Lo bueno, lo malo y lo feo

Concluyeron las giras de Bush y Chávez por América Latina. ¿Que queda como balance de estos mediáticos itinerarios? Lo evidente fue que quien impuso las reglas del juego a este periplo fue el presidente bolivariano, que obligo a su homologo norteamericano Bush a cambiar su discurso y declararse hijo de Bolívar. Analistas coinciden en que lo más llamativo de la visita fueron las exigencias de algunos líderes regionales de un cambio real en la política migratoria de EEUU.

Bush y Chávez representan dos proyectos absolutamente antagónicos en América Latina. Son dos visiones opuestas de ver y vivir las relaciones con sus vecinos y el resto del mundo que se confrontaron en giras paralelas y simultaneas por el subcontinente. Lo que resalta a primera ojeada, el que salió mejor parado fue Chávez, pues Bush no consiguió, según los analistas regionales, revertir la antipatía que produce en la gran mayoría de los latinoamericanos.

Según resaltó la analista mexicana Teresa Pérez Cosgaya, lo novedoso de la gira del Mandatario estadounidense fue “la capacidad (de movilización) civil, reflejada en las protestas de amplios sectores de la sociedad latinoamericana que comparten la mala imagen que tienen de Bush, la que se respalda en la baja popularidad que tiene
éste en su propio país”.

Obviamente a quienes sí causo alegría la visita del Presidente de EEUU fue en el empresariado, puesto que su presencia habría reforzado los lazos comerciales. A la inversa el presidente Chávez tendió lazos que no tenía, ya que fue a países que no había visitado y firmó nuevos acuerdos en aquellos países con los que mantiene, como la Argentina, una relación que ambos mandatarios califican de estratégica.

La gira de Mister Danger

En una suerte de balance del tour que llevó al jefe de la Casa Blanca a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, el portavoz de Bush, Tony Snow, señaló que el mandatario de EEUU se mostró satisfecho por los resultados de su viaje, pues estableció “cálidas relaciones con líderes latinoamericanos que creen en el libre mercado, en la democracia, y entienden y aprecian el papel de Estados Unidos en la región. El presidente Bush ha tenido la oportunidad de reunirse con los líderes, pero, más importante, reunirse y hablar directamente con los pueblos de la política de EE.UU. en las Américas: una política con una agenda positiva basada en la cooperación y la colaboración», dijo Shannon en la entrevista llevada a cabo en México.

Shannon desestimó la gira simultánea del presidente venezolano Hugo Chávez por algunos países de la región, «lo que estaban haciendo otros en este momento no es importante», dijo- y opinó que las manifestaciones de repudio por la presencia de Bush en la región «son una muestra de la buena salud de la democracia en Latinoamérica».

En respuesta a las críticos que afirman que el viaje de Bush no tendrá ningún tipo tangible en la relación de Washington con la región, Shannon habló de «una serie de resultados concretos» alcanzados en las distintas etapas del viaje.

Entre ellos, mencionó un memorando de entendimiento sobre biocombustibles en Brasil, una profundización del diálogo comercial con Uruguay y la continuidad de la colaboración con el gobierno de Colombia en su guerra contra el narcotráfico.

Shannon también defendió la relación de Bush con la región, afirmando que «en su trayectoria como presidente, Bush ha visitado la región más que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos».

El objetivo confeso de la gira era volver la mirada a la región, sumida en un sentimiento de abandono después de que el Presidente norteamericano incumpliera la promesa de su inicio de mandato de dar prioridad a América Latina.

Bush quería difundir el mensaje de que Washington lleva a cabo en la región programas efectivos contra la pobreza. Eso, para hacer frente a la influencia del Presidente venezolano Hugo Chávez, y su petróleo barato, así como su mensaje de justicia social en la región.

El principal argumento para la agenda de Bush en América Latina era que su administración “había mantenido muy desatendida a la región, a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y, también, porque durante este tiempo abandonó, en parte, el proyecto del ALCA al favorecer sus relaciones económicas con Europa y otras regiones del mundo”, declaró la experta mexicana Pérez Cosgaya.

