Clarín, el Grupo multinacional y sus vínculos financieros con la última dictadura

Para entender la conducta de Clarín, es necesario evaluar su condición de holding mediático. Una primera aproximación sobre la concentración de las empresas de comunicación en Argentina puede encontrarse en “Concentración de medios en Argentina: así es la libertad de prensa”, de la revista América XXI (septiembre de 2007).

Allí se señala:“La Compañía Inversora de Medios de Comunicación S.A. (Cimeco), titular de importantes diarios del interior de Argentina, anunció la modificación de su estructura societaria: Clarín y La Nación, hasta ahora dueños cada uno del 33,33% de las acciones, adquirieron en partes iguales la participación del restante socio, el grupo español Vocento.”

“La Nación fue fundada a fines del siglo XIX por Bartolomé Mitre como instrumento y portavoz de la oligarquía terrateniente. Clarín apareció hacia el fin de la 2da. Guerra Mundial, en representación de la nueva burguesía industrial, con arrestos de desarrollistas.”

“Con esta operación, ambos grupos económicos consolidan el control de Cimeco, conformada en 1997 y propietaria de la mayoría de los paquetes accionarios de La voz del interior, de Córdoba, y de Los Andes de Mendoza. Cimeco es también propietaria y editora de la revista dominical Rumbos, encartada en innumerables periódicos del interior y la segunda más vendida del país.

Tal como ocurre desde el origen de Gineco, la gerencia de la empresa seguirá en manos de un Comité Ejecutivo a cargo de un representante de La Nación y otro de Clarín.“El Grupo Clarín es además propietario de los canales de cable: Todo noticias, Volver y TyC Sport, y del Canal 13. Así como de Radio Mitre, y de las productoras de cine Patagonik Film Group, y de la televisión Pol-ka. También es propietario de el diario La Razón, Olè, y la agencia de noticias DyN.

Así como el sitio Web más consultado de Argentina: Clarín.com.ar, y otros de Internet como: Ciudad Internet, Fullzero, Datamarket, Flash y Ubbi, líderes en área de Internet y telefonía.”“A estar por esta información, la supuesta libertad de prensa se parece demasiado a un monopolio de la comunicación. Pero el caso adquiere su verdadera magnitud cuando se toma conocimiento de una información que es vox populi aunque no probado legalmente hasta la fecha: el tradicional y venerable diario La Nación es, desde hace años, empresarialmente controlado por Clarín.”

Lo publicado por América XXI no es todo. Es propietaria de Papel Prensa, la fábrica más importante de papel de Argentina.

El caso de Papel Prensa SA

Refrescando la memoria respecto de lo expuesto, haremos unos breves comentarios sobre la empresa productora de papel más grande de la Argentina, y con un dominio casi monopólico del ofrecimiento de papel a posibles interesados: Papel Prensa.

Esta empresa fue creada hace muchos años por un grupo de la ciudad de La Plata, conocido como “Grupo Graiver”. Comenzó a principio del siglo XX con una inmobiliaria, y luego de varios años llegó a constituirse en un Banco, y de ahí pasó a las finanzas (nacionales e internacionales). En ese lapso, creo una gran empresa de fabricación de papel.

Muerto quien dio origen a este grupo económico, siguió al comando de todos los negocios un hijo. Este hombre era todavía joven cuando se instala la dictadura militar en Argentina, en 1976. Por entonces estaba casado con una joven psicóloga muy bella, llamada Lidia Papaleo, que militaba o estaba muy cerca de la Juventud Peronista.

Por las razones sin razón por las cuales se manejaban los militares, se llevaron a estos jóvenes. Graiver, posiblemente por tener mucho dinero, tal vez por su origen judío, tal vez por su esposa, fue torturado lo mismo que su joven esposa. Lo denominaron el “banquero de montoneros”, y le expropiaron todos sus bienes.

Entre estos bienes, el coloso de fabricación de papel. No recuerdo si esta pareja salió con vida de la tortura. En el tiempo que estaban prisioneros, la junta militar decide seguir con Papel Prensa, dando su propiedad, el 33% al diario Clarín, el 33% al diario La Nación, y el 33% al estado Argentino.

Ejecutivos de estas dos empresas fueron los encargados de ahí en más, en dirigir y regir los destinos de este negocio. Para el hoy grupo Clarín, la propiedad de Papel Prensa significó un salto cualitativo en cuanto a su desarrollo económico, no solo por tener papel para sus publicaciones de manera gratuita, si no por el negocio en si de la venta de papel para toda la Argentina, condicionando así a competidores en el negocio de prensa, como editorial.

Con el advenimiento de la democracia, no se revisó esta cesión ilegal y mafiosa realizada por la junta, ya sea expropiando al grupo Graiver, y cediéndole la propiedad a aquellas dos empresas de prensa que mejor le parecía tener como sus socios en la comunicación (o no) de la información y propaganda a fin a sus objetivos. En los años de la democracia, El grupo Clarín y la Nación, se hicieron de toda la propiedad de Papel Prensa. O sea, 50% para Clarín, 50% para La Nación.

En los últimos años cuando una parte importante de la opinión pública se interesó en los Juicios por la Verdad, a aquellos implicados en el genocidio de la dictadura, y se pronunció en forma más explicita contra las aberraciones cometidas en ese lapso de nuestra historia condenando estos actos, el grupo Clarín comenzó a “nadar sobre la cresta de la ola”, y desde sus más diversos medios de comunicación, salieron “investigaciones”, recuerdos, homenajes, etc., a personas que de diversas formas sufrieron la criminalidad dictatorial.

Sin duda que este grupo logró el objetivo de que la población olvidara o ignorara la participación y los negocios de Clarín con la dictadura militar. Y es comprensible que esto sucediera, por que la población es bombardeada permanentemente con falsa información, propaganda, falsos problemas sociales o económicos, divertimentos que ocupan toda la escala de la banalización de todo sentido de compromiso por cuestiones comunes a la mayoría, por los más diversos medios de comunicación, que sí tienen una conciencia de clase y actúan mancomunadamente en objetivos comunes.

Lo que es más complicado comprender, es como los políticos, los jueces, y todos aquellos que detentan algún poder en Argentina, no se hayan inquietado en lo más mínimo por este “ataque a la seguridad jurídica” que se realizó, tanto en la expropiación a los Graiver de todos sus bienes, así como de la cesión a gusto y ganas de la propiedad de papel Prensa, a Clarín y la Nación.

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