La ciudad no pasa-nivel

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires pasa por uno de sus peores momentos en cuanto al tránsito. Por eso, el jefe de gobierno, Mauricio Macri, intenta corregir algunas cuestiones pero las soluciones encontradas no son las correctas o están muy mal aplicadas.

Los paso-nivel son obras que las avenidas porteñas necesitaron desde siempre y se utilizarían para eliminar las barreras. De esta manera, los automóviles obtendrían mayor fluidez por la ciudad, los ferrocarriles podrían aumentar el caudal de sus servicios y los pasajeros viajarían (al menos) dentro de los vagones y no colgados.

Pero desde la gestión PRO, (más precisamente desde el ministerio de Desarrollo Urbano y de su titular, Daniel Chain), lo que se intentará, será construir “sapitos”, que son obras mucho más pequeñas, en calles aledañas a las avenidas, dentro de los barrios, donde no hay barreras, irrumpiendo con el Plan Urbano Ambiental, que establece y regula en términos generales la participación ciudadana en la toma de decisiones referentes al ordenamiento territorial y ambiental, la preservación de los recursos naturales y patrimoniales, la prevención de daños ambientales, el control legislativo de los fondos públicos y la promoción de políticas inclusivas que den respuesta a necesidades prioritarias y urgentes.

Revista Zoom,
conversó con Sergio Abrevaya, legislador porteño e integrante de la comisión de Transporte y explicó: “Lo más importante sería eliminar las barreras de la Ciudad de Buenos Aires, pero sólo a Mauricio Macri (jefe de gobierno de la Ciudad) se le ocurre hacer un paso-nivel en -por poner un ejemplo- Cuenca y Lavallol. Lo tiene que hacer en las avenidas. Lo que sucede, es que hacerlo en calles pequeñas implicaría menor cantidad de tiempo en la obra y le permite que queden terminados (los “sapitos”) antes de 2011, las elecciones”.

Estas obras llevarán el llamado tránsito liviano a los barrios. “La obra altera de cuajo nuestro sistema de vida. Achica las veredas, reemplaza árboles de 25 metros de altura por arbustos y queda una calle lateral en la que ni siquiera podrán detenerse los vehículos. Ni hablar de la polución: será terrible”, reclamaron algunos vecinos de Agronomía.

Por otra parte, y gracias a una línea de bonos llamados Tango, que por ley, otorgaba dinero (la cifra alcanza los 300 millones de dólares) para la realización de subtes, fue derivado por otra ley a la empresa del gobierno de la ciudad AUSA, dedicada a las obras viales. Entre 2011 y 2012, manejará 1200 millones de pesos para realizar una cantidad de obras viales no precisadas en documento público alguno ni consensuadas con la ciudadanía. Los sapitos estarían destinados para los barrios Villa Devoto, Núñez, Villa Urquiza, entre otros.

A su vez, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contará en 2011 con un Bus de Tránsito Rápido (BTR), comúnmente llamado MetroBus. Este contará con 21 estaciones y recorrerá la ciudad de norte a oeste y cubrirá todo el trayecto de la avenida Juan B. Justo. Con más de 20 colectivos “dobles” o de “fuelle”, el estado de la ciudad invertirá unos 48 millones de pesos. Algunos vecinos del barrio Liniers, aun se quejan debido a que no se realizaron, en su totalidad los debidos estudios de impacto ambiental.

“Otro de los problemas de este nuevo medio de transporte, es que Macri debería haberse apoyado en el Gobierno de la Nación para tomar esta medida. Porque ahora hay dos líneas de colectivo que quedan colgadas, el 34 y el 166”, recalcó Abrevaya. Y completó: “El 166 sigue hasta provincia, entonces cuando termine el trayecto del MetroBus, los pasajeros deberán hacer transbordo para seguir adelante con su viaje”.

Terminar las obras para mejorar la imagen del Jefe de Gobierno de cara al 2011 parece ser toda la apuesta del PRO. Manotazos de último momento que llevarán a las comunas más transito y contaminación ambiental.

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