En este sentido, la única intención de la visita a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, “era afianzar sus lazos con un grupo de países latinoamericanos que tradicionalmente ha estado trabajando muy en conjunto con EEUU y sus políticas de libre comercio y de la lucha contra los narcóticos”. Y, al mismo tiempo, tantear el terreno político en aquellas naciones “donde recientemente han llegado al poder gobiernos de izquierda, como en Argentina, Uruguay y Brasil, aunque no tan extremistas como lo son Venezuela y Bolivia, al mando de Evo Morales”.

Pero las críticas al marcado tono paternalista del Mandatario de EEUU hacia su llamado “patio trasero” y el tono de sus promesas demuestran que no hay “nada nuevo bajo el sol”, ya que “sigue en la misma línea” que lo ha caracterizado desde que asumió en 2001, según estimó la especialista en estudios latinoamericanos de Flacso-México.

La evolución de Chávez

Tras haber concluido su gira por América Latina, que lo llevó por Argentina, Bolivia, Nicaragua, Jamaica y Haití, el presidente Hugo Chávez, regresó a Venezuela afirmando que dio un «nocaut fulminante» al presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Chávez se mostró satisfecho durante su programa diario «Aló Presidente». El mandatario venezolano aseveró que el supuesto impacto positivo de su gira se debió al discurso que pronunció en Argentina, donde según él, logró mayor atención de los medios internacionales. Chávez dijo que no fue más que una simple casualidad que su gira coincidiera con la de Bush y además mantuvo su posición de que fue la otra (la de Bush) la verdadera «contragira». El presidente venezolano también señaló que su viaje por cinco países de la región no había sido un «show» como el de Bush «montado con toda la parafernalia».

Además, criticó la ayuda del líder estadounidense para combatir la pobreza y denunció «el muro de la infamia» al referirse a la valla que se construye entre México y Estados Unidos. Dijo que esto resulta contradictorio debido a que el gobierno estadounidense habla de libertades.

«Es horrible la dictadura de Estados Unidos en el mundo», aseveró Chávez y dijo que la rivalidad Chávez-Bush no es personal, si no una lucha ideológica y moral. «La moral está de nuestra parte».

En otro acápite de su intervención en el programa, el presidente de Venezuela, abogó por la creación de un nuevo proyecto nacional sudamericano inspirado en el sueño de Simón Bolívar. Calificó su reciente gira por la región como una plataforma para potenciar a Suramérica, “donde es necesario comenzar a hablar de nación. Una nación y varias repúblicas sería la esencia de lo que el jefe de estado venezolano conceptuó como gran proyecto nacional, teniendo en cuenta las particularidades de cada país”, señaló con énfasis.

Al explicar este pensamiento unitario, Chávez recordó la situación de países como Argentina y Bolivia en los años precedentes. Argentina era un pueblo subyugado, allí se habló de relaciones carnales con Estados Unidos, explicó en alusión al gobierno de Carlos Menem, quien prodigó ataques a la gira del presidente venezolano por cinco países de la región. “Menem es el lacayismo y nosotros la dignidad”, dijo al refutar las consideraciones del hombre que llevó a sus extremos el modelo neoliberal en el país del Cono Sur. “Ese país era el granero del mundo y lo arrodillaron, lo hundieron”, indicó.

Sobre Bolivia afirmó que era una nación sin rumbo antes de la llegada al poder del presidente Evo Morales. Un país sin rumbo en manos de gobernantes que eran más empresarios que presidentes, y mencionó por su nombre a Gonzalo Sánchez de Losada, expulsado del poder por una rebelión popular en octubre de 2003. Un caso similar acontecía en Ecuador, concluyó Chávez.

Lo cierto es que Bush, con todas las dificultades en la guerra de Irak, con una fuerte oposición interna, con un déficit crónico de sus presupuestos anuales poco o nada nuevo puede ofertar a América Latina. Lo nuevo es que surge y se fortalece cada día una alternativa que fue parida a punta de rebeliones y alzamientos, que tiene como norte la autodeterminación y la recuperación de la dignidad de los seres humanos, una propuesta que es percibida cada vez con más claridad y recién esta comenzando.

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