Articulando una extensa red de corrupción, al amparo de las incipientes instituciones nacionales, la organización se dedicaba a traer con engaños a mujeres pobres de las devastadas tierras polacas a la “próspera América”.
En 1930, tras la denuncia de una de sus víctimas, Raquel Liberman, la banda (que si bien no fue la única que se desarrolló en esa época era la más estructurada) fue desbaratada mas nunca castigada.
El libro incluye cuatro apéndices con los registros completos de los integrantes de la “sociedad”.