Por Causa Popular.- Veinticuatro horas antes que Néstor Kirchner diera su discurso en la Asamblea Anual de la Naciones Unidas, Rodrigo Rato intentó adelantarse a los cuestionamientos que intuía podían llegar en los 15 minutos que el presidente Argentino haría uso de la palabra. El director gerente del FMI relativizó el nivel de responsabilidad del organismo multilateral en la crisis del país, al decir que «la Argentina se ha infligido castigo a sí misma» y señaló que tiene aún «un largo camino a seguir» y que uno de sus principales objetivos pasa por la implementación de políticas destinadas a «recuperar credibilidad» en los mercados internacionales. «No hay una historia humana detrás de la visión de Rato, mientras que un político como Kirchner debe saber que una equivocación suya puede llegar a que más de 100 mil chicos estén desnutridos o que 50 mil no tengan una escuela» le respondió el cónsul argentino en Nueva York Hector Timermam.
Al hablar en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, Rato también intento un atisbo de crítica a decisiones tomadas por el organismo y lamentó «la práctica de préstamos excepcionales» que en su momento otorgó el FMI a naciones como Brasil, Turquía y la Argentina, que hoy constituyen el 70 por ciento de la deuda del organismo internacional. «El Fondo debe estar preparado para decir que no, sobre la base de criterios claros y objetivos”, sostuvo Rato. En línea con ese razonamiento, el director gerente del FMI dijo que el organismo cometió el error de haber otorgado préstamos excepcionales a la Argentina, de los que formó parte el Blindaje financiero autorizado a fines del 2000, durante la gestión de Fernando de la Rúa.
Diversas reuniones con funcionarios de los Estados Unidos por parte de la comitiva argentina en la Asamblea de la ONU dejaron entrever que las palabras del Titular del Fondo eran más un manotazo de ahogado de los acreedores que una nueva ofensiva del organismo. Según declararon a la prensa fuentes argentinas que integran la comitiva el propio canciller Norteamericano Colin Powell, en una reunión con su par argentino Rafael Bielsa, expresó su “sorpresa por la respuesta de los mercados” a la Argentina, lo que hace “pensar que está cerca de un acuerdo”. Las declaraciones de Rato coincidieron con una nota de The Wall Street Journal en la que se le exigía a la argentina una mejora en la oferta a los tenedores de bonos, lo que Colin Powell reconoció como “el último esfuerzo que estaban haciendo los acreedores”.
No debe haber pasado desapercibido para Rato que el más influyente diario en los mercados financieros globales, The Financial Times, aseguró el lunes 20 en un artículo, que la batalla argentina para conseguir la aprobación de los tenedores de bonos para la reestructuración de la deuda está casi ganada. Para el diario ingles la quita que están por obtener el Presidente Néstor Kirchner y el ministro Lavagna es la mayor en la historia del capitalismo. “Analistas de Wall Street y representantes de los dueños de bonos llegaron a un acuerdo.
Los países acreedores aceptarán la propuesta de reestructurar alrededor de 100 mil millones de dólares en la deuda que ofrece la recuperación de valores de 30 centavos por cada dólar», sostuvo el medio británico en una nota firmada por el periodista Adam Thomson. «Este será un gran triunfo para el presidente Néstor Kirchner y su equipo económico. Además, los hará ganar un lugar en el libro de récords por obtener el doble de alivio en la deuda que cualquier otro país», evaluó el periódico.
El Financial Times, consideró que «el arma más efectiva del ministro es el tiempo. Retrasando el proceso de reestructuración de la deuda por tres años, ha gastado a muchos inversores»
Economistas de diferentes procedencias consultados por la prensa coincidieron con que la crítica formulada por el director gerente del FMI contra Argentina está en línea con los «intereses» que refleja el organismo multilateral de crédito, y busca sembrar obstáculos a un posible final feliz en la renegociación con los acreedores privados. «El Fondo puede quedar deslucido en caso de que, como se piensa, para fines de este año haya una gran aceptación de la oferta» de parte de los acreedores privados», dijo Héctor Valle. El economista de FIDE recomendó a Rato ser «más preciso» cuando dice que «Argentina sigue políticas del pasado ya que no se entiende a qué se refiere si a los ’70, los ’80 o los ’90, cuando se implementaron distintas políticas con distintos resultados».
Ricardo Delgado, de Eco latina, argumentó por su parte que «el FMI hace planteos interesados porque dice por un lado que se pone en defensa de los acreedores privados, pero por otro no pierde su carácter de acreedor privilegiado ya que sigue cobrando en tiempo y forma. Argentina ya envió una señal importante de mayor esfuerzo fiscal al subir el superávit del 2,6 por ciento al 3,2», completó el economista de la consultora fundada por el ministro de Economía, Roberto Lavagna.
En tanto, el economista Marcelo Lascano, del Grupo Fénix, dijo que las declaraciones de Rato «no angustian, fatigan». «Me parece que el organismo se olvida de que ellos han tenido responsabilidad en el todo el tema de la deuda. Creo que forma parte de esta opereta que hacen cada tanto, y Argentina debe insistir con su posición que es razonable y parte de la realidad, no de un capricho», sostuvo Lascano. «El FMI se está poniendo un poquito pesado y hay que responderle como se viene haciendo», dijo el economista del Grupo Fénix.
Otro de los que hizo declaraciones fue el cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman quién expresó que esos pedidos desconocen la «responsabilidad social» de atender a los sectores más necesitados del país. «A medida que llegan los momentos culmines de la negociación se ve de qué lado están los jugadores» disparó Timerman y agregó que, «el problema de Rato es que no tiene la responsabilidad de nadie, no tiene chicos desnutridos, ni pobreza». «Esa es la diferencia: la responsabilidad de un dirigente político contra la de un burócrata cuyo único objetivo es saldar una cuenta entre acreedores y deudores», dijo el cónsul a radio Continental desde Nueva York. Para Timerman «no hay una historia humana detrás de la visión de Rato, mientras que un político como (el presidente Néstor) Kirchner debe saber que una equivocación suya puede llegar a que más de 100 mil chicos estén desnutridos o que 50 mil no tengan una escuela.»