Por Causa Popular.- Chaco, Formosa y Santiago del Estero además de ser tres de las provincias argentinas con el mayor porcentaje de necesidades básicas insatisfechas -sólo se encuentran a su altura Jujuy y Salta-, en los últimos meses sus tierras sufren una sequía que amenaza con romper todos los records históricos. La más afectada es Chaco, donde hace nueve meses que no llueve en el 80 por ciento de la superficie fértil de su geografía, y lo daños económicos se calculan millonarios debido a la paralización agrícola en plena campaña sectorial. Si algo más en común tienen estas tres provincias, es la falta de inversiones en infraestructura para satisfacer las permanentes carencias de agua potable, un problema que no tiene causas naturales sino un claro trasfondo político.
Durante los primeros días de octubre, dirigentes agrarios y autoridades productivas de la ciudad chaqueña de Juan José Castelli lanzaron un nuevo llamado de alerta a los estados provincial y nacional ante el riesgo de que “la totalidad de los cultivos de la temporada se pierdan por la sequía”.
Este fenómeno está alcanzando niveles históricos y afecta desde hace varios meses a las poblaciones del centro y el oeste chaqueño, las que se han visto obligadas a reactivar viejas perforaciones para paliar la demanda del sector productivo.
La situación de la provincia se agrava debido a que la escasez de lluvias coincidió con la etapa de labranza previa a la siembra de algodón, soja y trigo, los principales cultivos de la economía chaqueña, y motores de la única fuente de recursos extra estatal con que cuenta la provincia. La ganadería, en tanto, perdió rentabilidad debido a que los productores tuvieron que desprenderse de su hacienda antes del punto de mayor aprovechamiento.
La confirmación de un caso de cólera en uno de los distritos afectados, fue una de las primeras consecuencias de la precaria situación y el desamparo en el que se encuentran los pobladores de la región. Tuvieron que pasar meses y un caso como este, para que organismos no gubernamentales preparen el envío del primer cargamento de ayuda humanitaria.
El caso de cólera, el primero en la zona desde 1994, fue confirmado por autoridades sanitarias de Chaco. La enfermedad surgió a raíz de la falta de agua potable, en una de las zonas afectadas por la falta lluvia aumentó la preocupación por el posible riesgo sanitario y epidemiológico que puede aparecer en poblaciones cuyas condiciones de salubridad son estructuralmente precarias.
El Servicio Meteorológico Nacional, en tanto, informó a la prensa que el pronóstico para la zona afectada “no es el más alentador”, ya que en el noroeste de Chaco “no se prevén precipitaciones por lo menos hasta el próximo martes, aunque estará parcialmente nublado”.
En cuanto a las perdidas económicas en la región, algunas agencias nacionales de noticias informaron que los productores de Castelli ya perdieron el 60 por ciento de sus lotes, y temen un desastre histórico si no se producen lluvias de al menos 80 o 100 milímetros en los próximos días. La falta de agua podría torcer la historia en la ciudad situada en las puertas de El Impenetrable, dado que la aprobación del Fondo Compensador Algodonero se transformaría en un aliciente para dejar cultivos alternativos y regresar al textil.
“Los que en su momento cambiamos porque el algodón no daba ganancias podemos regresar a los viejos tiempos, porque hay una promesa de asistencia para sembrar 200.000 hectáreas”, explicó un productor de la zona.
En tanto, el radio urbano de Castelli padece las consecuencias del agotamiento de los reservorios y sólo cuenta con agua potable por redes durante dos o tres horas diarias, lo que implica un volumen de solamente cinco litros por grupo familiar.
Juan José Castelli cumplió ayer 69 años de vida en medio de la crisis hídrica, oportunidad en la que el gobernador de la provincia, el radical Roy Nikisch, anunció sobre los hechos consumados inversiones para la construcción de un acueducto alternativo.
