De la Redacción de ZOOM.– Las encuestas y la posibilidad de un frente progresista anti K a nivel nacional reabrieron la posibilidad de que Solanas decline su candidatura presidencial y juegue en Capital, desairando a Claudio Lozano, que aspiraba a ese cargo, y a los dirigentes de otros distritos que ansiaban colgar sus candidatos a legisladores de la boleta de Pino Presidente.
La confirmación de las elecciones porteñas para el próximo 10 de julio y los primeros triunfos provinciales que auguran una victoria nacional del kirchnerismo, apuraron los debates internos en los diferentes espacios de la oposición. En los últimos días, las diferencias entre Pino Solanas y Claudio Lozano sacaron los trapitos al sol de la interna de Proyecto Sur. Estas disputas no comenzaron con estos cruces, aunque las mutuas acusaciones sí son el punto más álgido al que llegaron los dirigentes de la centroizquierda.
La polémica comenzó de la mano de la posibilidad de lograr un acuerdo que unifique en una sola lista nacional al conjunto de la centroizquierda. Desde el mes pasado, se realizan gestiones para cumplir el sueño progresista anti K, y abrochar un acuerdo entre el Partido Socialista, el GEN de Margarita Stolbizer y Proyecto Sur, excluyendo a la UCR. Ese frente llevaría a Hermes Binner como candidato a presidente, dejando abierta la posibilidad de otro tipo de armados a nivel regional y dando vía libre para que cada espacio presente sus candidatos a diputados. En ese potencial esquema, Solanas bajaría su candidatura presidencial y jugaría a Jefe de Gobierno porteño, cambio que comenzó a deslizar ante diferentes medios.
Esos guiños de Solanas dieron pie a la batalla interna dentro de Proyecto Sur, sobre todo porque su candidatura nacional había sido reafirmada pocos días atrás por el propio Pino, quien hasta entonces proyectaba a Claudio Lozano como su candidato en la ciudad de Buenos Aires. Como era previsible, el desplante a Lozano fue retrucado el viernes pasado por el propio economista de la CTA, quien en la inauguración de un local de Libres del Sur, movimiento que también integra Proyecto Sur, afirmó que la candidatura porteña de Pino solo podía ser festejada por el PJ y la UCR y que una decisión en ese sentido poco aportaba a la lucha contra el bipartidismo, caballito de batalla del cineasta. El resultado de los dichos ya es conocido. Solanas enfurecido arremetió contra Lozano afirmando que éste no mide en la ciudad y que por ende no estaba cerrada su candidatura, expresiones que fueron rebatidas por parte del dirigente de Buenos Aires para Todos, quien sostuvo que, bajo esa misma lógica, él podría afirmar que Pino bajaba a la ciudad porque mide poco en la nacional.
Más allá de la carencia de códigos demostrada al dirimir una interna públicamente, lo cierto es que los roces entre Lozano y Solanas se remontan al mes de diciembre, cuando el primero, junto a Víctor De Gennaro, presentó sin aviso una corriente interna dentro de Proyecto Sur. La misma nuclea a los sectores vinculados a la CTA-Michelli y se compone del Instrumento Electoral por la Unidad Popular, que conduce el ex Secretario General de la CTA; la Unión por los Neuquinos, de Mariano Mansilla; el PARES, de la santafecina Verónica Benas; y el partido de Lozano. Pino pegó el faltazo a la presentación del espacio, demostrando su desagrado ante la emergencia de una estructura con proyección nacional que no se ciñe a su liderazgo, sino más bien se plantea disputar poder interno.
Los inconvenientes de Proyecto Sur para afirmarse como una fuerza política más o menos sólida tuvieron otro capítulo durante febrero, a la par del anuncio de la incorporación del Movimiento Socialista de los Trabajadores de Vilma Ripoll. El conflicto tuvo su epicentro en la ciudad de Rosario, donde la dirección provincial de Libres del Sur anunció que retiraba todos sus candidatos de aquella provincia porque entendían que la distribución de cargos no había sido equilibrada entre los diferentes espacios políticos. Así, los muchachos del proyecto superador que excede las alianzas tácticas circunstanciales protestaban por haber sido postergados en el orden de candidatos a diputados y legisladores, desacuerdo al que se sumaron más fuerzas cuando el propio Pino Solanas, en una mesa de dirección del espacio nacional, comunicó que las cuatro primeras candidaturas a diputado nacional quedarían en manos del núcleo duro de Proyecto Sur y que el resto de los nombres se definiría en función de los acuerdo regionales que se logren. Esta maniobra selló una virtual alianza entre De Gennaro-Lozano y Libres del Sur, para discutir las candidaturas desde ese espacio. No casualmente las declaraciones de Lozano sobre cuánto mide Solanas se dieron durante la inauguración de un local de la agrupación que tiene a Humberto Tumini como uno de sus referentes..
Con un final más cerrado que abierto, es previsible que Solanas juegue a lo seguro y compita por la jefatura de gobierno porteña, complicando así a su propia tropa. Y también, a la elección del candidato oficialista para la ciudad.