Consejo nacional de posguerra

Antecedentes históricos para diseñar el futuro.
Por Eduardo Benedetti

La situación de la posguerra no era igual que la actual. El Consejo Nacional de Posguerra si sirve como ejemplo de lo que puede una planificación del esfuerzo económico, a lo largo del tiempo con persistencia y coherencia política.

Cuando se creó el Consejo Nacional de Posguerra la preocupación principal era, entre otras, cómo había que actuar para que no ocurra lo que había ocurrido en 1918, a fin de que no se destruyera la industria que había nacido como consecuencia que los proveedores naturales, para el esquema agroexportador, no podían proveernos de artículos industriales a nuestro país porque estaban de lleno en el esfuerzo de guerra.

Por esa visión, Perón y su colaborador Figuerola, dan forma al Consejo Nacional de Posguerra creado el 25 de Agosto de 1944 por decreto 23.847 donde se designaba a Perón como presidente del mismo.

Figuerola definía a este consejo como el que debía dar el “Plan general de industrialización”. Perón señalaba en la Revista Panorama el 14/4/1970 “Creé el Consejo Nacional de Posguerra, cuya misión era estudiar como hacíamos para que no nos robaran, como había sucedido en 1918”

Este era un debate instalado en la sociedad. La primera guerra mundial había provocado una grieta al modelo agroexportador y había construido en la Argentina una industria no integrada e improvisada, pero que por falta de protección, había sido destruida a partir de la precaria paz de 1918. A partir de allí un Estado que se desentendía de la industria y que por ello permitió la destrucción de ella. Con el Pacto Roca-Runciman, firmado con Inglaterra, para asegurarse mercados para nuestra producción agraria a cambio de no promover la industrialización de nuestro país.

También allí juega un rol trascendente la crisis económica mundial de 1930.

Ese debate de la Sociedad Argentina, se vio reflejado en el acto realizado en el Luna Park rebosante de personas en que obreros y empresarios por primera vez unidos ocuparon la tribuna, representantes de la UIA y de sindicatos de obreros. Este acto se desarrolló, pese a la oposición de los Diarios La Nación, La Prensa y la Vanguardia.

Perón tenía claro su posición en el debate de la sociedad, decía en 1944: “El principio de libertad económica, no se vulnera, ni siquiera se empaña, cuando el estado dirige la economía, de la misma manera que la libertad de transitar libremente por el país no queda afectada cuando se encausa o se dirige por determinadas rutas, en vez de permitir que, galopando a campo traviesa, se causen daños irreparables a terceros, sin conseguir de paso, provecho alguno para el viajero.”

Norberto Galasso en su libro, “Perón, formación, ascenso y caída”, señala: Figuerola, sostiene que el Consejo tenía dos objetivos esenciales: “Uno, inmediato, a corto plazo, cuya finalidad era prevenir las dificultades que pudieran presentarse derivadas del tránsito del estado de guerra al de paz, en el orden mundial, para el cual debían adoptarse las medidas indispensables, principalmente creación de fuentes de trabajo, coordinando la actividad de organismos del Estado que tenían programadas realizaciones concretas; b) el otro, a largo plazo, consistente en proyectar una planificación ordenadora, sujeta a una orientación general con miras al porvenir económico nacional.” Al ampliar estos conceptos, expresa: “Determinación de las industrias manufactureras que requieran protección especial, causas que la justifican y medidas que pueden adoptarse…”

La reforma bancaria que había sido dictada por el gobierno militar con objeto de terminar con un sistema que estaba en vigencia desde la década de 1930.

A partir de allí se nacionalizaron los depósitos en los Bancos que permitían la regulación del crédito y su destino por parte del Estado. La base para que el Consejo pudiera discutir y aplicar las medidas de apoyo a sectores industriales determinados. Así mismo el Consejo tuvo una activa participación en la creación del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI). Este instituto tenía por misión comprar la oferta exportable de productos agropecuarios y monopolizar su comercialización en el extranjero.

El Consejo era presidido por Perón y lo acompañaban una serie de empresarios. Es digno de mencionar entre ellos el Sr. Torcuato Di Tella, creador de Siam, era un emprendedor, realmente digno de respetar, que se proclamaba ser contrario al peronismo, era miembro de una comisión patronal dentro del Consejo. Mercante, Imbert y Estrada eran los más afines a Perón.

Hay que tener en cuenta también que las Fuerzas Armadas eran industrialistas a partir del Gral. Savio y el Gral. Mosconi.

¿Por qué esta experiencia histórica es posible de tomarla como ejemplo en la Argentina de hoy?

Fundamentalmente para concretar ante la crisis una salida conjunta, planificada y con gran apoyo político. Esto es básico.

Hoy la sociedad tiene como en 1944 un gran debate sobre la misión del estado y su intervención en cuestiones económicas. Creo que actualmente, después de la crisis del Coronavirus, no hay posibilidad de debate en torno a la misión del Estado en Educación y Salud. Lo que queda para llegar a una síntesis es ponernos de acuerdo en la participación del Estado en la Economía.

Sin duda los empresarios y los obreros tienen mucho que decir sobre este tema. Un Consejo como el de posguerra o Consejo Económico Social, como quiera denominárselo, es básico para coordinar políticas y planificar un futuro en unidad de la sociedad Argentina.

La clave para que esa síntesis sea la opinión mayoritaria en el país es que vía una planificación de largo plazo se fijen prioridades y las industrias a proteger para construir un sistema integrado industrial. Que asegure que nos independicemos de los insumos importados, en aquello que sea posible, que nos hacen dependientes

Crear trabajo con el apoyo del Estado es clave y no puede significar abandonar una política de proteger a los más desposeídos, en la transición hasta la madurez del nuevo sistema.

Demás esta señalar que una política industrial es clave para fortalecer el mercado interno a fin de que esa industria tenga mercados.

Ese plan debe coordinar el corto plazo y el largo plazo, con una fuerte intervención del Estado para ordenar y apoyar la actividad económica de manera coherente y ágil.

En este aspecto la misión de crear trabajo, fortalecer el mercado interno, asegurando salarios dignos y con derechos, es el objetivo.

Esto se logra apoyando a las industrias prioritarias que en líneas generales son las mismas que lo planteaba el Consejo Nacional de Posguerra.

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