Según los opositores al gobernador, las consecuencias de la sequía se potenciaron por la imprevisión. Desde 1995 está cajoneado en el Congreso Provincial un proyecto llamado Arco Iris que consiste en la canalización del río Bermejo y el transporte a cielo abierto de agua a través de los montes de El Impenetrable hasta Castelli.
Formosa
Más de 20 localidades del oeste de Formosa, considerada la provincia más pobre del país con el mayor índice de mortalidad infantil (25,1 por mil), fueron declaradas en emergencia hídrica a raíz de la sequía que también afecta esta región, por lo que comenzaron a ser asistidas con camiones de agua potable. A estas dificultades hay que agregarle la interrupción del suministro de energía desde Paraguay producto de la baja en las cotas de los ríos de la zona sobre los cuales están montadas las represas.
Según los pobladores de la región a las carencias cotidianas de la población se le sumaron la mortandad de peces y animales vacunos como así también la pérdida de cosechas y huertas familiares.
En algunas zonas de esta provincia no llueve desde hace 10 meses, sólo un fin de semana llegó a caer un poco de agua pero alcanzó escasos 5 milímetros. Como si fuera poco, la paraguaya transportadora de energía Transena, anunció esta semana que durante 72 horas no suministrará (vía conexión Guarambaré-Clorinda) electricidad a Formosa, “por motivos operativos”, lo que derivó en un programa de cortes rotativos y programados del servicio en horas pico.
La empresa distribuidora local, Edefor, informó que la energía que se brindaba provenía de la línea argentina de Bastiani (Chaco) y recomendó a la población “el uso racional de la energía” por la reducción de al menos “20 por ciento” del flujo habitual.
Santiago del Estero
Pero eso no es todo, el gobierno de Santiago del Estero dispuso el pasado fin de semana duplicar la distribución de agua para consumo humano y animal, en distintas poblaciones afectadas por la sequía que por falta de lluvias afecta también a esta. El mayor volumen de agua, que será enviado en camiones tanques y cisternas, se destinará a poblaciones del departamento Figueroa, de las más afectadas por la muerte de animales vacunos, con millonarias pérdidas en cosechas de soja, maíz y algodón.
El área de Recursos Hídricos de la provincia, explicó que la sequía surgió a raíz de “la falta de lluvias hace más de ocho meses” y denunció que la provincia de Salta “no cumple con los cupos de derivación de agua”. “Los convenios establecen que Salta debe derivar hasta un 50 por ciento de agua por el río Salado y recién hace dos semanas comenzó a enviar un 13 por ciento, que no llega al dique Figueroa, porque antes existe un bañado de 24 kilómetros que está seco”, explicó.
Según sostuvo un funcionario provincial a la prensa, al gobierno no le quedó otro recurso que contratar 12 camiones por tres meses para realizar el aprovisionamiento de agua potable. “También se llevará agua para los animales, que en muchas zonas, principalmente en Figueroa, se están muriendo de sed”, añadió al referirse a las prioridades del gobierno provincial para enfrentar la sequía.
La falta de agua también afecta a las poblaciones de Mariano Moreno, Salavina, Añatuya, Ojoa de Agua, Los Telares, Monte Quemado y Campo Gallo, entre otras. La última lluvia en la capital santiagueña y otras localidades del interior provincial se registro el 24 de septiembre pasado, después de más de 8 meses sin precipitaciones pluviales, pero esta no alcanzó a superar la “emergencia agropecuaria” decretada por el gobierno provincial.
Con este panorama que, tras 10 meses de silenciosa sequía, la prensa ha calificado de alarmante, es probable que el verano que llega traiga consigo más calamidades para las zonas más desposeídas del país donde ya no hay ni agua.
Todas las predicciones sobre el incremento de las sequías en esas zonas fueron desoídos y está por verse si el gobierno nacional y los provinciales se han puesto a diseñar un plan estratégico que evite que los próximos años las zonas del noreste y noroeste argentino se parezcan cada vez más a África.