A cinco días del fatídico domingo 19 de noviembre pasado quedará en nuestra memoria el día que creíamos que nunca llegaría. El día que un candidato no vino de los llanos riojanos, ni del sur profundo, más bien de los set de la televisión basura que tanto aborrecemos, pero que aparentemente muchos consumen con sumisión.
Porque convengamos que Milei se construyó de ir a esos programas donde fungía más de personaje caricaturesco, que de analista económico. En todo caso, después devino en tal cosa.
Carlos Saul Menem (admirado por el presidente electo) también se construyó en el apogeo de la televisión de aire. El Carlo se metía en las sábanas de las chicas de aquel entonces, este lo hace en sus fantasías. Cuántos almuerzos se autoinvitó en el programa de Mirtha Legrand. La señora lo tenía de abonado. Se lo llamaba “de la farándula”, por aquel entonces. Por supuesto esa era la plataforma del Carlo, que era de una ambición descomunal, dueño de un carisma y una picardía política y de la otra. Ése sí que era la “casta”. No hay casi nada en común entre ellos. En todo caso los dos supieron usar muy bien las cámaras. Y Milei, en este tiempo, le agregó la tecnología, es decir: la redes. Donde conectó con el mundo diverso complejo y distópico, en donde el peronismo no llegó ni a la vereda.
En estos escasos días, desde que fue electo, ya hemos visto perplejos la comedia de enredos en que se está convirtiendo el armado de su gabinete y sus declaraciones contradictorias sobre los temas urticantes a resolver con cierta premura. Desde que bajar la inflación llevará como mínimo dos años, que se privatizará todo sin tener la menor idea de cómo sería el procedimiento, que no saben si alcanzará para pagar el aguinaldo, que van a parar por completo la obra pública, y otras tantas barbaridades. Todos los opinólogos –como ocurre con quién gana—, ya lo ven como el gran estratega, como el Maquiavelo de este tiempo, porque lo dejó a Macri sin nada y Villaruel sólo se quedó con el Senado, entre otras cosas. Pero el día de ayer fue la tarde más sainetera desde el domingo: avanzó el verdadero jefe Macri y colocó a Caputo de ministro de Economía. https://www.youtube.com/watch?v=AjJSUJHQwJ4&ab_channel=C5N
Además, le bajó el candidato para presidir el desguace del Banco Central (porque eso no está en los planes de Mauricio), le bajó a Píparo que ya había tenido la famosa reunión de transición con Raverta de la ANSES, un papelón. Y, para coronar la tarde, Pato quedó como ministra de Seguridad. ¿Qué más se puede pedir a 120 horas del fatídico domingo? No quiero ni pensar lo que vendrá de acá al 10 de diciembre.
Pareciera que se está cumpliendo una máxima de los muchachos de la gloriosa JP de los 70. En aquella época se decía “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, será que se podría decir ahora “Milei presidente, Macri al poder”. Si es así, si se cumple, hay que sacarse el sombrero con el ángel exterminador.
Esto ni arrancó todavía y ya estamos en este nivel de desprolijidades, de tensiones muy evidentes, y de desoperaciones de todo tipo. Cuánto puede durar en esa silla eléctrica una persona como Milei, que todo el mundo sabe que su estabilidad emocional es muy endeble. ¿Será la otra jugada del ángel exterminador desgastar al socio de Acassuso para que entre como jugadora titular la verdadera representante de la casta militar, eclesiástica y civil de la dictadura Victoria Villarruel? Al final de cuentas por ahí hay viejas cuentas pendientes. No nos olvidemos que la familia Macri cuando empezó la dictadura tenía 7 empresas, y cuando terminó la dictadura 43. Favor con favor se paga.
Para muestra basta un botón: la conferencia episcopal que debía sacar un documento de consenso sobre las elecciones y, sobre todo, señalar a uno de los candidatos por tratar al máximo jefe de la iglesia como “el enviado del diablo”, no se pudo lograr porque el 70 % de los obispos estaban con Milei. En realidad apoyan a Villaruel, el vaso comunicante con la dictadura.
Por último ¿qué será de UXP? Pareciera que se los tragó la tierra. Hay mutis por el foro y se entiende un poco de “desensillar hasta que aclare” pero, compañeras y compañeros, no se duerman. Hay un ejército de militantes que pusieron el cuerpo el alma para militar la candidatura de Sergio Tomas que esperan por lo menos un “hola, en breve volvemos”. Yo siempre me sentí parte de un movimiento, y hoy siento que ese movimiento no tiene conducción. Por lógica, las conducciones tácticas menos que menos existen. ¿Donde está el PJ y sus dirigentes? Porque para armar las listas fueron voraces y hegemónicos, pero para dar una respuesta de una derrota digna –porque lo fue—, o casi milagrosa, hay un cricri. Y cómo no va a ser así, si el presidente del PJ nacional, ese señor llamado Alberto Fernandez, dice livianamente que “no se siente responsable de la derrota”, y claro, si en estos 4 años nunca se sintió responsable de nada.
El movimiento, el peronismo, tiene muchas asignaturas pendientes pero una es fundamental: dejar de jugar al partidito del sistema porque en 10 años vamos a ser menos que los radicales.