otro lado, una diversidad de representantes paulistas de partidos como el PFL (Partido del Frente Liberal) y PMDB (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), se colocaron al lado de Lula Da Silva, remarcando su descontento con la administración estadual -en manos del PFL y PSDB- y con la propuesta de Alckmin.
Cuando le llegó su turno al micrófono, Lula Da Silva se empeñó remarcar sus logros en materia de políticas sociales y en mostrarse abierto al diálogo con todos los sectores. Para concluir, se comprometió a construir un “Brasil para todos”.
Además, en las primeras horas de ayer, la consultora Datafolha reveló una sondeo de intención de voto dónde el mandatario aventaja por varios puntos porcentuales, (51 a 43), a Alckmin, ex Gobernador de San Pablo. Según las estimaciones, en términos de votos validos, sin contar blancos ni nulos, el resultado a favor de Lula Da Silva es de 56 a 44 por ciento.
En comparación al último estudio, que data del 6 de octubre, el caudal electoral del Jefe de Gobierno subió un punto porcentual, mientras que la de Alckmin descendió tres. En el desagregado, se observó que en la región Sur, el paulista pasó de 57 por ciento a 54; en tanto que Lula Da Silva lo hizo de 33 a 38. Igual, esa sigue siendo la región don del hombre del PSDB más diferencia recoge. En el Sudeste, la cuestión sigue empatada en el 45 por ciento. Y en el Nordeste, el Partido de los Trabajadores, como sucedió en la primer vuelta, obtuvo una abultada diferencia, 71 a 24 por ciento.
El dato que más interesó en el bunker oficialista fue que entre los electores con una renta superior diez salarios, Lula Da Silva ganó siete puntos porcentuales y Alckmin perdió la misma cantidad. Sobre esa base, los más cercanos el ex obrero metalúrgico ya comenzaron a trabajar para que esa tendencia se pueda confirmar.
En las huestes de Lula Da Silva también recibieron con agrado la noticia que entre los electores más escolarizados -segmento donde Alckmin se considera imbatible-, su candidato acortó la diferencia en cinco puntos porcentuales.
En contrapartida, el número que causó alarma en el comité de Alckmin fue que perdió nueve puntos porcentuales entre los electores que declararon haber votado a Heloísa Helena, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que se hizo del tercer puesto en la elección del primero de octubre con el 9,5 por ciento de los votos.
Más allá que los apadrinados por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso ya sellaron una alianza con el candidato presidencial Cristovam Buarque -cuarto con el 2,5 por ciento-, saben que no pueden aspirar a un victoria si no se hacen con la mayoría del casi 9 millones de votos de Helena.
Para el relevamiento, el primero después del debate dominical en la TV Banderaintes, donde ambos se enfrentaron de manera fervorosa y subida de tono, la consultora entrevistó 2.868 electores en 194 municipios de 25 Estados.
La encuesta fue registrada en el Tribunal Superior Electoral (TSE) y el margen de error es de dos puntos porcentuales, para más o para menos.
En tanto, la validación que los votantes brasileños hacen del gobierno de Lula Da Silva se mantiene estable con respecto a las mediciones anteriores: el 49 por ciento dijo que el desempeño es óptimo; el 33 por ciento que es regular y el 15 que es pésimo.
En una escala del 1 al 10, la administración petista cosechó un promedio de 7.
