Este post de Mendieta se publicó originalmente en Artepolítica.
La hipótesis es la siguiente: el kirchnerismo tiene los cables cruzados.
A ver si puedo explicarme, aunque no va a resultar sencillo, ya que explicar implica establecer ciertos supuestos que den sostén a la hipótesis.
El primer supuesto es que el proyecto político que encabeza Néstor Kichner quiere mantenerse en el poder más allá de 2011. Y para eso necesita triunfar en 2009. Y para eso, ganar, como dijo el propio Kirchner, no duda en establecer acuerdos con aquellos que supone pueden sumarle votos. Claro que, en esta sumatoria para ganar, corre el riesgo de desperfilar el propio proyecto político que pretende sustentar. O sea: cierra con Reutemann en Santa Fe, aunque ponga en juego o en discusión la candidatura de un alfil propio y valedero como Agustín Rossi. Refuerza sus acuerdos con los intendentes del conurbano, y eso aleja del armado a sectores que hasta ayer lo apoyaban, como Libres del Sur (Bonasso e Ibarra es otro cantar, más cercano a la real politik progresista de “todo por una banca”).
Ahora bien. ¿Cómo seguir más allá de 2011? O mejor dicho: ¿a través de quién? El propio Kirchner demostró que ser el gran elector no garantiza la continuidad de un proyecto político mucho más allá de los primeros meses (recuerden un tal Duhalde alentando a un tal Néstor). Somos un país presidencialista y, para colmo, sin armados colectivos fuertes. Así que, para seguir, nada mejor que con alguien conocido: o Néstor o Cristina (vamos aclarando: no digo que esto opino yo, digo que esto opinaría si fuera Néstor, pero soy Mendieta).
Entonces: repasemos. El kirchnerismo quiere seguir en el poder. Para eso necesita ganar en 2009. Y para ganar hay que cerrar con los que tienen votos, pero no con cualquiera capitalizando ese hipotético triunfo. El que encabece –política y mediáticamente– es el gran candidato para 2011. No, Massa no. Para seguir tiene que ser alguien muy del palo. O sea: Néstor. O sea: Néstor va a ser candidato en 2009. Ese es el segundo supuesto. Sigamos.
Que Néstor sea candidato y el oficialismo triunfe en 2009, ¿garantiza un triunfo en 2011?. Para nada. Porque lo que define quién será el candidato del oficialismo en 2011 será el resultado del 2009. Trataré de fundarlo.
Escenario 1: si el oficialismo está cerca del piso de votos que Artemio bien pronostica (un 30%), al otro día nace de verdad el post-kirchnerismo. Todos los que ahora le prestan sus estructuras y sus votos con promesas de lealtad eterna en los distintos municipios y provincias, rehabilitarán sus celulares que apagaron en 2003. He ahí el verdadero fracaso del kirchnerismo: no existe como tal, lo venimos diciendo hace mucho tiempo. Y, si eso pasara, agarrate Catalina que la cosa va a estar movida hasta que surja un nuevo liderazgo. Cosa que no sucederá hasta luego de la elección presidencial de 2011. ¿Y Kirchner? Bien che, fue lindo mientras duró, me tengo que ir. ¿Quieren zozobra política? La tendremos por dos años.
Escenario 2: El oficialismo cosecha entre un 33 y un 36 por ciento a nivel nacional. Néstor es el primus inter pares a la hora de decidir la continuidad. Pero se viene una gran negociación intra PJ, con los gobernadores y los intendentes triunfantes con voz y voto… Y veto. Un tal Scioli chocho con esto. Es la hora de la moderación, de mirar para adelante, de tirar todos juntos. De rescatar lo bueno y de mejorar lo malo. Los celulares ya están con las baterías cargadas, pero ocultos en el bolsillo de atrás.
Escenario 3: rotundo triunfo del oficialismo, con más del 37% a nivel nacional, aunque pierda en Capital, Santa Fe, Mendoza y Córdoba. No importa nada. Ganaron lejos. Néstor 2011 Presidente. ¿De qué celulares hablan? Tenemos uno solo con un solo número: el de Olivos. Hola Néstor, siempre estuvimos con vos, ¿sabías no?
Hasta acá mesa de arena de especulaciones. Eso que nos gusta tanto como excusa para hablar con los amigos.
Pero todo este introito es para llegar al meollo de la cuestión. Recuerden que empezamos hablando de que el oficialismo anda con los cables cruzados.
Porque el gran desafío para que todo lo que venimos diciendo pase, es, ni más ni menos, juntar los votos. Y es aquí donde Mendieta no entiende lo que el kirchnerismo está haciendo. Pareciera que las últimas medidas de gestión del gobierno están dirigidas, mayoritariamente, al bolsillo de las clases medias: créditos al consumo para electrodomésticos, eliminación de la tablita, el plan de autos 0 Km., etc. , mientras el “discurso” se dirige a los sectores populares.
Y esto no hace más que seguir ampliando la brecha simbólica con las clases medias, para colmo, ultra arengadas por los medios masivos de comunicación.
Si por mí fuera, haría exactamente lo contrario: las medidas de gestión para los sectores populares (más guita de asignación directa hacia esos sectores) y el “discurso” político para las clases medias. Exactamente al revés.
Pero por algo yo estoy acá, tipeando en la maquinita y ellos están ahí, en Olivos.